La última encuesta que llegó al Comité Nacional del PRI y que hizo a Enrique Ochoa que perdiera el color y se derrumbara en la silla de su escritorio, revela números de escalofrío: El PRI está en tercer lugar nacional en las preferencias partidistas con 21 por ciento, el PAN con 29 y Morena con ¡32!. El partido de Andrés Manuel ya rebasó con tres puntos a Acción Nacional, cosa que todavía en enero las cifras levantadas por el
PRI favorecían a los azules.
En la encuesta de las preferencias presidenciales, el priista mejor posicionado es Miguel Ángel Osorio Chong, con 18 puntos, 30 de Margarita Zavala y ¡36 de Andrés Manuel!. El PRI y el secretario de Gobernación perdieron en 60 días, más de 10 puntos y lo colocan cada día más lejos de retener la Presidencia de la República.
Pero eso no es todo, lo que dejó mudo y que hasta hizo estallar el puño de Ochoa Reza en su escritorio, fue cuando le enseñaron la cifras de la desbandada priista en los últimos cuatro meses hacia Morena: 33 mil líderes priistas de gran peso político en todos los estados decidieron irse con todo y seguidores al partido del tabasqueño a quien ven hoy como la opción real de ganar la Presidencia, el Senado y el Congreso. Llama la atención que en las encuestas priistas del líder nacional, sean los estados de Veracruz, Durango, Quintana Roo, Aguascalientes, Puebla, Chihuahua y Tamaulipas en donde más fuga de militantes se ha dado, coincidentemente es donde el PRI perdió las elecciones en el 2016. Y más: en el Estado de México, Coahuila y Nayarit, donde habrá elecciones para gobernador, el PRI ha perdido por lo menos el 25 por ciento de su padrón de militantes para
irse a Morena en los últimos meses.
Diputados priistas, que presenciaron la escena de la preocupación de Enrique Ochoa, entre los que estuvieron algunos diputados de Tamaulipas, afirman que su líder, ante la impotencia y el desmoronamiento que está viendo al interior de su partido, podría estar pensando ya en la renuncia a la dirigencia nacional, porque no quiere que lo culpen del hundimiento del barco tricolor en la víspera del 2018. Su posible renuncia se maneja para después del aniversario del PRI, el 4 de marzo.
En los números del derrumbe tricolor, hasta este momento y que están en la caja fuerte del Comité Nacional, Tamaulipas ocupa junto con Veracruz, el primer lugar de priistas que se han ido tras los pasos de López Obrador.
En las oficinas de Enrique Ochoa, a las que asiste de vez en cuando, hay un desgano total, tanto que muchos trabajadores en el Comité Nacional han empezado a buscar otros trabajos porque aseguran que “esto ya se chingó”, y ven en Enrique Ochoa a un dirigente frío, soberbio, que desconoce por completo las formas y las normas internas priistas.
La semana pasada recibió a varias comisiones de los estados que perdieron las elecciones y que le exigieron renovar las diligencias para poder trabajar hacia el 2018 y sólo les dio, dicen, un “pónganse de acuerdo ustedes y me lo comunican para darle formalidad”. En caso particular de Tamaulipas, va a cumplirse un mes desde que se reunió en las oficinas de Polanco con los diputados federales priistas y es fecha de que el priismo tamaulipeco sigue en la orfandad.
El último reporte comprendido de diciembre y enero, según la dirigencia de Morena en Tamaulipas, 800 priistas llenaron solicitudes de afiliación. En resumen: el PRI está en completa descomposición.
Pero no sólo eso sucede en el PRI. En el PAN, no andan tan bien las cosas. El pleito entre Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle, trae muy decepcionados a muchos panistas que también están yéndose a Morena. En los recientes procesos internos que acaba de tener Acción Nacional, sobre todo en Tamaulipas, hubo muchos lastimados, pues aseguran que hubo imposiciones y dedazos al más viejo estilo priista, “la mayor parte de los candidatos apoyados de la dirigencia estatal ganaron; hubo compra de votos y una que otra amenaza”, fue la queja de muchos. Esto provocó un descorazonamiento de varios líderes panistas en los municipios que anunciaron su salida del partido al PAN.
En el Partido de la Revolución Democrática, que se convirtió en una organización fantasma después del 6 de julio de 2016 en Tamaulipas, hoy, los pocos que quedaban, han roto con su dirigencia nacional e igual que priistas y panistas han decidido irse con el Peje. Alejandra Barrales, actual dirigente perredista, desde que fue nombrada como tal, soltó por completo al partido en los estados, y trae una preferencia electoral real apenas del 10 por ciento. Las crisis internas en los partidos tradicionales, y los desaciertos de los gobiernos, están haciendo crecer a Morena y por supuesto a su líder Andrés Manuel que camina derechito a Los Pinos.
Talachazos
EL RECUERDO.- Rodolfo Torre, ayer cumpliría 53 años, si no lo hubieran matado. Aunque hubo un festejo en la explanada del PRI para recordarlo, esta vez hubo más olvido y más tristeza. Desde su trágica muerte, Tamaulipas ya no fue igual. Era un buen hombre, un mejor ser humano que hoy, en medio de la creciente violencia se le recuerda más.
LA DISCADA DEL AMOR.-La comida gigantesca que ofreció Óscar Almaraz a las más de 2 mil familias victorenses en el día del amor, dejó otro buen sabor de boca a los capitalinos. Pues en medio de la chamba, el alcalde se ha dado tiempo para agasajar y llevarles un momento de esparcimiento a la gente que tanto le hace falta. Habrá algunos que le llamen populismo, pero en estos tiempos de hambre, un buen taco se agradece.
