La búsqueda mantiene la esperanza de hallar vida

+ El inmueble colapsado en Álvaro Obregón 286 tenía tres pisos más que en el proyecto original; han transcurrido casi 100 horas desde el último rescate.

Nacionales

MILENIO - 2017-09-25

El edificio de Álvaro Obregón 286 que colapsó tras el sismo fue originalmente concebido para contar con planta baja y dos pisos, que creció hasta seis niveles, confirmó el coordinador de asesores de la Secretaría de Movilidad, Humberto Morgan.

Al dar un corte informativo a los familiares de las 44 víctimas que se encuentran atrapadas entre los escombros, explicó que la construcción de más niveles, así como un grosor mayor en las lozas que dividen cada piso son los principales elementos que han generado que las labores se compliquen y tomen más tiempo.

Aseguró que junto con los expertos que han acudido a brindar apoyo y asistencia se tomó la decisión de ir quitando peso fracturando la loza para retirarla, lo que permitirá liberar de peso la estructura y estabilizarla para continuar con las labores de rescate, las cuales han permitido recuperar a 27 personas con vida y tres fallecidas.

Casi 100 horas han transcurrido desde el último rescate; sin embargo, las labores de búsqueda se han mantenido con la esperanza de encontrar con vida a las personas que permanecen atrapadas.

Cuarenta y cuatro familias permanecen a la expectativa de ver que el esfuerzo de rescatistas se cristalice en una esperanza para reencontrarse con quien ha permanecido entre los escombros más de seis días.

Karina Gabriela Albarrán tiene 30 años de edad. Su nombre forma parte de una lista de 44 personas que trabajaban en el despacho contable Aguilera, en el piso 4, y que son buscadas por rescatistas, luego de que el inmueble se vino abajo el pasado 19 de septiembre.

Desde hace días, Karina no confiaba en la estructura del edificio. Así se lo decía a su papá y a su tío. Les contaba que tras el sismo del 7 de septiembre, la edificación se dañó, porque comenzó a cimbrarse con el paso de los camiones, y esto antes no ocurría.

La última vez que hablaron con ella, el 19 de septiembre, Karina le pidió a su familia que no le llamaran porque tenía que participar en una junta muy importante.

Después de esa llamada no volvieron a saber de la contadora, relata Armando Albarrán, su tío, quien junto con su hermano, padre de la desaparecida, hacen guardia en la zona del desastre.

Armando se queja de que las autoridades no hayan nombrado un vocero para informarles sobre las labores de rescate. Saben más, afirma, por los rescatistas que se acercan a ellos y le comentan las maniobras que han emprendido para tratar de rescatar a los atrapados.

Al principio, los rescatistas les hablaron de que había entre "30 y 40 personas con vida, pero eso solo fue al principio"; han pasado seis, "y ha disminuido el número y creen (los rescatistas) que ha bajado.

Armando dice que la esperanza no cesa, porque se reunieron con los equipos de rescate de EU, Japón, España e Israel.

"Los israelíes traían una tecnología muy buena para localizar mucho más rápido a la gente; unos aparatos y nos pidieron los números telefónicos de los desaparecidos y el modelo".

Los extranjeros pidieron a todos los presentes en la zona apagar sus celulares por tres cuartos de hora. Eso ayudó a localizar "muchos de los aparatos" de los desparecidos y saber su ubicación en el edificio.

El coordinador de emergencias de la brigada internacional Cancún, Enrique Ochoa, dijo que desde el martes comenzaron a aplicarse diversas técnicas de búsqueda y localización, las cuales van desde procesos de penetración y corte; no obstante, explicó que la forma en que el edificio colapsó prácticamente dejó losa sobre losa, lo que dificulta los trabajos.

"Genera un riesgo importante, ya que las estructuras se deslizan una sobre otra y todos los procesos que se hacen de romper una loza se vuelven muy complejos por el tema del tiempo", dijo.

No obstante, las buenas noticias llegaron al final del día, cuando uno de los rescatistas de Israel, David Lichman, informó que hacía tres horas se había identificada en el cuarto piso a una persona, que describió a través de una foto en la que se veía que lucía un traje y un reloj en la mano derecha.

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