Xico, entre los seis lugares del país que aguardan estatus de patrimonio histórico

Son El Oro de Hidalgo y Tepotzotlán, en Edomex; Huichapan, en Hidalgo; Tihosuco, en QR; Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí, y Xico, en Veracruz

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La Jornada - 2016-11-01

Seis centros históricos de igual número de municipios o poblaciones del país están en la antesala de ser declarados Zonas de Monumentos Históricos.

Son El Oro de Hidalgo y Tepotzotlán, en el estado de México; Huichapan, en Hidalgo; Tihosuco, en Quintana Roo; Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí, y Xico, en Veracruz.

A la fecha, el país cuenta con 59 lugares bajo resguardo federal de ese instrumento jurídico que reconoce el valor histórico y/o artístico de un bien o zona, para incorporarlo a un régimen legal de protección.

Cuando un sitio recibe una declaratoria, implica, entre otros aspectos, que los edificios catalogados no deben ser modificados o destruidos sin el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) se dieron las primeras dos declaratorias: Ixcateopan, Guerrero, y el centro histórico de la ciudad de Oaxaca, delimitado a 247 manzanas. En la administración de José López Portillo fueron 10 los sitios que ingresaron a la lista, entre ellos mil 435 monumentos históricos del primer cuadro de la Ciudad de México, mil 400 de la capital de Querétaro, y 3 mil 906 de Mérida, Yucatán.

Con Miguel de la Madrid se dio el mayor número de declaratorias: 20, en estados como Tlaxcala, Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Baja California Sur, Nayarit, Campeche, Puebla y Colima, tierra natal del ex mandatario, entre otros.

Carlos Salinas de Gortari emitió decretos para proteger nueve zonas, incluyendo el centro histórico de Coyoacán, en la Ciudad de México, mientras con Ernesto Zedillo fueron seis, con Vicente Fox 10 (las cuales firmó en una sola sesión), y Felipe Calderón, el último día de su sexenio, emitió sólo dos: las declaratorias para Cuautla, Morelos, y Real de Catorce, San Luis Potosí.

En lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto no se ha firmado ninguna declaratoria. Quedan dos años al Presidente para que autorice alguno de los seis anteproyectos mencionados que ya están listos para iniciar su revisión jurídica. Antes, deben ser publicados, como dispone la ley, por tres días consecutivos en el Diario Oficial de la Federación, en un periódico de circulación nacional y en otro de circulación municipal.

Si no hay inconformidades ciudadanas, cada documento será enviado a revisión a las áreas jurídicas de varias secretarías hasta que el decreto final llegue al escritorio presidencial para su firma.

El procedimiento pareciera simple, pero implica varios meses, sobre todo por el riesgo de que las inconformidades ciudadanas lo traben y, además, por estos días permanece detenido a la espera de que se publique el reglamento interno de la recientemente creada Secretaría de Cultura federal, y después, que se apruebe el nuevo reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos.

También hace falta que se determine un presupuesto para efectuar el procedimiento de declaratorias, por ejemplo, para cubrir los gastos de las publicaciones en los diarios, recursos que el INAH no tenía considerados para este 2016 porque es una ordenanza recientemente adicionada a la ley.

Antes el periplo burocrático de una declaratoria era a la inversa: primero se mandaba a revisión a las áreas jurídicas de las dependencias correspondientes, que se tardaban meses y meses en analizar las propuestas, regresarlas, pedir correcciones, volver a revisar, luego publicar, esperar las inconformidades ciudadanas, y volver a empezar el ciclo de revisiones.

Responsabilidad del INAH

El INAH es la instancia responsable de proponer al Presidente los proyectos de declaratorias de zonas de monumentos históricos, o paisajes histórico-urbanos, como definen los investigadores.

En la mayoría de los casos esto se refiere a centros históricos de ciudades que se fundaron durante la Colonia, las cuales, según censos del propio instituto, son alrededor de 250 en México.

Desde la creación del INAH, hace 76 años, se ha protegido con ese instrumento jurídico a 23.6 por ciento del total de ese rico patrimonio, amenazado de manera constante no sólo por el crecimiento urbano, sino por algunos empresarios inmobiliarios.

