Cansados de arriesgar constantemente sus vidas al saltar el muro que divide a la carretera Poza Rica-Cazones, a la altura de Plaza 52, decenas de ciudadanos exigen al presidente municipal Alfredo Gándara, cumpla con su promesa de construir un puente peatonal en el mencionado sector.
Para escolares, estudiantes, trabajadores, amas de casa y adultos mayores, el cruzar diariamente por esta zona representa un grave peligro, pues prácticamente tienen que brincar la estructura de concreto arriesgándose a ser atropellados por un automóvil, por ello exhortan a alcalde para que ponga un puente peatonal tal y como lo prometió en su momento.
A decir de los comerciantes desde que se instaló en ese lugar el centro de abastos hicieron la petición al Ayuntamiento para que se construyera un puente peatonal ya que el mercado esta dividido por esta vía rápida, la cual obstruye el paso del peatón, quien tienen que saltar el muro divisorio arriesgándose a ser atropellado.
“Estamos cansados de brincar todos los días el muro que divide la carretera para hacer nuestras compras, es urgente que el presidente municipal nos escuche y se construya lo más pronto posible un puente peatonal es este lugar, antes de que a uno de nosotros nos atropelle un taxi o un autobús”, expresa la señora Alicia Quintero.
Colonos que cruzan diariamente consideran peligrosa esta zona, y es común que en ocasiones se reporten atropellamientos, por la falta de señalamientos viales, o por la imprudencia de los conductores que van a alta velocidad.
Es de importancia la colocación de un puente peatonal en el área antes descrita, con el objetivo de evitar un accidente que pueda tener un desenlace o el menoscabo de la integridad física de alguna persona.
En promedio la construcción del puente peatonal oscila entre los 500 mil pesos, más los gastos de instalación, por lo que para el Ayuntamiento es imposible solucionar el problema pues argumenta que no cuenta con recursos económicos.
Sin embargo actualmente los cientos de peatones que a diario cruzan por este tramo carretero se juegan la vida y se exponen a ser arrollados por algún vehiculo, mientras que la autoridad se lava las manos.
