El juego de marketing de los dirigentes de los partidos políticos agrupados hoy en el Frente “Ciudadano”, PAN-PRD y MC, Ricardo Anaya, Alejandra Barrales y Dante Delgado –en vías de convertirse en coalición electoral–, les hace presentarse al auditorio como predestinados a la salvación de la patria, son los mesías de la derecha.
Ya se va haciendo monótono y chocante detectar su discursillo reiterado (como en la entrevista promocional en TV ayer con Carlos Loret de Mola), desde el inexistente cielo de la política; en el altar de los “puros”, los patriotas, desinteresados en algún beneficio personal: todo por el interés supremo de la Nación, cuando los tres, Anaya, Barrales y Dante, son políticos profesionales que cargan en su historias señalamientos de riqueza personal y familiar.
Solo para ingenuos; esa es la imagen del destinario tipo del truculento mensaje.
Su envoltorio del momento es septembrino y patriota; primero México, después el Frente y allá muyyyyyyyy pero muuyy lejos, sus intereses personales “legítimos”, como la canción, vienen de un mundo raro…
Los adversarios de estos dirigentes, en el PAN y PRD (Dante es dueño y por tanto no tiene oposición), acusan a Anaya y a Barrales de apoderarse de los partidos y de haber negociado ya las candidaturas, reclamando se abra a los ciudadanos la elección de candidatos; los dedazos e imposiciones que apuntan a que Ricardo Anaya como jefe del Frente, con la franquicia de más votación, será el candidato de la Coalición a la Presidencia de la República; Alejandra Barrales candidata al gobierno de la Ciudad de México y Dante, jefe de gabinete. En sus sueños.
Desde el Partido extraterrestre
Ricardo Anaya, como si procediera del partido extraterrestre y no del PAN, que ya gobernó dos sexenios con grandes deficiencias también y sin cambio de régimen, proyecta su rival de paja, el PRI, con trazos del anterior al 2000, y ofrece al respetable público como cualquier retador al partido en el poder otra vez “un cambio de régimen”, todo lo que dicen de él en lo personal son invenciones, mentiras, como el enriquecimiento de su familia en Querétaro. Entre sus prácticas de purificación, el trío de santos deja en claro que son “demócratas” (pero no tanto), no abrirán la selección de candidato a cargos de elección a la participación ciudadana, como lo exigen los disidentes y aspirantes, entre ellos Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle, del PAN, y Silvano Aureoles del PRD; la justificación, deben impedir que se les meta el diablo, que el Gobierno Federal y el PRI se entrometa en las designaciones. El método de selección, se adelanta, será puro… dedazo.
Más Síndrome de Estocolmo, por la patria
El ex gobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro (1988-1992), coordinador de Movimiento Ciudadano, la cola del PAN-PRD en el frente, se envuelve en el lábaro patrio para justificar que apoyaría en el estado el proyecto de sucesión monárquica del actual gobernador Miguel Ángel Yunes Linares –su verdugo y carcelero en los noventas–. A pregunta expresa, Dante no dudó en arrastrar su apoyo, ya que “el proyecto de transformación del país es superior a cualquier diferencia personal”.
¡Bien Vendido!
Lo que no dijo, además de la incongruencia y cobardía con que siempre ha eludido reclamarle a Yunes su encarcelamiento declarado ilegal por el Poder Judicial de la Federación, es cuánto vale en Veracruz su contribución a la campaña del junior; en la pasada elección para gobernador, en junio de 2016, MC, el partido de Dante Delgado, obtuvo solo 37 mil votos, el 1.2% de la votación total y hasta perdió el registro como local para efectos de las prerrogativas. Se sabe vender.
Denuncia ignorante de diputada Gamboa
En el nuevo argüende de la diputada local del PAN, María Josefina Gamboa, con antecedentes penales de cafre homicida, se le vio ayer en la Fiscalía del Estado presentando una denuncia en contra de una agencia de noticias que la vinculó a la delincuencia. Esta agencia difundió un chat en whatsapp supuestamente de la diputada con un narco del que se infiere un intercambio sobre los pendientes que tenía con ellos por los favores recibidos.
Quizá ofuscada por el golpe mediático, la diputada se precipitó sobre la Fiscalía para denunciar por un inexistente delito; aunque quiso presumir de leyes ante los reporteros que la abordaron en el sitio, y dijo saber que los delitos de difamación y calumnias estaban derogadas –lo que es correcto–, sostuvo que iba a denunciar penalmente por “daño moral”. En ninguna parte del código penal del estado existe el delito de “daño moral” como supone la diputada, tan convencida de su saber que todavía instruyó a los reporteros que consultaran para que no fueran ignorantes. Seguro por la turbación y el enojo se equivocó de código; el daño moral es una obligación de carácter civil, de la que resulta una indemnización; no es un delito, se activa con una acción civil ante un juez, no es una denuncia ante la Fiscalía del Estado. Se entiende por qué es diputada y estaba molesta, aunque algunos la observaron solo haciendo el show para no aclarar si eran o no auténticas las comprometedoras conversaciones.