Un macabro hallazgo realizaron vecinos de la sección Cerro de Barredas, perteneciente a la comunidad de Chío Cuilapa perteneciente al municipio de Atzalan, a un costado del camino de terracería que condice a la comunidad de Chachalacas.
Estos hechos se dieron cerca de las dos de la tarde del pasado martes, cuando lugareños se percataron que se encontraba el cuerpo de una persona joven boca abajo a un costado del mencionado camino, el cual estaba en medio de un gran charco de sangre y con graves señales de violencia.
Situación por la que le fue dado a conocer a la policía municipal de Atzalan, quienes se avocaron a lo indicado por los vecinos, de la misma manera le dieron parte el personal de seguridad pública de la quinta región con sede en Martinez de la Torre para verificar lo dicho.
Percatándose de que efectivamente se encontraba el cuerpo de una persona ya sin vida, la cual fue salvajemente masacrada a machetazos, lograron percatarse que en el lugar en donde fue encontrado el cadáver no correspondía al lugar donde fue atacado.
Tras comentarios de los vecinos del lugar, mencionaron que de donde se encontraba el cuerpo del finado, aproximadamente 100 metros arriba se encontraba la cruz que marcaba el lugar en donde había dado muerte al padre del ahora occiso, cruz que fue removida del lugar, de los hechos que se dieron aproximadamente hace un año debido a que el señor era propietario de varias extensiones de terreno, las cuales al perecer era la herencia del joven finado estando al cuidado y trabajo de el.
Motivo por el cual fue solicitado el personal del ministerio publico de Jalacingo, acudiendo el oficial secretario Oscar Dolores, el agente del ministerio publico de Altotonga Donathien Baltasar Pablo y el personal de la delegación regional de servicios periciales al mando del enlace regional Mario Valencia y el perito criminalista Evaristo Zamora Otero.
En el lugar donde se encontraba el finado también estaba presente una persona que dijo llamarse Alejandra Herrera Baltasar de 26 años de edad, con domicilio en la sección de Cerro de Barredas, perteneciente a la comunidad de Chío Cuilapa, quien dijo ser hermana del ahora occiso.
Dicho finado en vida respondía al nombre Irineo Herrera Baltasar de 18 años de edad, de quien mencionaron no tener problemas con ningún vecino de la comunidad, pero si la envidia por las propiedades que trabajaba de su padre, las cuales varios familiares también son participes de la mencionada herencia.
Por todo lo anterior el personal de la PGJ se avoco a recabar los indicios pertinentes sobre estos sangrientos hechos donde el joven Irineo Herrera Baltasar perdió la vida de manera trágica.
Posteriormente el cuerpo del occiso fue trasladado al semefo de la ciudad de Altotonga en donde le fue practicada la necropsia de rigor, encontrando en su cuerpo más de diez golpes con arma blanca, al parecer machete, siendo el mortal el que recibiera en la parte frontal de la cabeza y uno más en la espalda.