#ArrierosSomos: A LOS TRABAJADORES PETROLEROS LES TOCÓ PAGAR LOS PLATOS ROTOS

+ Fueron expulsados del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos y se plantea una modificación a su régimen de jubilación y pensiones. La política gubernamental parece enfocada a castigar a los trabajadores petroleros.

Zona Sur

Renato P. Vázquez Chagoya - 2014-08-11

Quien habría de imaginar que hace 155 años, en un pequeño poblado de Pennsylvania, llamado Titusville, vecino a río Oíl Creek, conocido por el petróleo encontrado en sus bancos, daría todo el impulso para crear una industria altamente redituable. Antes de esa fecha, el petróleo se recogía para aprovechar sus propiedades curativas, pero no se le consideraba como una substancia valiosa.

Sería hasta 1850, empleando todo el ingenio de que es capaz el ser humano, que el propietario de una salitrera ubicada en Pennsylvania, Samuel M. Kier, inventó un método para destilar el crudo para producir el “petróleo de carbón”, que no producía humo oscuro ni el fuerte olor al quemarse, reemplazando al aceite de ballena como fuente de iluminación. Con esto se daba el primer paso para el empleo del petróleo, además del uso medicinal de siempre.

Un conductor de trenes, desempleado, “Coronel” Edwin Drake, en 1858, en Titusville encontró la forma de extraer grandes cantidades de petróleo, ante el creciente consumo. Drake fue contratado durante un año por la reciente formada compañía “La Pennsylvania Rock Oíl Company”, que después se convirtió en “Seneca Oíl Company”.

Al inicio de sus intentos, Edwin Drake excavaba para encontrar petróleo, pero los resultados eran desalentadores, por la escaza producción de crudo que obtenía. Ideó entonces, utilizar el mismo procedimiento utilizado para la explotación de la sal: taladrar la corteza terrestre.

Con el procedimiento utilizado por las salitreras anteriormente se había encontrado petróleo, pero como se desconocía su amplio uso, se le consideraba una sustancia inútil y se le eliminaba.

Drake dedicó casi el año, construyendo su máquina de vapor, que cuando empezó a funcionar se encontró con un gran problema: la tierra y el agua también entrarían al agujero una vez que se taladraba.

El contrato de Drake terminó en abril de 1859, y no se vislumbraba éxito en el propósito de obtener petróleo a través de perforaciones. Debido al entusiasmo y perseverancia, se le puso el sobrenombre de “Loco Drake”, ya que lo seguía intentando. Un miembro del consejo le apoyaría con 500 dólares para continuar, logrando su propósito al incrustar una gran tubería en la tierra e insertando el taladro por ésta. La tubería protegía a las herramientas y el agujero de agua y tierra, permitiendo que el taladro progresara.

Al terminar las labores del sábado 27 de agosto de 1859, cuando el taladro llegaba a los 69 pies bajo tierra (más de 21 metros), cayó medio pie dentro de un agujero. Cuando regresó al día siguiente, pudo ver petróleo en la superficie del agua. Para el lunes 29, Drake estaba extrayendo entre 10 a 40 barriles de petróleo al día.

Así se inició la industria petrolera norteamericana.

EL PETRÓLEO, EN LA ÉPOCA PORFIRISTA

En 1865, Matías Romero Avendaño, se dirigía a Sebastián Lerdo de Tejada, a quien le profetizaba que: “-“El aceite sustituirá dentro de poco al carbón de piedra y a la leña, y será el único combustible que llegue a usarse. Esta nueva fuente de inmensa riqueza descubierta en el país, ha hecho pensar a los especuladores de mejor espíritu de empresa que en México debe haber veneros más ricos que los de Pennsylvania, cuya teoría parece sostenerse por la configuración geológica de la República”.

Hubo entre 1860 a 1890, varios intentos de inversionistas mexicanos y otros extranjeros, de copiar y reproducir los descubrimientos de Pennsylvania, Estado Unidos, terminando todos en rotundos fracasos y decepción, que impidieron sentar las bases del desarrollo industrial del país.

Se atribuyen varios factores para que los esfuerzos emprendidos hayan terminado en frustración y fracaso:

1.- No existía un plan definido para la explotación comercial,
2.- No se vislumbró un plan de desarrollo a futuro,
3.- No existían mercados nacionales integrados,
4.- Se carencia de mano de obra calificada,
5.- Era necesario importar tecnología y equipos costosos,
6.- Inexistencia de transporte y vías adecuadas para los productos petrolíferos,
7.- Ambigüedad e indefinición de las leyes que regularan la explotación y comercialización de productos petroleros,
8.- La insuficiencia de capital de los inversionistas, y
9.- Un gobierno débil.
¿A qué le suena esto?

