#AsuntosPúblicos: OTRA VEZ CHONG, PERO LA INSEGURIDAD NO MEJORA

+ Por Eduardo Coronel Chiu / Diario AZ Xalapa

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-06-15

Pero si acaba de venir al estado hace 16 días y ya está otra vez aquí. Miguel Osorio Chong, secretario de Gobernación del Gobierno Federal, viene y viene pero no resuelve nada; la inseguridad empeora, el estado está lleno de cadáveres, ejecuciones, secuestros, extorsiones, desaparecidos, ataques a periodistas, preside las reuniones del grupo de coordinación Veracruz, se toma la foto con su amigo y aliado político, Miguel Ángel Yunes Linares, con los uniformados Jefes de la Marina y el Ejército como decorado, ofrece mandar refuerzos federales, pero la violencia criminal no baja.

Estuvo en Córdoba en fines de febrero; declaró la guerra a la delincuencia, en Poza Rica el 29 pasado, para la estrategia contra el robo de hidrocarburos, aunque hay versiones de que también para las elecciones del 4 de junio, y ayer en Boca del Río para un acto sobre la violencia de género.

En cada ocasión Osorio Chong fulmina a los malos… con verborrea amenazante: “Vamos por ellos”, “seremos implacables con los criminales”, “Ahora vamos por los huachicoleros”. Ayer, como lo pedía la retórica del acto, se pronunció contra los feminicidas, y el machismo no sin emplazar al Gobierno del Estado a que en 4 meses cumplan con los protocolos y las recomendaciones.

Todos corean las hurras. Pero siguen sin garantizar la protección y paz a la población de Veracruz. En las cuentas que ya le sacan a Yunes, su aliado, en sus meses de gobierno los índices delictivos de alto impacto superan a los anteriores gobiernos en periodos similares. Ni con Chong mejoramos.

Alianza transpartidista

Es inusual la frecuencia del turis-chong, algo lo jala a Veracruz, sus motivos políticos o de otra índole se rumora. No coincide con el patrón registrado de giras, poco común además para un secretario de Gobernación, responsable de la política interior del país en 33 entidades federativas.

Su tasa de visitas al estado aumentó desde que es gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Se les sabe vinculados desde hace tiempo a través de un protector común, Jesús Murillo Karam –quien recogió a Yunes en la Segob en 1997, al ser despedido de la presidencia del PRI estatal por el gobernador Patricio Chirinos debido a la debacle electoral en los municipios–; Murillo Karam lo designó director de las prisiones federales. También Murillo Karam, ex gobernador de Hidalgo, es el impulsor de la carrera de Miguel Osorio Chong, su paisano hidalguense.

Si aquel los juntó, éstos se estrecharon por su cuenta; se les ubica en algunas transacciones a partir de que el hoy secretario de Gobernación era gobernador del estado de Hidalgo y Yunes director del ISSSTE: no obstante que Osorio permaneció en el PRI y Yunes se subió al PAN; han jugado objetivos políticos de beneficios mutuos, renovados en el sexenio de Peña Nieto, donde Osorio ha mediado y repartido con los partidos de oposición fieles, PAN-PRD.

Entre ellos se les cuentan en el tramo reciente –últimos dos años– la alternancia en Veracruz al PAN pero alineado al Gobierno Federal priista; pacto que corrobora el rol político de Yunes, dócil sin cimbrar a México. En la situación política en curso, vista por los intereses en juego, formarían un frente común de ataque a Andrés Manuel López Obrador y el Partido Morena.

Esta combinación en la guerra mediática de lodo la hacen un-dos; se dice que uno los fabrica, el otro los patrocina y distribuye.

Candidote

El secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, aspirante a candidato del PRI a la Presidencia de la República, iluso de que tendría alguna oportunidad de triunfo, pese a todos los factores en contra que se le observan: su gris perfil político, acartonado, carente de expresividad, elocuencia y persuación, entrecortado y tosco, sin discurso. El fracaso de la política nacional de seguridad pública, los pésimos resultados para contener a la delincuencia organizada y los notorios incrementos en los delitos de alto impacto, como homicidios ejecuciones, secuestro y extorsión, y de los patrimoniales el robo de ductos, entre otros. En 5 años el panteón de Peña no tiene diferencia con su antecesor Felipe Calderón, el iniciador de la guerra a la delincuencia.

Osorio Chong parece creer que revivió su candidatura con el triunfo electoral del PRI –en las cifras oficiales, no en la legitimidad– para gobernador en el Estado de México y en Coahuila. Son ilusiones. Todos ven y miden al PRI perdido para las elecciones presidenciales del año próximo. Ganaron en apariencia el Estado de México, la escasa diferencia de votos y la enorme inversión del aparato oficial para hacer ganar al precio que fuera ese estado, por lo que representa, solo muestra la decadencia del PRI y el fin inminente de su último regreso al poder nacional. Un partido a la baja, un gobierno rechazado y un mal candidato como Osorio Chong, son la fórmula perfecta para que gane otro. Sus rivales estarían felices de que él fuera el candidato del PRI.

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