#ArrierosSomos: NUESTRA HISTORIA, REPETICIÓN DE FRACASOS

+ Por el C.P. Renato P. Vázquez Chagoya, director de Sotavento Diario

Zona Sur

Renato P. Vázquez Chagoya - 2014-07-21

Como los chistes crueles.
¿Cuál quiere que le cuente primero?
¿La buena o la mala?
Empecemos con la mala.

Estados y municipios descapitalizan a empresas

Don Rodrigo Alpízar, dirigente de la Canacintra, el pasado jueves 17 de julio de este año, dijo que a más de 40 mil industrias del país “les cayó el chahuistle”, ya que no sólo les fue mal en las ventas en el primer semestre de este año, sino que han dejado de cobrar hasta por un año, lo que le adeudan los Estados y Municipios del país, no todos, algunos.
Indica Don Rodrigo que no todas las industrias están afiliadas a su organización, sino que también están incluidas en otros organismos empresariales o de plano, no están.
La falta de liquidez de los Estados y Municipios deudores con las industrias, van de seis meses a un año de antigüedad y rebasan los 100 mil millones de pesos y en el último semestre, ha aumentado un 28%, por lo que ahora están exigiendo algo así como 128 mil millones de pesos a esas entidades públicas.
El incumplimiento de pago ha ocasionado que muchas de las empresas englobadas en esta información se hayan descapitalizado, ocasionando graves daños patrimoniales a los inversionistas.
Este fenómeno se está presentando principalmente en los estados del sureste y del norte del país, en los giros de proveeduría, servicios y obra pública, que cuando “se vuelve sistémico empiezan a prenderse los focos rojos por la falta de pagos, es cuando las entidades comienzan a tener poca comunicación, volviendo a pedir documentos, argumentando que se perdieron las facturas o difieren las fechas de pagos”.
Y asómbrese usted por lo que sucede y los perjuicios que ocasionan a la economía nacional y por consiguiente, la personal o familiar:
“Por cada peso que no ingresa a una empresa, se deja de tener una derrama de tres pesos en clientes y proveedores”, señaló Enoch Castellanos, vicepresidente nacional de delegaciones de la Canacintra.
Se quejan los industriales de lo injusto de los contratos con las entidades federativas, porque mientras a ellos se les obliga a exhibir fianzas de cumplimiento, a las entidades públicas no. Si los proveedores o prestadores de servicios no cumplen con lo estipulado se les impone castigos económicos, pero si las entidades públicas no cumplen, no pasa nada. Y si por desesperación algún industrial inicia un proceso judicial de cobro, automáticamente pierde al cliente.
Canacintra y otros organismos empresariales aseguran que las entidades que presentan los mayores adeudos con sus proveedores son Chiapas, Veracruz, Coahuila y Michoacán.

Lo que dicen los financieros sobre esto

El Instituto Mexicano para la Competitivad (IMCO), en voz del coordinador de Finanzas Públicas, señaló que lo que las industrias tienen a su favor y a cargo de las entidades públicas, representa la cuarta parte de todo lo que deben los Estados de la República.
Otro de los problemas que enfrentan los empresarios para la toma de decisiones, es desconocer la deuda total de los Estados y municipios, porque sus contabilidades no son claras ni al día, lo que crea opacidad en la información, ocasionando además corrupción.
Y lo anterior agranda el círculo vicioso: “Algunos Estados han comenzado a endeudarse para hacer frente a presiones de sus deudas”.
Fíjese que grave es el asunto de la ausencia de información contable y financiera, que en el 2013, sólo 13 Estados publicaron los datos de sus adeudos fiscales: Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Durango, Guerrero, Jalisco, Estado de México, Morelos, Nuevo león, Quintana Roo, Sonora y Veracruz.
La mayor parte de los problemas de liquidez que los Estados tienen, según los especialistas del IMCO proviene de adeudos de gobiernos anteriores, que ni siquiera se las dejaron registrados en sus contabilidades, como pasivo.
La falta de liquidez en las empresas, es la mala, porque en esa situación a todos no cae el chahuistle.
No hay circulante, no hay movimiento en los negocios y por lo tanto, hay estrechez económica en todos los niveles.
Y… viene la que prometía ser la buena.

