#AsuntosPúblicos: OLOR A SOBORNOS DE ODEBRETCH EN VERACRUZ

+ Por Eduardo Coronel Chiu / Diario AZ Xalapa

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-06-13

El reportaje husmea y percibe el olor a sobornos y lavado de dinero pero no es suficiente, faltan eslabones para una demostración y sobre todo para una imputación penal directa.

Presentado por la Asociación Mexicanos Contra la corrupción y la Impunidad el reportaje que ampliamente se difunde en medios apunta a los nexos de soborno y lavado de dinero entre el corporativo Odebrecht y funcionarios de Veracruz. No obstante que se basa en el expediente penal de sobornos internacionales de esa empresa que se investigan en Brasil, no pasa por ahora de contribuir con indicios a la presunción de que salpicaron a los funcionarios de Veracruz, pero se le ven todavía cabos sueltos. Les falta una vinculación contundente con personas identificadas y sus cargos para formular imputaciones penales. Debe investigar la PGR y en su caso la Fiscalía del Estado. A ver a dónde llegan.

La investigación periodística citada reconstruye la red y ruta del dinero que parte de empresas y bancos controlados y usados presuntamente por Odebrecht para transferir fondos por 3.7 millones de dólares a una empresa considerada fachada, Blunderbuss Company, a la cual vinculan con el gobierno de Javier Duarte. En su argumento esa empresa es el vínculo entre Duarte y Odebrecht.

Es cierto que las operaciones huelen a soborno y lavado de dinero, tienen el modus operandi del duartismo, la empresa fachada o fantasma, la utilización de personas como accionistas prestanombres, domicilios falsos, sin actividad real, además constituida en la ciudad de Poza Rica en 2008. El sentido común y la malicia llevan aun sin pruebas a asumir que sí hubo sobornos. Pero, el piensa mal y acertarás puede servir como intuición, mas no sustituye a la razón y menos a las evidencias.

Cabos sueltos

Hay dos elementos de la investigación periodística que se deben conectar de una mejor manera. Primero, el periodo del suministro del dinero: el calendario de transferencias que describen inicia el 11 de agosto de 2010 con 1 millón 270 mil dólares, nueve días después, 215 mil dólares, el siguiente envío, el 26 de octubre de 2010 por un millón 343 mil 918 dólares. El 20 de octubre de 2010, 330 mil dólares; el 16 de diciembre de ese mismo año 115 mil dólares y finalmente el 3 de febrero de 2011, 480 mil dólares. La observación elemental es que Javier Duarte asumió como gobernador hasta diciembre de 2010, en tal forma que la mayor parte de las transferencias no corresponden a su administración (sólo 575 mil dólares), no al menos como gobernador, ese año era candidato; el gobernador era Fidel Herrera.

El segundo punto es la conexión con la empresa fachada. Específicamente la liga que presentan es entre la empresa Blunderbuss Company a través de un despacho contable, García Terán & Torres Asociados SC de Tampico, su personal participa en empresas relacionadas y controla la empresa fachada que recibe el dinero de Odebrecht y además la señalan como el despacho que administraba la sociedad de propósitos múltiples Xalapa SAPI, creada en 2013, una asociación entre Odebrecht y el gobierno de Duarte.

Ahí debe haber algo, pero se tiene que determinar. Como mencionan en el reportaje, cuando le preguntaron a la PGR sobre la empresa fachada de Veracruz: “estamos jalando los hilos…” No se vayan a enredar.

En la mira

Conociendo como masca la iguana, están bajo la lupa el complejo Etileno XXI, de la filial Brasken-Idesa en el municipio de Nanchital, con una inversión de más de 3 mil 500 millones de dólares, en cuyas autorizaciones tuvo injerencia el Gobierno Federal a través de Pemex (una rama de investigación de sobornos), y de los estatales, varios proyectos que no se sabe bien en qué quedaron pero que avanzaron juntos, como la sociedad de propósitos múltiples formada con el Gobierno del Estado para construir una presa hidroeléctrica y un sistema para dotar de agua a Xalapa y la región. Y la concesión del Sistema de Agua y Saneamiento del puerto de Veracruz y Medellín, otorgada al Grupo MAS, que controla una de las filiales del corporativo brasileño.

Una de las pistas lleva al agente del gobierno de Javier Duarte para los negocios con Odebrecht, Gerardo Mancilla, quien operó desde la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) como director, subsecretario y secretario al final.

Escándalo de humo con “testigo de oídas”

No trae solidez acusatoria, sino la intención del escándalo, lodo y golpeteo en medios la difusión del audio donde Arturo Bermúdez, el ex secretario de Seguridad Pública de Javier Duarte, canta la sopa, más bien la vomita sobre Héctor Yunes Landa, con el cuento del desvío de dinero público para la campaña electoral de gobernador.

Desde la crujía de Pacho, como aspirante a “testigo protegido”, se revela como un testigo de oídas. No lo vio directamente, sino que oyó a Duarte decirlo o se enteró, de supuestas entregas de dinero al candidato Héctor Yunes; nunca dice haber presenciado o haber entregado; a lo más que llegó, dispuso de un “acompañamiento” institucional, dice, lanza cifras sin haber visto o contado o filmado el dinero, la gente del candidato “recibió mil 300 millones de pesos, pero él pedía 2 mil millones; a Manlio le dieron más de 500 millones “para su programita”.

Hace unos meses ya habían filtrado que Bermúdez soltaba el cuerpo y la sopa; ahora difundieron el “audio” e insertaron en medios de comunicación, como un nuevo montaje de escándalo; obviamente de la autoría de Yunes Linares (producciones Cinito o circo), imposible no reconocer su marca de fábrica, además de que el cautivo Bermúdez está a su disposición –la prisión la administra el Ejecutivo–.

El nuevo ciclo de guerra ya comenzó. Es evidente el objetivo de abrir el ataque sobre la competencia electoral para gobernador en favor de su hijo, su sucesor, “el orgullo de su nepotismo”, hostilizar y atajar al blanco principal del lodo, el senador del PRI, Héctor Yunes Landa. Se ve le molesta que Héctor se haya destapado en sus aspiraciones para volver a postularse para gobernador el año próximo; le incomoda que se hay convertido en el mayor crítico de su gobierno desde el PRI.

Detonar un cohetón agarra tontos le sirve de cortina para desviar la oleada incontenible de ejecuciones, los escándalos de desvíos de recursos de los diputados del PAN y su falta de resultados para la población a medio de año de gobierno.

Pero el testimonio de Bermúdez no vale nada. Es jurisprudencia el criterio de que carece de valor el dicho de testigos de oídas, ya que no les constan personalmente los hechos; en el mejor de los casos, son indicios, no prueba plena. Del mismo modo es hacerle al ensarapado mandar a su fiscal Winckler a abrir una “carpeta de investigación” por “haber tenido una noticia delictiva”, a partir de un elemento tan endeble como el audio que se difunde, en el cual tiene sentido por el contexto de la interpretación: no por lo que dice, sino por lo que le agrega el receptor, quien complementa con lo que sabe. Como otras veces, no importa la verdad o la prueba sino el montaje, el escándalo y el lodo. Pero no se fue sin revés Miguel Ángel, su pariente agraviado aprovechó para contestarle. Como que el que se lleva se aguanta.


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