#AsuntosPúblicos: AMLO ARRASÓ A YUNES

+Columna de Eduardo Coronel Chiu, escrita en Diario AZ Xalapa y Veracruz

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-01-16

Durante su gira de varios días por Veracruz, de jueves a domingo, en los que visitó municipios de la sierra de Papantla, es claro que el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), arrasó con Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador del PAN-PRD.

Aunque el objetivo local de sus recorridos eran los contactos con los grupos campesinos indígenas de la zona, una de las más pobres del estado y el país, para consolidar apoyos a su organización, López Obrador enfocó su combate político tundiendo al gobernador Yunes Linares, a quien exhibió cada día como un representante de las alianzas corruptas de poder –PRI-PAN-PRD– opresores del pueblo. Y le resultó.

En términos mediáticos, es evidente que en la confrontación verbal indirecta, vía medios de comunicación, salió con ventaja Andrés Manuel López Obrador sobre Miguel Ángel Yunes; si se busca la analogía con una pelea de box, AMLO lo vapuleó y sacó de control. Quizá no hubo KO, pero todos los días lo trajo a raya, lo puso contra las cuerdas; arrinconó a Yunes y lo exhibió en los espacios nacionales que dan cobertura informativa al líder de Morena, hoy el mejor colocado a la Presidencia de la República en 2018; por otro lado, AMLO apuntaló además a su partido, Morena, segunda fuerza política en la entidad, único contrapeso a Yunes en el estado.

Le hizo perder el control, lo jaló al ring

Los golpes de AMLO fueron calculados, en dos frentes, por un lado criticó la política nacional y los gasolinazos, pero por el otro arremetió contundente para señalar a Yunes, el gobernador del PAN-PRD, en complicidades y corruptelas con el gobierno de Peña Nieto; con su estilo irónico lo ridiculizó “a Yunes lo maicearon” –le concedieron recursos (7 mil 500 millones de pesos) para que se callara de la amenaza que iba a “cimbrar a México”, no ha resuelto el problema de la inseguridad y cuestionó la veracidad de la búsqueda del ex gobernador Duarte. Sostuvo que Yunes tiene con el gobierno de Peña “una relación mafiosa de impunidad”. Se refirió a un arreglo del PRI para dejar gobernar al representante del PAN-PRD, Yunes Linares; aludió al “gatopardismo” (aquella novela de Lampedusa sobre el cambio político en Sicilia), el cinismo adaptativo de las clases dominantes resumida en el enunciado “cambiar para que todo siga igual” (aunque en este caso sería “Can-pardismo”).

Después de las ráfagas de un par de días, Yunes no se contuvo y salió al argüende contra López Obrador –lo que este buscaba, lo atrapó–, no sacó nada fuerte ni fundado Miguel Ángel Yunes en su contraataque extenso en redes sociales –replicado por sus medios bajo contrato. No teniendo más parque, recogió Yunes la versión de que Duarte financió a Morena, un refrito de los dichos de su primo Héctor para desmarcarse inútilmente de Duarte, a la vez que una especulación fabricada con una grabación fanfarrona de Gabriel Deantes; ninguna prueba fehaciente.

La confrontación AMLO-Yunes tiene todas las características del debate político partidista. Se trata de posiciones retóricas donde lo importante no es la verdad sino la persuasión del auditorio, a través de una argumentación de apariencia lógica.

Es relevante la personalidad del emisor de los mensajes, la calidad moral percibida, aspecto en el que también aventaja AMLO, quien tiene más credibilidad que Yunes. Ambos se condujeron como facciones, cada quien su perspectiva política y partidista. Pero hay una gran diferencia. AMLO es líder de un partido político nacional. En cambio Yunes, aparte de que fue incapaz de refutar las imputaciones de AMLO, asumió un papel partidista y faccioso. El propio gobernador se subió al ring con un líder de la oposición y fue tundido.

AMLO hizo muy bien su papel de oposición. Morena hace lo que los demás omiten, son el contrapeso al autoritarismo de Yunes.

Salpicado con El Colorado

Encarrerado Yunes en su discurso partidista y faccioso, ya no vio quién se la hizo sino quién se la pagaba, y se metió en otra acusación tendenciosa y no comprobada, la supuesta vinculación del ex gobernador Fidel Herrera, Javier Duarte y el cisne Alberto Silva, con los Zetas y la delincuencia organizada a través de Pancho Colorado y las revelaciones en su juicio en Texas. Es una vieja historia que no tiene comprobación legal ni ha generado acciones penales ni en USA ni en México contra los señalados por Yunes. Yunes ha inflado esa versión como parte de su guerra política, pero carece de veracidad y sobre todo de consecuencias legales; cada quien que se defienda como pueda, lo que aquí se destaca es la utilización de una mentira por el gobernador Miguel Ángel Yunes, en un acto oficial, como gobernador, donde anunció un plan de seguridad para Tuxpan.

Por otro lado, el chisme del tema del Colorado, como es sabido, tuvo tantas intervenciones y destapes que el mismo Yunes Linares y los panistas no se salvaron del salpicón del Colorado.

Entre otros puntos se estableció que la empresa de Colorado, citada como fachada de lavado de dinero de los Zetas “ADT Petro Servicios”, fue contratista habitual de Pemex, y entre 2004 y 2011, es decir, bajo el gobierno panista, obtuvo más de mil 405 millones de pesos en 28 contratos. En 2010, Miguel Colorado Cessa –hermano de Francisco– fue candidato del PAN a diputado federal por el distrito de Poza Rica, y Yunes Linares lo respaldó e incluso participó con el varios actos de campaña. La candidata del PAN Josefina Vázquez Mota usó en sus giras aviones propiedad de Pancho Colorado. Y este mismo, en una entrevista concedida en la prisión americana, declaró que el ardor de Yunes Linares con él se debía a que se negó a darle dinero: “Miguel Ángel Yunes sí me pasó la charola por medio de Manuel Muñoz Gánem”, pero me negué.


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