Mensaje a Miguel Ángel Yunes, por el periodista Alberto Loret de Mola

+ Veracruz tiene, como dijera Colosio, hambre y sed de justicia. Merece a un gobernador que lo haga sentirse orgulloso. Veracruz, en este momento, eligió a Barrabás.

Zona Centro

Alberto Loret de Mola - 2017-09-03

Pues sí, ganaste. Es indiscutible. Fueron más los que votaron por ti que los que lo hicieron por otras opciones. Ahora, Miguel, y lo digo sin ironía, hay que entrar al gobierno por la puerta grande. Te explico:

Actualmente, pienso, te encuentras en las alcantarillas de la política. Recurriste a la sed de venganza del 32 por ciento que te eligió para ganar la gubernatura en una campaña que, como te dije antes, era impactante. Tu campaña distó de las grandes propuestas que requiere Veracruz. Tal vez eso necesitabas para ganar y te funcionó. Pero…

Podrás sentarte en la silla que ahora ocupa Duarte y, desde ahí, soltar a tus caníbales cazadores de cabezas, que tan bien conocemos, a hacer su trabajo, y sé lo harán con la eficiencia que les caracteriza. Sin embargo, para muchos, un 68 por ciento de los veracruzanos y tal vez un poco más, seguirás siendo un delincuente y pederasta. Es ahí donde, creo, deberías trabajar.

Para ser un gobernador que ofrezca justicia, se debe ser y parecer un hombre justo. Para perseguir a los criminales, se debe ser y parecer honrado y tú, por lo menos, no lo pareces. Y no lo digo yo. Lo dijeron durante toda la campaña las grabaciones que revelaron -ilegalmente- conversaciones de tu hijo cuando manejaba millones de dólares con una liviandad propia de quien tiene más, muchísimo más y no acertaste a aclarar el tema de manera convincente. No dudo que puedan ser negocios lícitos, con dinero bien habido, pero en el imaginario popular quedó grabado que andas comprando propiedades multimillonarias con dinero que te agenciaste en tu larga carrera como funcionario público. A eso súmale lo de los Panama Papers y lo de tu supuesto amigo Succar Curi, y ya tienes en la mano el porqué de esta especie de carta. No es un asunto personal.

Tienes por cuestiones constitucionales, un largo compás de espera para asumir tu cargo. Utilízalo, entre otras cosas, para limpiar tu nombre. Aclara puntualmente todas las dudas, no con ocurrencias banqueteras sino con argumentos sólidos, serios, contundentes. Convoca a especialistas a un foro y limpia tu nombre. Si eras amigo del pederasta (eso no es delito) aclara cuál era tu conducta, en ese entonces, en el diabólico departamento en donde la virtud de muchas niñas llegó a su fin. Hazlo con la verdad y esa, de ser lo que dices, te hará libre.

Veracruz tiene, como dijera Colosio, hambre y sed de justicia. Merece a un gobernador que lo haga sentirse orgulloso. Veracruz, en este momento, eligió a Barrabás. Si estás limpio Miguel, si no tienes la cola que muchos te adjudican, podrás pasar a la historia como un buen gobernador que hizo justicia, recuperó lo robado, y puso de nuevo en marcha lo que otrora fue granero y yunque de la nación.

No sé, honestamente, si te lo merezcas, pero si aclaras todos esos claroscuros de tu vida podrás salir de las alcantarillas de la política y entrar al Palacio de Enríquez por la puerta grande. Veracruz sí se lo merece. No dejes duda alguna sobre la mesa. Borra de nuestras mentes esos argumentos que sólo dañarán al gran estado que tendrás el honor de gobernar. Que bonito sería, pienso yo, hacerlo con la frente en alto.

Empeño mi palabra de reconocerte primero, la limpieza de tu nombre, la probidad de tu persona y, después, los alcances de tu administración. Pero para ello, te repito, exorciza a los demonios del edén.

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