Nadie se ha tomado en serio el citatorio de la Fiscalía del Estado al ex gobernador Fidel Herrera Beltrán para que acuda a una diligencia penal como “investigado” en relación con una denuncia hecha por la Secretaría de Salud estatal, en el caso conocido de los medicamentos clonados, caducados o pagados a empresas fantasmas (o algunos despistados acaso lo hayan hecho).
Le quita credibilidad el momento en que la autoridad ministerial del gobierno de Yunes decidió hacer pública la indagatoria e ir a colocar el instructivo de notificación en la residencia vacía del ex gobernador, a sabiendas que Fidel no está ahí, pues es sabido anda como cuatrero a salto de mata; sólo se asoma para actos muy cuidados del PRI, como la cena de ex gobernadores con el presidente nacional del partido Clavillazo Ochoa en la Ciudad de México y su furtiva y entacuchada presencia –signo de que tiene frío– en la mesa de estatutos en Campeche, ambos actos en el marco de la Asamblea Nacional del PRI a principios del mes pasado.
Jalar la marca
En principio se le ubica al asunto como un distractor o cortina de humo. En el manejo del control de daños e intento de manipular la opinión pública se encuadra que hayan escogido perseguirlo en el martes negro (y no por Fidel); cuando aún estaba en apogeo el escándalo por las despensas a damnificados con propaganda alusiva al gobernador Yunes (el tristemente célebre Yúnete), tundido en todas partes por zopilote político, este mismo día, además denunciado en conferencia de prensa en el Senado por el grupo de actores políticos que pretenden recoger la decadente causa del PRI; y no sólo eso, también concurrente con el desborde la violencia delictiva en Xalapa; los baleados en la calle de Lucio a mediodía, donde falleció uno y otro quedó herido; y el macabro montaje de los tres embolsados y decapitados que fueron arrojados frente al parque Ensueño en la avenida Murillo Vidal. Es un lugar común al que no falta soporte empírico que en política no hay casualidades (aunque la haya).
Caso mediático gastado
De la tremendista declaración inicial del gobernador Yunes a mediados del mes de enero, cuando acusó a Duarte y a Fidel del pecado “brutal” de inyectar agua en quimioterapias falsas a niños cancerosos al peritaje de la Comisión Federal de Prevención de Riesgos Sanitarios (Cofepris) hubo una gran distancia; quedó en una denuncia federal ante la PGR por uso de medicamentos caducados y algunos sin patente, entre estos pruebas de VIH, pero ninguna comprobación de que se hubiera aplicado agua o falsa quimioterapia a niños cancerosos. De las investigaciones de entonces se desprendían posibles irregularidades en las compras, en las que por cierto no se sabe que hayan aprehendido o citado a nadie, pese a que esas operaciones se mencionaron como involucrados a algunos conocidos proveedores locales y al maletero de Fidel y de Duarte, el hoy diputado federal Jorge Carballo.
El circo que no vendrá
Para el circo de Veracruz sería el gran show que encarcelaran a Fidel-Duarte, pero está fuera de alcance, lo tiene el gobierno de Peña –seguro podría haber elementos de responsabilidad en no pocos actos de aquella administración dilapidadora que mochaba todos los presupuestos; además de la responsabilidad política al haber dejado como sucesor a Javier Duarte –para cuidarle las espaldas–, un destructor de las instituciones del estado y saqueador de las arcas públicas. De aplicarse hallarían más carne que en el caso de los medicamentos clonados, que ahora improvisan.
Uno de estos es el regalo de las utilidades del Gobierno del Estado en la explotación de la autopista Veracruz-Cardel, el 39% que aun le correspondía, cedido por Fidel Herrera desde 2007 sin contraprestación probada a la empresa ACCSA (Agrupación de Compañías Constructoras) a cambio de la ampliación del libramiento San Julián-Tamaca, de dudosa inversión, excesiva y absolutamente ventajosa para la empresa controlada por Valentín Ruiz y luego por sus sucesores. Pero ahí no le mueve Miguel Ángel Yunes, por conflicto de interés, también son sus socios.
Apuestas
Tampoco se cree que vaya a acudir el ex gobernador Fidel Herrera a la Fiscalía General del Estado el próximo lunes a las 10 am.
Prevenido de una posible aprehensión desde que Yunes lo acorraló con acusaciones temerarias, lo destituyeron como cónsul en Barcelona y se vio obligado a retornar a México a esconderse que ahí viene la basura, Fidel seguramente vive no solo oculto sino amparado.
Con todo y que pudiera tener uno o varios amparos para no ser detenido, sería en extremo peligroso para su libertad meterse a la casa del lobo feroz; ya se sabe que aquí el fiscal Winckler encuentra las rendijas para ejecutar aprehensiones de la banda enemiga de su jefe Yunes, como se ilustra con varios casos; entre ellos el de Mauricio Audirac, ex secretario de Finanzas incauto y multiamparado que se quedó a gozar de su fortuna mal habida en los gobiernos que participó, se mudó solo a Puebla de donde lo trajeron a Pacho, caso muy parecido al de los amparos que tenía Francisco Valencia, ex de CAEV, que eran como queso gruyere, con hoyos, para detenerlo.
Más listos los que tienen amparo y además están escondidos, como Juan Antonio Nemi Dib y Antonio Gómez Pelegrín, ex secretarios de Salud y de Finanzas y Planeación, respectivamente. Y todavía más, los que pactaron la fuga o la impunidad.
