#AsuntosPúblicos: AUMENTO A TASAS DE INTERÉS CONTRA RESTRUCTURA DE DEUDA

+Columna de Eduardo Coronel Chiu, escrita en Diario AZ Xalapa y Veracruz

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-02-14

La reestructura de la deuda pública del estado –la varita mágica que quiere de regalo el gobierno de Miguel Ángel Yunes– podría estar fuera de agenda, desechada por inviable; la inestabilidad del mercado de dinero, provocada entre otros factores por la inflación, ha creado un escenario desfavorable para negociar un cambio de condiciones tales como tasa de interés, plazo de pago y montos de amortización.

Después de la reciente subida de las tasas de interés interbancaria (TIEE) decretada por el banco de México (50 puntos, para quedar en 6.25%), referencia para los contratos, aparte de la sobre-tasa de varios puntos, el costo de comprometer el crédito del estado se observa excesivamente caro, y a la larga (aunque todos estaremos muertos) los veracruzanos del futuro lo cargarían.

Si bien nunca hay un buen momento para refinanciar los adeudos, el peor es cuando las tasas de interés –la ganancia del dinero– van a la alza.

El 28, cita con el endeudamiento

No valdría la pena ocuparse del tema si no fuera porque el gobierno de Yunes, pese a opacidad de su propuesta, insiste en que debe aprobarse, reprende a los diputados que no han otorgado su aval –hasta ahora sólo los del PAN están incondicionales de su lado–; y además ya hay fecha convocada para la sesión extraordinaria del Congreso en que se someterá a votación. Dentro de dos semanas, el 28 de febrero.

De la propuesta de Yunes podría decirse que es oportunista –juega con el drama de la emergencia de las finanzas y el descrédito del gobierno de Duarte (todo se lo robó)–, convenenciera y de coyuntura política electoral, apuesta a bajar los montos de pagos ahora e incluso obtener periodos sin pago –de gracia–, aprovechar los excedentes para apuntalar a su coalición electoral y su vástago como sucesor.

En sus características internas la propuesta es discrecional y sin transparencia. La reestructura que pretende el gobierno de Yunes es demasiado general, en paquete –quiere se le apruebe sustituir deuda por 42 mil millones a un plazo de hasta 50 años–, sin información financiera, proyecciones, cálculos y estudio de ofertas crediticias, que permita evaluar la decisión; tan sólo enuncia que mejorará las tasas y condiciones, pero omitiendo soportes convincentes.

No distingue créditos y obligaciones

El bulto o tamal que solicita Yunes se le apruebe a ojos cerrados, la manga ancha para recontratar toda la deuda pública, no hace la menor diferenciación de la estructura actual de las obligaciones.

Como a menores de edad, neófitos o súbditos no se toman la consideración de exponer cómo está contratada la deuda actual y cómo sería mejorada con una reestructura.

En el informe del Orfis a la cuenta pública de 2015, el capítulo de deuda pública del Gobierno del Estado distingue dos clases de contratos: los bancarios que a fines de 2015 (antes de los 4 mil 300 millones que tomó Yunes en diciembre de 2016) eran 17 contratos por un monto de 29 mil 626 millones de pesos. Y las emisiones bursátiles, que a esa fecha tenían un saldo de 12 mil 575 millones de pesos. El saldo global en ese documento es equivalente al monto que se pretende reestructurar.

Difícil encontrar mejores tasas

Lo interesante es que el cuadro de los 17 créditos mencionados contiene los datos mínimos del crédito, para lo pertinente del comentario; el plazo, su saldo, pero sobre todo, la tasa de interés. Si se observa la mayoría de estos créditos están pactados a la tasa interbancaria de equilibrio (TIIE), la que fija el Banco de México, más una sobretasa específica de cada crédito. Se advierte que las sobretasas que ahí se indican son relativamente bajas, entre 2 puntos muchos de ellos, y hasta 2.46 (con alguna excepción), esto significa que no sería fácil encontrar mejores tasas de interés. Habría que poner a prueba al gobierno de Yunes, que demuestre antes de cualquier autorización legislativa que tiene ofertas mejores, lo que se duda.

En cambio, la deuda bursátil, por estar contratada su tasa de interés en UDIS, unidades indexadas a la inflación, por lo mismo tenderán a subir, así que este componente sí valdría la pena que se explorara el cambio de condiciones, aunque la liquidación anticipada podría ser contraproducente.

Otra línea de acción que debe evaluarse es la reestructura de deuda bancaria autorizada por el Congreso al anterior gobierno.

Como vemos, no hay varita mágica. Aunque Yunes quiera matar víbora en viernes.

Seguridad pública, ¿un comisionado federal?
En un acto ayer –la toma de protesta al relevo en el Consejo Estatal de Seguridad Pública, la ex diputada Ana Ledesma por el difunto José Luis Lagunes–, el gobernador Yunes anunció recursos para seguridad pública por 5 mil millones de pesos.

Como es propenso a la propaganda habrá que identificar cómo se integra efectivamente esa disposición presupuestal, si en verdad se aplique, quién lo hace y en cuáles rubros. No se detalló, sólo lo expuso de modo general.

Lo cierto es que su anuncio no cambia el juicio negativo que ya hay sobre la incapacidad de frenar la oleada de violencia ni las manifestaciones delictivas que ayer siguieron irrefrenables. Se requiere una respuesta rápida y su secretario del ramo, Jaime Téllez Marie, está muy por debajo del perfil profesional necesario. No habría que esperar a que transcurrieran los 2 años del gobierno del Yunes para concluir que en seguridad –como en otros rubros– fueron años perdidos.

Por eso ya se comienza a plantear con seriedad pedir al Gobierno Federal se haga cargo de la seguridad pública del estado, se designe un comisionado federal de seguridad, si Yunes y su equipo no pueden.
Las excusas

Por excusas no paramos: la inseguridad es cuestión de percepción; se roban 100 pesos y unas cocas; el crimen organizado está en todas partes del país; les guste o no los asesinatos son entre delincuentes; los crímenes se cometen en otro estado (Puebla, Oaxaca o Tabasco) y los vienen a tirar a acá; no tengo varita mágica para resolver los problemas; es culpa de los gobiernos anteriores –vendieron la plaza a los Z, X o Y–; se robaron el dinero y no invirtieron en seguridad. Más las que se acumulen.

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