Semana laboral de tres días

En Asunción, Paraguay, en un foro económico llamado “Círculo de Montevideo”, patrocinado por Carlos Slim, con la presencia de exjefes de gobiernos, en su intervención el mexicano expuso la teoría de que para generar más empleos, era necesario que exista “una semana laboral de tres días, con una carga horaria de 11 horas y cuatro días libres para generar más empleos.
Agregaría Slim: “Con tres días de trabajo se tendrá más tiempo para el esparcimiento, mejorar la calidad de vida” y, sentenció: “Se aproxima un cambio radical en la forma de trabajo”.
Propone Slim adicionalmente que la jubilación sea a partir de los 70 o 75 años, por lo que es necesario desechar los topes actuales de jubilación y que todos los servicios públicos o privados funcionen las 24 horas del día.
Recordó Don Carlos, que en el siglo XX, “de 72 horas, el horario de trabajo “se redujo a 60, luego a 48 y ahora de 40 a 35 horas a la semana”.
Aquí entre nos.
Yo creo que don Carlos Slim leyó mi columna del pasado 7 de julio de este año, con el título “Vamos de reversa”, donde propongo que para salir de la crisis económica se trabaje medio día, sí, trabajar doce horas de las veinticuatro que tiene el día y no cuatro de las ocho que marca la ley, según pensaría la mayoría.
Y ahí sí, en esto tengo que admitir que el peso de la argumentación la tiene Don Carlos Slim, ya que es evidente que sus conocimientos y experiencia lo han llevado a ser considerado el hombre más rico del mundo y yo… no aparezco ni en la nota roja de mi pueblo… ni quiero aparecer.
Así es que, hay que considerar estas recomendaciones del señor Carlos Slim y quizá en un futuro inmediato lleguemos todos a ser mexicanos felices.

Don José Iglesias

La propuesta de Don Carlos Slim me recordó a don José iglesias, quien en sus buenos tiempos fue dueño del Banco de Comercio (Bancomer) y quien encabezaba las reuniones anuales de la Asociación Mexicana de Banqueros, que religiosamente se celebraban en Acapulco, Guerrero.
Se distinguía don José por sus respuestas chispeantes y pícaras, siempre de buen humor.
Un reportero le pregunta, que estando de vacaciones por qué no se le veía con la familia, a lo que el banquero contestó: -“Precisamente, son vacaciones”.
Otra pregunta recurrente, era que con que cantidad de dinero vivía.
Don José, contestaba: -“Vivo con el salario mínimo”.
El reportero, sin pensarlo le dijo que eso no era posible, ante el lujo evidente en que se movía el banquero.
-Sí, lo que generan mis empleados –contestó don José Iglesias– que cobran el salario mínimo, es lo que a mí me permite vivir como vivo.
Ocurrente sí lo era.

Un mundo feliz

En 1932, saldría impresa la novela “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, que según sus críticos “recrea una democracia que no lo es, una dictadura que no lo parece, una cárcel de la que los prisioneros no quieren escapar porque no saben que lo son, condicionados desde su extraña concepción para ser lo que tienen que ser”.
Así parece ser la propuesta de Don Carlos Slim, para los miles de trabajadores mexicanos, a los que no les alcanza su remuneración personal ni alcanza a los empresarios tener una economía boyante, con liquidez para mantener sus negocios en marcha.
La propuesta del señor Slim no funcionará en nuestro México, mientras no aprovechemos las experiencias que hemos vivido.
Recuerdo que durante la crisis económica que originaron los desaforados gastos de los gobiernos de Luis Echeverría Álvarez y de José López Portillo, los mexicanos nos tronábamos los dedos por la incertidumbre y prometíamos no volver a caer en los errores que la dinámica política nos había impuesto e impulsado: Gastar a manos llenas y con exceso.
Jurábamos que en el futuro íbamos a tener más cuidado con nuestros gastos y con las inversiones.
¿Qué creen?
Volvimos a caer y hemos sido arrastrados por el impulso estatizador de la economía.
Se nos olvidó que los generadores de la riqueza somos los ciudadanos, los individuos. Que somos los que aportamos los recursos para que se mueva el monstruo llamado Estado, que ese sí, no produce riqueza.
El que siembra, el que cría ganado, el que pesca, el que obtiene del subsuelo productos útiles al ser humano, el que genera un satisfactor, es el que mueve la economía, es el que crea la riqueza.
¿Qué nos pasó entonces?
Que no aprendimos la lección y hemos vuelto cíclicas nuestras derrotas. No aprendimos que debemos tener orden, disciplina y esfuerzo en lo que emprendemos y que hay que fijarnos metas precisas.
Y en contraste podemos repetir lo que miles de veces se ha dicho: “México es tan rico, pero tan rico, que más de cien millones de mexicanos no hemos sido capaces de acabárnoslo”.
La historia de nuestro país, es eso, una repetición de fracasos.

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