Los comercios en Tlacotalpan reciben a miles de visitantes

+ Artesanos y comerciantes alistaron sus lugares para ofrecer sus productos y servicios + Los turistas adquieren ropa, artesanías, recuerdos, pan y repostería tradicional de esta Cuenca del Papaloapan.

Zona Sur

COMUNICADO - 2014-01-31

Durante las Fiestas de La Candelaria, artesanos y comerciantes alistaron sus lugares para ofrecer sus productos y servicios a los miles de visitantes que arriban a la ciudad, como hace más de 200 años, para esta celebración que distingue a nivel nacional e internacional a la Perla del Papaloapan.

Las calles, callejones, plazuelas y espacios públicos se han convertido mitad pasillo para los visitantes y mitad escaparates, en donde los turistas satisfacen sus paladares, adquieren ropa, artesanías, recuerdos, pan y repostería tradicional de esta cuenca.

Las Fiestas de La Candelaria son un evento que reúne a miles de personas, que provenientes de diversas partes del estado, el país y el mundo tienen algo en común: el gusto por la cultura veracruzana, el arte y la cultura en general.

Manuel Balderas Hernández llegó de Catemaco el día 29 para instalarse y comenzar a ofrecer su trabajo: piezas de bambú que lo mismo son alhajeros, que bases para varillas de incienso, tazas, aretes con pirograbado, verdaderas obras de arte y el souvenir perfecto.

“Llegamos con productos terminados, preensamblados para comenzar a la brevedad a vender. Venimos a Tlacotalpan porque La Candelaria, más allá del comercio, en nuestro caso, nos representa un importante espacio de encuentro cultural con otros artesanos; aquí se da un intercambio importante de experiencias, técnicas y también de relaciones humanas”.

Mientras pirogrababa pequeñas escamas de bambú para engarzarlas en metal y convertirlas en aretes, este hombre de Catemaco reconoció, además, las facilidades que las autoridades les han brindado para establecerse en un espacio del callejón Pablo Díaz, que conduce desde el parque Zaragoza al pequeño muelle de la ciudad.

Metros adelante, un hombre moreno hace amarres, corta alambre, mide alfajías y las dispone a la misma distancia entre dos bases de metal, está instalando su mesa de exhibición donde horas más tarde los clientes podrán apreciar piezas en plata y acero inoxidable que fabrica.

Se trata de Ezequiel González García, un artesano que desde Puebla llega con un grupo de colegas a trabajar y ofrecer sus productos; asegura que esta festividad de La Candelaria sí les representa un incremento en el ingreso, por el aforo de gente.

“Viajamos en grupo y siempre nos han atendido bien, tanto las autoridades, con las facilidades que nos dan, como la gente, el ambiente. Sí nos divertimos, gozamos de la fiesta, del mundo de los jarochos, aunque venimos en son de trabajo”.

En medio de hombres que tiran cables, instalan lámparas, arman estructuras, limpian y desempolvan artesanías, acomodan ropa y todo lo inimaginable, Ezequiel González García instala, junto con su socia, un módulo de venta.

“Es la primera vez que venimos y nos encontramos con un clima agradable, tanto en lo meteorológico, como en lo humano. Tenemos una buena expectativa, nos han tratado bien y estamos contentos, porque Tlacotalpan es un lugar maravilloso”.

A lo largo de las calles del centro, callejones, plazas y rincones impensados de la Perla del Papaloapan, el mundo de los artesanos y comerciantes brilla con su intensa luz, pese al manto de la noche que etéreo va cubriendo la ciudad.




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