Hoy detono el debate con dos preguntas muy personales y profundas, ¿te consideras una persona leal? ¿Conoces a alguien desleal?
La toma de decisiones depende de muchísimos factores, pero hoy vamos a debatir acerca de algo que en estos días es ya muy escaso y por tanto valioso: la lealtad. Esta reflexión te va a gustar.
Tu respuesta a la primer pregunta indudable será que sí. Nadie quiere llamarse a sí mismo deshonesto, vendido, convenenciero, ‘chaquetero’ o cualquier otro similar.
Sin embargo debo aclarar que ser leal en el amor no necesariamente significa que te comportes de igual manera a la hora de comprar ciertos productos, o con tus amigos, jefes o hacia la institución donde laboras, o viceversa. Aquí empiezan las complicaciones.
Lealtad significa dar cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor. De igual manera se refiere al amor y a la entrega que muestran las personas entre sí o a las mascotas con sus dueños.
Difícilmente alguien puede decir que es 100% leal en todo. Puede ser que te sientas muy comprometido con cierta causa o con cierta persona en un determinado periodo de tiempo, pero la naturaleza del ser humano implica una inminente necesidad de cambio constante. Así que ello puede derivar en que tus gustos y preferencias de hoy no sean exactamente los mismos que los que tenías hace 10 años o los que tendrás próximamente. De tal suerte que ya no compras el mismo tipo de ropa, perfume, alimentos, etc. que antes. Esto último no te vuelve desleal ¿o si?
Además del compromiso, la responsabilidad, la seguridad, la astucia, la personalidad y otra serie de factores que hacen que consideremos a ciertas personas como muy importantes en aspectos laborales o personales, la lealtad es un ingrediente fundamental.
Cuando llegas a un nuevo trabajo o escuela, inevitablemente sientes angustia y deseas enrolarte y pertenecer pronto a un círculo donde el factor predominante es la antigüedad y la confianza, intrínsecamente ello implica fidelidad. Cuando cuentas ya con gente afín a tus objetivos e intereses, comienza el tratamiento hacia lo leal.
Mi reflexión hoy para ti es esta: sé leal a ti mismo, a tus valores, a tus ideas, a tus objetivos y a tus principios. A las personas de tu trabajo o amigos es muy complicado serles del todo leales porque de una u otra forma habrá disgustos y las condiciones pueden cambiar de un día para otro, sin embargo siempre sé franco y directo con ellos. A tu pareja ofrécele lealtad absoluta, o al menos procura no ser deshonesto. Esto te hará sentir muy bien, responsable, maduro y fiel, te lo digo con conocimiento de causa. Vale la pena.
Y finalmente te recomiendo que estés siempre pendiente de los desleales.
En cualquier momento te harán daño. Identifícalos, evítalos e ignóralos.
