+ Columna de Eduardo Coronel Chiu, publicada en Diario AZ Xalapa y Veracruz
Zona Centro
Eduardo Coronel Chiu - 2014-10-22
De la exhibición a los hechos, del desfile a los resultados, de la gran parada y el montaje a la eficacia en el combate a la delincuencia, de los dos elogios anticipados a la demostración de sus capacidades tendrá que transitar la llamada Fuerza Civil, la nueva policía de élite que ayer se presentó en Veracruz.
Anticipada su creación e inicio de operaciones desde hace algún tiempo, no sin exageraciones mediáticas y protagonismo como la que hizo el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, con demora en su lanzamiento debido a cuestiones de agenda del Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong quien finalmente no vino, ayer finalmente se dio el ceremonial de abanderamiento de los 2 mil elementos que integran una nueva sección especializada de la policía del estado.
Surge la Fuerza Civil arropada institucionalmente. Tiene el evidente beneplácito del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien hace un par de días, en Poza Rica, felicito al Gobernador Javier Duarte por su creación augurándole éxito. El apoyo federal se confirmó ayer con la presencia en el acto del Secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón, y del comisionado para la Seguridad, Monte Alejandro Rubido. Ninguno de ellos escatimo el aval. El titular de Marina consideró un cuerpo de seguridad profesional con el que comienza Veracruz la consolidación de sus instituciones en la materia. Y por el mismo sentido lo que dijo el comisionado de seguridad.
Por su parte, el gobernador Duarte la calificó como el esfuerzo más significativo de su gobierno a la seguridad –su mayor legado a Veracruz- y una nueva etapa del modelo policial para la protección de la población del estado. Al precisar sus funciones, explicó el gobernador que la Fuerza Civil no sustituye a la policía estatal ni a ninguna corporación policiaca, sino que las complementa y se suma a ellas. Tendrá como tareas combatir a la delincuencia organizada, disminuirlos delitos comunes y a auxiliar a la población en caso de desastres naturales. Están más capacitados que los demás; en inteligencia y tecnología, en conocimiento de la ley y respeto de los derechos humanos, se dijo también que fueron entrenados por las fuerzas nacionales y en el extranjero –además reciben mejores salarios y prestaciones, lo que no dejará de generar alguna molestia en las corporaciones por esta estratificación por ingresos, o castas policiacas
¿CUMPLE VERACRUZ?
Es reconocido que uno de los principales retos de los estados –y del gobierno central- es la recuperación de sus cuerpos policiacos, su profesionalización y equipamiento para responder a una delincuencia que en la última década ha escalado en su agresividad y violencia, armamento, tamaño y diversificación geográfica y delictiva.
La emergencia de los cárteles de la droga y otras ramas de la delincuencia organizada encontró a los estados sin una policía capaz de enfrentarlos y además vulnerable a corromperse. Reducida en estadísticas, pero confrontara con otras mediaciones, como la encuesta del INEGI de victimización, y por la percepción social, la delincuencia no ha dejado de ser un problema y una preocupación para los veracruzanos. Si bien ya no hay los episodios de violencia espectacular
y cadenas de ejecuciones del pasado sexenio y principios del actual, signos de lucha de cárteles por el territorio, otros delitos de alto impacto social se han incrementado; el secuestro y la extorsión siguiente en la lista de pendientes.
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No hay duda de la contribución de la Marina –y de otras fuerzas federales- en coordinación con los cuerpos policiacos locales para la contención delictiva en Veracruz. Permanecerán los apoyos federales y la coordinación, aunque el objetivo es que aquí se desarrollan las instituciones locales que preserven el estado de derecho y que eventualmente aquellas se retiren y éstas por sí mismas hagan la tarea que les corresponde. Falta extenderla depuración policiaca a los municipios y a los cuerpos estatales que no son de élite, donde persiste la sospecha de infiltración de la delincuencia.
El nuevo grupo policiaco despierta reacciones encontradas. Genera expectativas de mayor seguridad, pero también escepticismo; en el mejor de los casos, recibe el beneficio de la duda, hasta que se gane la confianza ciudadana. Además, se le ve, le ha invertido una buena cantidad de recursos públicos en remuneraciones, entrenamiento y equipo; no pesa el precio, si ofrecen un buen servicio de mayor seguridad, prevención del delito, combate a la delincuencia y a la impunidad.
Si es el principio de la fortaleza del estado para proteger a la población, sea bienvenida la Fuerza Civil. A pesar de Bermúdez, que para el cuento, la simulación y el montaje es de la escuela de Genaro García Luna, el jefe policiaco del gobierno de Felipe Calderón. Pasado el desfile y el espectáculo, tendrán que entrar e n acción y dar resultados.