#AsuntosPúblicos: FINANCIAMIENTO PÚBLICO A PARTIDOS POLÍTICOS

+ Por Eduardo Coronel Chiu / Diario AZ Xalapa

Zona Centro

Eduardo Coronel Chiu - 2017-08-22

Uno de los mejores negocios en México es tener o controlar un partido político.
Pueblo pobre, partidos ricos, elecciones caras.

En la víspera del inicio del proceso electoral para 2018 –comienza el próximo 8 de septiembre–, el nuevo órgano rector, el Instituto Nacional Electoral (INE), aprobó el pasado viernes el monto del financiamiento que recibirán el año entrante los partidos políticos del presupuesto del Gobierno Federal. La cifra es de escándalo, los contribuyentes del país sostendremos a las elites partidistas y sus burocracias y campañas proselitistas con una aportación de casi 7 mil millones de pesos (6 mil 788 millones), la cifra más alta de toda la historia electoral del país. Aparte de los recursos públicos que recibirá el INE para la organización de las elecciones –cuando menos de 5 a 7 mil millones más–, todo esto sin contar el costo de la organización para los órganos públicos electorales de los estados (OPLEs) y el financiamiento a partidos políticos, con cargo a los presupuestos de los gobiernos estatales. Cobran los partidos políticos en doble buchaca, reciben de la Federación y de los estados.

Estos montos exorbitantes de financiamiento a partidos políticos (como los costos de organización) son moralmente inadmisibles y políticamente cuestionables para un país de tantas carencias, con problemas graves de pobreza y de financiamiento al gasto público para programas socialmente prioritarios.

El reparto

Una muestra del reparto del pastel entre 9 los partidos políticos con registro nacional: el PRI se llevará 1, 689 millones, el PAN 1,281 mdp, el PRD 773 mdp, Morena 649 mdp, el PVEM 578 mdp, Movimiento Ciudadano de Dante Delgado 537 mdp, etc., etc., y una pizcacha de 345 millones entre los candidatos independientes.

En Veracruz

Todavía no aprueban el financiamiento a partidos para 2018, pero será mayor que el de este año que ascendió a 323 millones de pesos; en elección de gobernador y diputados el monto es un 30% superior. Ahora son 5 partidos con registro, el PAN recibe casi 90 millones de pesos, el PRI 79 mdp; Morena 77 mdp, el PRD 37 mdp, PVEM 33 mdp, y hasta los 4 que perdieron el registro (MC, Panal, PT y Encuentro Social) tendrán poco más de un millón de pesos por cabeza.

Fórmulas legales, a modo

El financiamiento público a partidos tiene su origen en la transición a la democracia, en el fin del viejo régimen de partido de estado; entonces el partido oficial vivía abiertamente del estado; la apertura a la competencia electoral y al sistema de partidos impuso la prohibición de acceder a los fondos públicos de otra manera que no fuera mediante el financiamiento público legal. Así nació el parasitismo de los partidos.

Posteriormente, bajo el argumento de fomentar la democracia y evitar que intereses fácticos y el dinero ilegal penetre a la política y haga inequitativa la competencia, que es dudoso no ocurra, los mismos partidos políticos y sus representantes en los congresos y puestos de decisión se han aprobado las prebendas en sucesivas reformas electorales para vivir más que bien del presupuesto público.

Han ideado una fórmula productiva que combina el padrón de votantes con un porcentaje del 75% del salario mínimo y su reparto con base en las votaciones obtenidas por cada partido, así como criterios para aplicarse a ciertas actividades, que se incrementan en años electorales. Las formulas están en las constituciones federal y de los estados así como en las leyes que regulan a los partidos políticos.

El negocio está legalizado. En esta época ya no aplican las viejas argumentaciones. Hay que reducir el financiamiento al mínimo.

Pueden cambiarse las reglas, pero la reducción del dinero va contra los intereses de estos actores políticos. Ahí sí no se ponen de acuerdo.

En México a los partidos políticos no los sostienen sus militantes o simpatizantes, sino los contribuyentes, los que pagamos impuestos. Claro, siempre es más cómodo y fructífero vivir del dinero de los demás.

Yunes gobierna en su burbuja

El gobernador Miguel Ángel Yunes sólo se siente bien frente al espejo y ante sus incondicionales que le confirman lo que quiere que le digan (es la hora que usted diga, señor) en un ensueño de adulaciones.

Construye con firmeza su tradición antidemocrática de repudiar a la disidencia y la crítica. Ya es habitual que refunfuñe a las preguntas de los comunicadores acerca de los problemas de ingobernabilidad, como la oleada de ejecuciones que azota al estado, secuestros y robos, entre otros delitos indicativos de la incapacidad de su gobierno, además de molestarse si le cuestionan de la falta de pagos y de las demandas de orden económico y de desarrollo. No le gusta el realismo de Veracruz, mejor vivir en Yuneslandia.

Ayer, por enésima ocasión, volvió a criticar que haya medios de comunicación que no reconocen los cambios y beneficios que ha traído su gobierno. Solo él se lo cree, que “Veracruz ha cambiado para beneficio de todos, hay quienes no les gusta reconocerlo”, si alguien lo critica es porque “no tenemos convenios y no vamos a tenerlos, esa es la realidad”. ¿Borrar la realidad por “convenio”?
No hace mucho emitió otra máxima: “No me interesa quedar bien con quienes me critican, sino con los veracruzanos”, como si quienes lo critican fuesen extraterrestres, poblanos o del Estado de México.

Yunes ya se pasó de verde, anda tirándole al “Maduro” (a Nicolás), si pudiera sería un dictador de república bananera.

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