Si en la contención de la delincuencia evidentemente va reprobado el gobierno de Miguel Ángel Yunes, en las finanzas públicas no sale mejor.
Se le ha hecho bolas el engrudo con la reestructura de la deuda pública y se prevé un escenario negativo para las finanzas del estado. Además de que es muy notorio el estado semiparalizado de la administración pública; la precariedad es característica, salvo para las áreas de sus preferidos y socios, el resto de los hijos de vecino padecen la asignación recortada; ni pensar en que pague adeudos de la pasada administración (los mandó a un limbo contable, para el maquillaje de la cuenta pública), tampoco a las instituciones a las que se retuvieron sus presupuestos anteriores.
Sin que mucho se sepa en qué se está gastando los excedentes de ingresos federales que ha recibido en estos meses, no podrá quedarse con todo, porque los acreedores de la deuda pública toman su tajada.
Alza en las tasas de interés, mayor pago
La agencia calificadora de riesgos crediticios Fitch’s Ratings ayer emitió un reporte al público en el que evalúa el alza de tasas de interés en los 8 estados más endeudados del país. Obviamente Veracruz entre ellos.
Como resultado de la inflación, la paridad cambiaria y la elevación de las tasas de interés por la reserva Federal en USA, repercutidas aquí por el Banco de México, Fitch proyecta que este año la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE), referente en los contratos de crédito será mayor a 8% (aparte la sobre tasa).
En lo respecta a Veracruz, lo pone en el filo de la navaja. Obligado a reestructurar su deuda (42 mil millones que autorizó el Congreso) sin lograrlo todavía, enfrenta en el corto plazo un aumento importante de los pagos mensuales a acreedores financieros por servicio de deuda, que estiman se elevará en 32.9%. Este concepto se llevaría 11.2% de los ingresos disponibles en 2017, cantidad muy superior a lo que presupuestaron en la Sefiplan de 7%. Según su estimación, el Gobierno de Veracruz pagaría hasta 4 mil 756 millones por intereses.
Aun concediendo que se vaya a dar la reestructura o refinanciamiento de la deuda (mayor deuda pero diferida, con pagos menores a corto plazo), la calificadora considera que no será suficiente. Tendrían adicionalmente que ser capaces de ajustar y controlar su gasto y obtener ahorros para cubrir las alzas en el servicio de la deuda. Al igual que la delincuencia el Gobierno de Yunes es incapaz de sanear las finanzas y menos de reducir el gasto, donde mete tijera es para disponer ese recurso para los suyos y el vencedor, toma todo. El tiempo lo está alcanzando.
Empresarios piden frenar a la delincuencia
Ayer fue el turno de los empresarios agremiados a la Confederación Patronal (Coparmex), en un video que circula en redes, al que se puede accesar en la página de internet del organismo, su presidente nacional Gustavo de Hoyos Walther, junto con el dirigente en el estado, Juan José Sierra Álvarez, reprobaron la actuación en materia de seguridad pública del gobierno de Miguel Ángel Yunes.
Consternados como todos los que aquí vivimos por el baño de sangre de las últimas semanas, que tuvo su clímax con los ataques mortales a jefes policiacos federales en Cardel y a 6 miembros de una familia en Coatzacoalcos, barbarie que incluyó a 4 menores de edad, enviaron un mensaje urgente de rescate. Pidieron al Gobierno Federal intervenga para reducir la violencia desbordada y el incremento de los índices delictivos de alto impacto (homicidios, secuestros, extorsión y robos).
Aunque con diplomacia dijeron reconocer “el esfuerzo” de las autoridades, dejan caer el verdadero juicio: “son insuficientes hasta ahora, lo que provoca que la percepción de la población se negativa”. Sólo Miguel Ángel Yunes sigue terco, negando la realidad del generalizado juicio reprobatorio a su gobierno.
Héctor y la anticorrupción
Si el senador Héctor Yunes Landa todavía anda en campaña para postularse de nuevo como candidato del PRI a gobernador el año próximo, parece descuidado en la integración de sus colaboradores.
De manera ingenua abrió un flanco de ataque al nombrar a un personaje familiar de Tony Macías, suegro de Javier Duarte y miembro de un grupo empresarial protegido de ellos. La designación de Stalin (es su nombre propio, en serio) Sánchez Macías, como su coordinador de asesores en la Comisión Anticorrupción en el Senado, puede ser tomada por sus detractores como una ironía o como un acto de cinismo; lo que ya comenzó a hacerse, según se ve en la declaración de la diputada del PAN, María Elisa Manterola, presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, quien recordó un chanchullo de donación de terrenos del estado otorgado por Javier Duarte a su salida a una asociación civil que controla la familia Sánchez Macías, acto obsequioso que revocó el actual congreso.
No hace mucho Héctor fue objeto de guerra de lodo, el supuesto canto de Bermúdez desde la cárcel de Pacho refiriendo que Javier Duarte le había entregado 1 mil 300 millones de pesos para su campaña a gobernador, aunque solicitó 2 mil millones. Los deslindes que había tenido Héctor de Duarte y su grupo se hicieron a un lado, o no calculó las consecuencias. Se olvidó Héctor del ser y parecer (como dice la frase, la mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo). Se ha puesto a tiro para que le reabran mediáticamente el tema.
Si ya nombró a Stalin, poco le falta para incorporar a Hitler.