LA POLÍTICA PETROLERA DEL PORFIRISMO

Era del conocimiento general de que México tenía petróleo y asfalto en la región costera del Golfo de México, pero se desconocía su extensión y calidad, así como la posibilidad de explotar esos recursos minerales, por lo que su viabilidad era incierta.

El alto costo de la tecnología para la explotación del petróleo y las dificultades de México de acceder a los capitales internacionales, se erigieron como doble freno para que, tanto el gobierno de Porfirio Díaz como los empresarios nacionales se atreviesen a arriesgar su participación directa en una empresa que en esos tiempos no auguraba el éxito.

El gobierno porfirista se valió de los mismos instrumentos empleados para establecer, fomentar y desarrollar los ferrocarriles, la minería y la manufactura, para crear la infraestructura, para impulsar a la explotación y desarrollo de la industria del petróleo, facilitando la protección legislativa sobre los derechos de propiedad e incentivos fiscales a la explotación y producción.

Según el gobierno de Porfirio Díaz, con la incursión de nuevos capitalistas en el rubro del petróleo se rompería el monopolio de las importaciones de queroseno, gasolina, parafinas y aceites lubricantes que provenían de Estados Unidos, desde finales del decenio de 1890.

¿Dónde hemos oído esto?

LOS PLANTEAMIENTOS DEL SIGLO XXI

En este año, en nuestra época, en el año 2014, en pleno Siglo XXI, parece que se repiten los esquemas y las situaciones de hace más de un siglo.

El gobierno federal, vía Presidencia de la República, al exponer la conveniencia de la Reforma Energética, señala en un boletín:

1.- La necesidad de producir más hidrocarburos,
2.- Que sean más accesibles para el consumidor, esto es, más baratos,
3.- Que particulares nacionales o extranjeros, participen en los procesos de la explotación petrolera, como complemento del capital gubernamental,
4.- Que el Estado defina las condiciones y características de la participación privada emitiendo una adecuada regulación,
5.- Que la participación de los particulares promoverá mejores resultados bajo condiciones de competitividad en la refinación, transporte y almacenamiento.
¿Regresamos a la época de Porfirio Díaz?

LOS PLATOS ROTOS

“Consummatum est”, es una locución latina de uso actual que significa literalmente "se acabó todo", "todo está cumplido". Según la traducción de la Vulgata latina (Evangelio de Juan, 19, 30), últimas palabras de Cristo en la cruz.

Y así parece que a los trabajadores petroleros les tocó “pagar los platos rotos”, como se dice vulgarmente, en esto de la Reforma Energética.

Fueron expulsados del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos y se plantea una modificación a su régimen de jubilación y pensiones.

“Es una buena idea para Pemex”, diría el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis de Videragay, quien agregaría que la decisión de hacerlo o no, corresponde sólo a la empresa y a los trabajadores, pero eso sí, dan un plazo de un año para hacerlo. ¿Decisión de quién?

Los trabajadores petroleros, a través de uno de sus representantes, ha dicho que no aceptarán los planteamientos del gobierno ni de la empresa.

Las condiciones de Petróleos Mexicanos no corresponden al inicio de la industria, cuando era operada por particulares extranjeros y políticos mexicanos. Tampoco corresponde a la época de la expropiación.

Sin embargo…

La política gubernamental parece enfocada a castigar a los trabajadores petroleros.

Y uno se pregunta: ¿En qué son responsables los trabajadores petroleros?

Desde luego que en las malas decisiones de quienes administraron a Petróleos Mexicanos, nada tienen que ver. En los turbios negocios que hicieron sus funcionarios y directivos, políticos nombrados por otros políticos, tampoco tienen culpa. Tampoco tienen culpa en las jubilaciones al cien por ciento de funcionarios de sexenio, que sólo laboraron el tiempo que el “padrino” estuvo al mando del país.

¿Tienen culpa en los privilegios y prerrogativas que obtuvieron en las revisiones del Contrato Colectivo de Trabajo? Tampoco. Las decisiones fueron de los que tenían la facultad de otorgar o negar esos privilegios. De nadie más.

Y, ¿no provinieron del “más alto nivel” las decisiones que correspondían a Petróleos Mexicanos?
¿A ellos, cuándo se les va a castigar?

“Consummatum est”. Frase de sacrificio.

TEMAS RELACIONADOS:

|

Columnistas

Caricatura

Lo más leído

Historias y Tradiciones de Veracruz