Lo que comenzó como una simple reunión de información terminó generando preocupación y molestia entre decenas de padres de familia, luego de que el DIF municipal les informara del cierre inminente del CAIC ubicado en la colonia Insurgentes Norte.
Este centro educativo, único en su tipo en la zona, atiende a más de 50 niños y niñas de nivel maternal y preescolar. Es también la única opción cercana para familias que ya han sido desplazadas de otros CAICs que fueron cerrados en colonias como Patria Libre y Las Fuentes.
“Nos avisaron de un día para otro, ya habíamos pagado inscripción, y ahora no tenemos tiempo ni opciones cercanas para buscar otra escuela”, explicó Yamilet Estrada Escobar, madre de familia. Ella, como muchas otras mamás, acudió desde temprano a las instalaciones del DIF el pasado jueves 22 de mayo, buscando una explicación. La respuesta que recibió fue breve: “es por órdenes de la administración”.
A través de mensajes privados, madres y padres fueron convocados a una reunión urgente. Según los testimonios, el plantel —administrado anteriormente por directivos y maestras de la misma comunidad— comenzó a deteriorarse desde que fue asumido por el Gobierno en funciones, lo que ahora culmina con el anuncio de su cierre.
El centro cuenta con cinco docentes que atienden desde maternal hasta tercer grado de preescolar, y opera bajo una cuota mensual flexible que toma en cuenta la situación económica de cada familia.
“No es solo una escuela, es parte de nuestra comunidad. Nuestros hijos ya están adaptados, ya tienen una relación emocional con sus maestras. Cambiar de escuela ahora afectaría su estabilidad”, expresó otra madre.
Además de la lejanía de otras opciones educativas sugeridas por el DIF, como planteles en Tacoteno o el centro de Minatitlán, los padres advierten que los gastos de transporte y nuevas inscripciones representarían un golpe económico difícil de asumir.
Hasta el momento, los padres no han recibido una alternativa clara por parte del Ayuntamiento ni del sistema DIF. Lo único que exigen es simple: que no cierren el CAIC Insurgentes Norte y que se respete el espacio y el trabajo de las maestras que han formado la base educativa de estos niños.
“Queremos ser escuchados. Que no tomen decisiones sin pensar en nuestros hijos”, concluyen.
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