#AsuntosPúblicos: POR UN COMISIONADO FEDERAL DE SEGURIDAD

+Columna de Eduardo Coronel Chiu, escrita en Diario AZ Xalapa y Veracruz

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-02-10

La incapacidad del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares para garantizar la seguridad pública en Veracruz, cada día más evidente, hace pensar ya en la necesidad de que el Gobierno Federal intervenga de manera más directa, mande mayores refuerzos de fuerza pública y de plano se designe a un comisionado que coordine las operaciones para restablecer el orden y la paz social en el estado.

A dos meses de haber asumido el gobierno del estado, Yunes no ha podido contener la oleada de violencia criminal, incluso, es superior a los niveles de los últimos años, signo de que Veracruz entró, a partir de su gobierno, a un nuevo ciclo alcista delictivo. Cualquier medio noticioso del estado –incluso las coberturas nacionales– está lleno de los incidentes de violencia e inseguridad a lo largo del territorio, norte, centro o sur, no hay escape al estado general de desprotección ciudadana: homicidios con el patrón de la delincuencia organizada: ejecutados, embolsados, mutilados o con tiro de gracia (ayer liquidaron en un centro comercial de Córdoba al líder cañero Norberto Echeverría Ortiz), desparecidos y secuestrados (un episodio crítico actual es la desaparición del delegado federal de Conafor, Martin Gelasio Castillo), además de los robos en diversas modalidades, a bancos y comercios, en carretera, etc.

No es que repentinamente aparecieran esos delitos, llevamos más de una década que se perdió la seguridad, cualquiera está en peligro de ser víctima, lo grave es el aumento significativo de la violencia criminal a partir de Yunes y la percepción de que su gobierno carece de la estrategia y de los medios para atender con eficacia esa responsabilidad primaria del Estado.

Declaraciones y excusas no combaten delincuencia
Las fuerzas federales, Marina y Ejército, están destacamentadas en el estado desde hace tiempo, así que una de las variables es precisamente el gobierno de Yunes.

Es ya es un lugar común contrastar las ofertas de campaña de Yunes y aún sus declaraciones iniciales, los mensaje de que sería implacable con los delincuentes, con los hechos, el desbordamiento y la incapacidad de su gobierno. No es lo mismo ser oposición que gobierno, cantinero que borracho, espectador que jugador.

Sus excusas no sirven a Veracruz, tampoco funcionan ya las inculpaciones a sus antecesores en el gobierno. Su secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marié, es su amigo y era empleado de su hijo en el municipio de Boca del Río, su director municipal de Transito; pero de plano no tiene el perfil para el problema de seguridad pública en el estado.

Un evento especial que exhibió como novatada al débil aparato de seguridad de Yunes fueron los saqueos masivos a los centros comerciales y gasolineras en distintos puntos del estado a principio de año, un desbordamiento que inició como protesta al aumento de las gasolinas en el primer día de enero.
En un escenario de inseguridad, menos habrá inversión en el estado.

Ya se vio que no será con declaraciones como se debe combatir a la delincuencia en Veracruz. Está bien que pidan refuerzos de la Gendarmería federal. Pero no parece ser suficiente. Si el gobierno de Yunes no puede con el paquete, que se haga a un lado y que el Gobierno Federal asuma la coordinación de las fuerzas de combate a la delincuencia.

Tierra Blanca sobre Bermúdez
Si todo es negociable, ¿lo es la liberación de Bermúdez?

Hay versiones encontradas; unos que lo van a ordeñar de información y de pasta, permanecerá una temporada a la sombra, como trofeo de caza, al menos mientras pasan la elecciones, para que no se diga que no tienen a ninguno de los Duarte porque se arreglaron; otros, al contrario, aunque no se descarte el arreglo con algunos, el vómito negro como fondo de campaña y ahorro personal, consideran que el Capitán Tormenta no es negociable.

Ayer se agregaron los familiares de los 5 jóvenes desaparecidos por el grupo policiaco de Tierra Blanca, por el que hay varios elementos en proceso, ente ellos el que era jefe de la plaza, Marcos Conde, para pedir en la Fiscalía que se extienda la acción penal a Arturo Bermúdez. A ver si le pueden probar los vínculos. Y cuantos más casos se suman por los excesos policiacos: la golpiza a los universitarios y el del cantante Gibrán, y otros dos jóvenes, víctimas de detención arbitraria y desaparición forzada por parte de la policía de Bermúdez, violaciones documentadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

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