Veracruz espera a los buques más grandes; realizan ampliación de punta

El proyecto de infraestructura portuaria más importante de los últimos 100 años en México está en marcha y a partir del 30 de junio, al inaugurarse la primera etapa con la llegada de un buque Triple E, podrán arribar a aguas nacionales los buques de carga de última generación como el mencionado, los más grandes que están navegando el mundo, con 400 metros de eslora o longitud.

El nuevo puerto de Veracruz marcará un antes y un después para el desarrollo económico y social de la región, al ser la ventana más amplia jamás creada para el comercio de mercancías, con conexión a los cinco continentes en 54 rutas marítimas.

Jorge Enrique Baños, subgerente de Desarrollo y Difusión de Proyectos de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (Apiver), explicó que esta obra estratégica lleva 80 por ciento de avance en la primera fase.

Detalló que con este proyecto se podrá casi cuadriplicar la capacidad de carga comercial del puerto, al pasar de 28 a 95 millones de toneladas al año, con una inversión público-privada, en sus dos etapas de 70 mil millones de pesos, recursos que se aplican desde 2014 y hasta 2030.

“El puerto de Veracruz es uno de los más importantes en el país, somos el primer lugar nacional en movimiento de autos, en movimiento de granel agrícola y el tercer lugar nacional en movimiento de contenedores”, destacó.

La construcción de esta plataforma logística de clase mundial era urgente, porque el antiguo puerto de Veracruz, con 116 años cumplidos, no tenía hacia dónde crecer; por un lado, el Fuerte de San Juan de Ulúa y por el otro lado, el muelle turístico de Veracruz

“Se tiene contemplado que en su totalidad el puerto genere 140 mil empleos, 40 mil de los cuales serán directos, 100 mil serán indirectos”, precisó.

Los primeros trabajos se crearon en la fase de preparación del sitio, donde participaron 153 pescadores locales para atender uno de los principales retos ambientales, la reubicación de más de 48 mil colonias de coral, que podían morir por las obras.“Todavía participamos en los monitoreos, la limpieza, le hemos dado seguimiento”, indicó Bernardo Hernández Guzmán, líder del sector pesquero.

Después de casi tres años, los corales trasladados a 22 kilómetros de distancia, tienen una tasa de supervivencia superior al 80 por ciento, que rebasa la condicionante establecida en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), autorizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), además de que los pescadores ven en este proyecto una nueva opción de vida.

“Los hijos de los pescadores están interesados en participar ahí, hoy se están preparando, porque ven una fuente de trabajo”, señaló Hernández Guzmán.

La construcción de la coraza del nuevo puerto de Veracruz fue un desafío de ingeniería y desarrollo sustentable. El rompeolas poniente tiene 4.2 kilómetros de largo y está formado con piedra basáltica, un muro de concreto de nueve metros de altura y la colocación de más de 27 mil piezas prefabricadas de concreto hidráulico conocidas como Core-Locs.

José Isaac Ramírez, encargado de la Coordinación de Protección Ambiental de la Apiver, señaló que para contener los sedimentos generados por el vertimiento de la roca en el rompeolas poniente, se colocaron mallas antidispersión, para evitar que fueran a parar al Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, que era una de las mayores preocupaciones de los grupos ambientalistas.

El nuevo puerto de Veracruz contempla además el dragado de 12 millones de metros cúbicos de arena del fondo marino para lograr que el canal de navegación tenga entre 15 y 20 metros de profundidad.