Ayer llegó a este columnista información clasificada de las razones por las cuales Arturo Bermúdez Zurita mando a tapiar el Congreso del Estado con guarros, patrullas y hasta el helicóptero.
Lo confirmó el gobernador Javier Duarte: había información muy sensible, de inteligencia de alto nivel, que confirmaba un riesgo para la vida del secretario de Seguridad Pública y por eso no se hizo pública.
Pero ya sabe que la banda en Veracruz es bien chismosa, así que ya se filtró.
Según versiones, estos son algunos motivos:
+ El taquero que llevó carne al pastor en realidad era un radical fundamentalista que infectó unos tacos de carne de perro con disentería y pensaba ofrecérselo a Bermúdez cuando pasara a saludarlo.
+ Vieron a unos peligrosísimos fotógrafos con cara de sicarios y con la sospecha de vengar a los “pinches medios”.
+ Un conocido líder yihaidista llamado Cuitláhuac andaba por ahí rolando y no se le veían buenas intenciones (especialmente que iba con maestros).
+ Una tal Araceli Salcedo pensaba hacerle un mortal y venenoso video donde lo encararía para preguntarle por su hija desaparecida, a la cual sólo atinaron a decir que era novia del “Lucky”, amigo del “Lagos”.
+ Tiene tanto guarro cuidándolo, que contrató más guarros para que cuiden a esos guarros que lo cuidan a él (sí se entiende, ¿no?). No vaya siendo.
Por lo pronto, esos son algunos indicios. Seguiremos investigando.