La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos determina que todas las construcciones que se hicieron entre la fecha del arribo de los españoles hasta el siglo XIX son monumentos históricos que el Instituto Nacional de Antropología e Historia tiene obligación de vigilar de manera permanente, en particular si esos inmuebles fueron dedicados al culto religioso, a la educación, a la asistencia y servicios públicos, al ornato y equipamiento urbano o si son arquitectura civil relevante.

En el catálogo del instituto, que se comenzó a elaborar hace tres décadas, a la fecha existen más de 117 mil inmuebles; por supuesto, cosa aparte es el riquísimo patrimonio mueble: esculturas, cuadros, archivos, mobiliario, etcétera.

Ese número de 117 mil inmuebles se incrementa de manera constante, porque no hemos terminado de recorrer el país; en la sierra de Chihuahua, o en las selvas Lacandona y yucateca, hay haciendas, norias, capillas, adoratorios, agencias aduanales, puentes, caminos de herraduras que año con año ingresan al catálogo; es un trabajo constante, explica Arturo Balandrano, coordinador nacional de Monumentos Históricos del INAH.

Sin embargo, las declaratorias son cosa aparte, añade el funcionario; son un instrumento dirigido a proteger conjuntos inmuebles densos, porque no es lo mismo resguardar la casa de Vasco de Quiroga, en Pátzcuaro, Michoacán, que el centro histórico de esa ciudad, que tiene un número importante de monumentos históricos, algunos que datan del siglo XVI, pero también arquitectura reciente. Por tanto, se requiere hacer una profunda investigación para definir cada proyecto de declaratoria.

Cada documento, reitera, debe someterse a un proyecto de validación jurídica, porque se va a convertir en una normativa que dará atribuciones y autoridad al INAH para proteger los conjuntos de inmuebles. “Por ejemplo, en el centro de Pátzcuaro no vamos a permitir nunca la construcción de una torre de condominios de 20 pisos en la plaza central, ni en el área protegida por el decreto.

Lo que sí vamos a permitir es arquitectura contemporánea que sea respetuosa del protagonismo que tiene la arquitectura histórica, que se ha ganado una dignidad para permanecer ahí por generar lo que llamamos la argamasa de la identidad cultural del pueblo mexicano, puntualizó Balandrano.

Tepotzotlán y El Oro de Hidalgo

Además de los seis proyectos de declaratoria que ya pasaron por un aparato crítico muy riguroso de investigación histórica, existen al menos 37 en los que trabajan investigadores y especialistas para actualizarlos o integrar los expedientes, pues el área a cargo de Balandrano jamás se queda con los brazos cruzados en lo que las declaratorias ya terminadas esperan los trámites correspondientes, dice el funcionario.

Al concluir 2016 se espera tener listos los anteproyectos de Salvatierra, Guanajuato (que considera 237 monumentos históricos); Valladolid, Yucatán (285 monumentos), y la ciudad de Zacatecas (889 monumentos), así como Tonalá, Chiapas, y Huauchinango, Puebla, en los que falta determinar la cantidad de inmuebles que se incluirían en la declaratoria.

Otros anteproyectos que ya se han trabajado, pero se encuentran en proceso son: La Paz, San Francisco Javier Viaggé Biaundó y Todos Santos, en Baja California Sur; Batopilas, Santa Eulalia y Casas Grandes, en Chihuahua; al menos 76 monumentos de la zona de Paseo de la Reforma hacia el Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México; Malinalco, Toluca y el Acueducto del Padre Tembleque en el estado de México; y Cuernavaca, Morelos.

Una vez aprobados el reglamento de la La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos y el presupuesto del INAH para el año que entra podremos iniciar los procedimientos para que ya se firmen, al menos, las seis declaratorias que ya tenemos listas. Ahí se incluye Tepotzotlán, donde está el Museo del Virreinato, y El Oro de Hidalgo, ambos en el estado de México, entidad natal del presidente Peña Nieto. Si logramos interesarlo en esos proyectos tal vez podríamos sacar al menos estos dos antes de que concluya el sexenio, señaló Balandrano.

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