Fueron siete largos días de angustia y desasosiego que padeció la familia del periodista, Gregorio Jiménez de la Cruz, llorando e implorando al Creador para que apareciera con vida, desafortunadamente su cuerpo estaba en una fosa junto a otros dos, en un rancho ubicado en el municipio de Las Choapas.
Todavía este martes por la mañana, los periodistas de los diversos medios de comunicación se trasladaron a la casa de Goyo, en Lerdo de Tejada No. 9, de la colonia Ejidal, en Villa Allende, para continuar con las movilizaciones y exigir a Javier Duarte de Ochoa, que muestre la “fuerza” de las instituciones y que aparezca con vida Goyo.
El domicilio permanecía resguardado por tres navales de la patrulla IC-0234, y enfrente, por la avenida Zamora, se observaba a un joven que tomaba fotografías, exactamente donde se ubica la enramada Palmar, lupanar propiedad de Teresa de Jesús Hernández Cruz, quien a la postre, presuntamente resulto ser la autora intelectual del artero crimen.
Así inicio la marcha hasta el transbordador, gritando consignas para reclamar una pronta respuesta al gobierno de Duarte, y exigir garantías en el pleno ejercicio de la libertad de expresión, además de convocar a la ciudadanía de Villa Allende a sumarse, pues el problema de la inseguridad atañe a todos, todos somos afectados de una u otra manera.
El transcurso de casi dos kilómetros de marcha, a su paso se observo a elementos de la policía estatal acreditada haciendo un “barrido” casa por casa, acción que para los comunicadores resulto tardía, pues desde el primer momento del plagio se tuvo que realizar los retener en cada punto estratégico, hasta sitiar la ciudad.
De esta manera concluyo la marcha, hasta que aproximadamente a las 13:00 horas apareció un hilito de esperanza con la desafortunada información que hizo esparcir Eduardo Sánchez Macías, diputado local de la comisión de atención, protección y defensa de los periodistas, indicaba que Goyo estaba vivo en un rancho en Las Choapas.
Eso vino a revitalizar el animo entre el gremio, todo el esfuerzo de las marchas y plantones no había sido en vano, rindió su fruto, todos se trasladaron al aeropuerto de Canticas, para una rueda de prensa, donde habrían de anunciar sobre el rescate con vida de Goyo, pero ante la espera, se fue esfumando la esperanza, fue un clásico “borregazo”.
Hasta que al final, se logro corroborar la información y tener la confirmación por parte del procurador de justicia, Felipe Amadeo Flores Espinosa, Gregorio Jiménez de la Cruz, junto a otras dos personas desconocidas parecieron muertos en una fosa, además de detener a cuatro implicados que señalan a Teresa de Jesús como la autora intelectual.
En la primera declaración de los implicados, con el índice de fuego señalan que Teresa de Jesús los contrato para secuestrar y segarle la vida al periodista, Gregorio Jiménez de la Cruz, mediante el pago de 20 mil pesos, o sea, que a cada uno le correspondería 5 mil pesos, esa mísera cantidad significa el costo de una vida.
OTROS DECAPITADOS
Luego de la supuesta localización con vida de Goyo, en un rancho de Las Choapas, aparecen tres personas desconocida decapitada en el municipio de Cosoleacaque, fue en esos precisos momentos en que no lograban confirmar la situación del periodista, derivada de la primera versión del diputado local, Eduardo Sánchez Macías.
La coordinadora de comunicación del gobierno, no atinaba a reaccionar y desmentía todo, en la Secretaria de Seguridad Publica sucedía lo mismo, nadie tenía una información veraz, en las redes sociales se daba por hecho la aparición con vida de Goyo, hasta que la fatalidad apareció, el Reforma y Universal decía que en efecto apareció, pero muerto.
Más allá del funesto resultado, la comunidad periodística de Coatzacoalcos, zona sur, de todo el estado de Veracruz, y otras entidades, mostraron la solidaridad y respaldo al justo reclamo y exigencia de gremio, que ahora mas que nunca no debe de bajar la guardia, “hoy estamos, mañana quien sabe”, las condiciones de inseguridad así lo testifican.
La indignación, rabia e impotencia de los periodistas esta latente, en carne viva, exigiendo y reclamando no solo justicia, sino que el gobierno tenga la capacidad de lograr garantizar la seguridad en el pleno ejercicio de la libertad de expresión, ¡ni un muerto más! ¡Sino pueden, renuncien!
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