#AsuntosPúblicos: ¿SUPRIMIR REGIDURÍAS O HACER RUIDO?
+Columna de Eduardo Coronel Chiu, escrita en Diario AZ Xalapa y Veracruz
Zona Centro
Eduardo Coronel Chiu - 2017-01-17
No parece que vaya a prosperar la iniciativa del gobernador del PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes Linares, enviada recientemente al Congreso local para reducir 236 ediles en 95 ayuntamientos.
En vez de ocuparse de resolver primero los graves problemas financieros que tiene el gobierno del estado, Yunes abre múltiples frentes, a todo le tira, en este caso a los Ayuntamientos.
Argumentando que existe una sobre representación en los Ayuntamientos, la plantilla edilicia –presidente municipal, síndicos y regidores– sobrepasa en proporcionalidad a la población censada, que podrían ajustarse regidores con un ahorro estimado de 137 millones de pesos anuales, mismos que se destinarían a otros rubros más prioritarios que al gasto de representantes políticos.
Nadie estaría en desacuerdo en optimizar los escasos recursos públicos de los Ayuntamientos. Posiblemente tenga razón Yunes en que hay una sobre representación edilicia; pero para empezar él mismo tendría que arreglar antes su propia casa; luego la de los vecinos, los ayuntamientos –a quienes además les debe dinero. Pero sobre todo es un momento inoportuno para regular la composición edilicia de los municipios –lo que hace sospechar de los móviles de la iniciativa, si no es sólo para meter ruido al ambiente, crear distractores.
El principal obstáculo que tiene la iniciativa es constitucional. El proceso electoral municipal para elegir 212 ayuntamientos está en marcha desde noviembre pasado; por tanto toda reforma legal en la materia en este momento choca con lo dispuesto en el art. 105 de la Constitución federal de que éstas deben aprobarse y promulgarse 90 días antes de iniciado el proceso electoral.
Controversia prevista
La iniciativa de Yunes generó controversia desde que la anunció en diciembre pasado, pero ahora que la hizo efectiva, intensificó la polémica. Hay oposición abierta tanto al interior del Congreso como de diversos actores, en principio debido a su notoria inconstitucionalidad –lo que rechaza su impulsor, intentando una interpretación de dudosa validez, como si se tratara de una cuestión simplemente administrativa, del conteo de población y su proporción, no electoral.
Avanzada por la diputación del PAN en la Junta de Coordinación Política, pretendían iniciar el proceso legislativo en la sesión de hoy, pero hay señales de que no han conseguido los consensos, y que por la resistencia, cuando menos hoy no entrará a la agenda legislativa.
El punto central en esta etapa son los votos. No ha podido conseguir el número de votos que necesita para su aprobación (mayoría calificada de 34 votos). Según se sabe, sólo tiene de su lado a la bancada incondicional del PAN, pues en esta ocasión no lo siguen los del PRD, y tampoco cuenta con la adhesión dócil de la oposición blanda (el PRI y los 5 unidos por Veracruz), coalición arreglada que le ha permitido someter al Congreso en asuntos importantes, como la designación del Fiscal del Estado y la aprobación del presupuesto con manga ancha para reformularlo en los próximos 60 días, y el cheque en blanco concedido para contratar deuda pública. Esta vez, además de la notoria inconstitucionalidad de la propuesta de Yunes, chocan también intereses de grupos políticos; la clientela de los partidos políticos y de quienes promueven candidaturas independientes.
Las regidurías que quieren suprimir son lugares o posiciones de grupos que se alcanzan como plurinominales o de representación proporcional, tienen valor político en los acuerdos al nivel municipal.
Por otro lado, si el Congreso se aventara a la aprobación de esta reforma –hoy atorada, pero no por ello se descarta, conociendo la volatilidad del voto de los diputados–, metería un alto grado de judicialización al proceso, detonaría una oleada de impugnaciones por violación de derechos políticos a aspirantes en los tribunales locales y posibles acciones de inconstitucionalidad en la Suprema Corte de Justicia, enrareciendo el proceso electoral. Está muy extraña la jugada de Yunes. Parece ideada para tirar fuegos artificiales, distractores, puro humo.
Gobernar con propaganda
Todos los gobiernos la usan, la difusión reiterada, convenenciera y favorable de mensajes, además de las vertientes negativas para desacreditar a sus enemigos y rivales, pero el de Yunes se pasa. En los chorros que arrojó ayer sobre los veracruzanos acusó a Duarte –una vez más– ahora de aplicar quimioterapias falsas a infantes, suministrar agua destilada engañando que era medicamento, lo cual es grave y punible, una acción que merece el repudio y la exigencia de castigo, el problema es que Yunes no documenta nada, sólo suelta la acusación, sin probar ni identificar a nadie. De la misma forma saca el tema de los medicamentos caducados, que ya merito van por los Duarpillos, y manda una iniciativa de reforma a la Ley de Tránsito para cancelar las fotomultas, que a nadie preocupan, pues no se aplican.
Mientras tanto la guadaña
Lo que sí es plenamente visible es su política de tijera y barredora, la saña con que los nuevos han despedido a cientos (¿o miles?) de burócratas.
Escudados en el pretexto de que no hay dinero suficiente y que deben enmendar el déficit estructural, etiquetan a los sacrificados como aviadores o recomendados de Duarte, se dan vuelo echando a la gente a la calle.
En todas las dependencias del Gobierno del Estado (y otros en imitación) practican los despidos masivos en la mayoría de los casos sin respeto a los derechos laborales, sin liquidación.
De poco servirá el requerimiento de información que un grupo de diputados locales planteó al gobierno de Yunes. Insensibles al desempleo ajeno. Evidentemente que tendrá un costo político electoral para el nuevo gobierno.
Se olvidan de la máxima de la picaresca política. Los carniceros de hoy son las reses del mañana.