Sueños Mundialistas: Marco Fabián, soñador incansable

+ Desde muy chico Marco Fabián de la Mora corría en los estadios, soñaba en que el público ovacionaba sus goles en un estadio cerrado, del que su padre pedía llaves para darle gusto a su hijo

Deportes

MILENIO - 2014-06-05

De niño, era soñador, travieso, y nada lo cansaba, ni siquiera las abejas que lo persiguieron junto a sus primos cuando movieron un panal. El niño que corría de una portería a otra en los estadios donde jugaba su padre, no sentía límites cuando pateaba el balón, festejaba un gol y soñaba que las tribunas estaban llenas, y los aficionados festejaban sus logros. Ese pequeño creció y ha retratado esas ilusiones en varios capítulos de su trayectoria.

“Todo fue justo como lo soñé”, dice Marco Fabián cuando recuerda esos momentos y los compara con su carrera. Por supuesto, aún tiene muchas metas por realizar, pero sabe que hay tiempo y calidad para hacerlo.

El mediocampista avienta una sonrisa cuando habla de sus inicios, y en cada palabra pone énfasis cuando menciona la gran influencia que tuvo su padre.

“Lo mío comienza por mi papá que era futbolista profesional, cuando estaba recién nacido él estaba en su mejor época con el club León en la temporada 89-90 y siempre me traía con uniformes de futbol, crecí con el gusto”.

El brillo en su mirada se enciende cuando menciona las mejores escenas que vivió a lado de su progenitor, la más importante, “ y de la que siempre me acuerdo es que en las tardes libres que él tenía, a veces pedía las llaves del estadio de León, y bueno, él y yo solos nos poníamos en la cancha a jugar futbol. Desde chico le tiraba a la portería, festejaba los goles, me ilusionaba con que en el estadio hubiera gente. El día que lo hice realidad, traía en la mente ese recuerdo”.

Luego menciona: “He pasado por cosas difíciles, pero siempre la recompensa ha sido el doble. Esta carrera es de sacrificio, un vida entera entrenando todos los días, con victorias, con derrotas, con lesiones, con falta de estar con la familia, pierdes muchas cosas, pero ganas el sueño que tienes desde chiquito”.

Por supuesto, uno de los instantes que más atesora es su debut con el equipo al que le entregó “una vida entera, Chivas, siempre sueñas con estar en Primera División, y cuando se da, fue el sueño de mi vida, por toda la dedicación, porque te emociona el hecho de que juegan con el equipo en el que siempre estuviste. Yo sabía que lo más importante era mantenerme, y mostrar el don que creo que tengo”.

Y claro, la medalla de oro en los Juegos Olímpicos del 2012 no pueden faltar en los recuerdos. “Es algo que quedará plasmado toda mi vida, creo que quedamos en la historia. A mí me ayudó para, ya sea dentro o fuera de la cancha, darme cuenta que sí se puede, por más imposible que veas las cosas”.

Como se sabe, en Chivas no todo fue felicidad, y es en ese instante cuando Marco se acomoda en su asiento, endereza el torso y endurece la mirada. La fama de fiestero le causó muchos problemas.

“ Fue la última etapa donde pasaron varias circunstancias que no estuvieron a mi alcance, yo estuve metido en otros problemas, la gente se metió conmigo, pero siempre es respetable lo que piense la gente. He caído muchas veces, pero siempre me he podido levantar. Soy un hombre de mucha fé y eso me ha ayudado a ganar las batallas conmigo mismo, a ser una persona mejor cada día y a superar mis propias metas”.

Y agrega que “a veces uno quisiera escribir una historia de novela, donde todo fuera bonito, pero eso es imposible. A Lo mejor hubo cosas en las que se excedían, pero yo siempre me mantuve con la cabeza en alto, nunca dudé de mí persona, del ser humano que soy, de mi educación, y eso me ayudó”

Por supuesto, “cuando vienen los momentos malos, las críticas, siempre viene una revancha con tu sacrificio y esfuerzo, soy de los creyentes que la gente camba, que entiende con base a malas cosas y caídas. He madurado porque he vivido de todo, cosas buenas y malas, pero aprendí, ya no puedo cae en los mismos errores”.

Su salvación fue el interés que tuvo Luis Fernando Tena en llevarlo a Cruz Azul, sin importar las etiquetas que le ponían al mediocampista.

“No perdí la fe, aunque cuando salí de Chivas lo hice mal, estaba en un momento difícil, llego a Cruz Azul, y mi único propósito era demostrarme lo que era, que no había perdido nada, y desde el primer día que llegué nunca perdí de vista el Mundial, y en cada entrenamiento me partí el alama por este equipo. No pude obtener el campeonato, pero fui campeón en la Concacaf, junté la mayor parte de los minutos en la Liga y fui el goleador del equipo”.

FRASES

“Desde chico le tiraba a la portería, festejaba los goles, me ilusionaba con que en el estadio hubiera gente”

“A veces uno quisiera escribir una historia de novela, donde todo fuera bonito, pero eso es imposible”

“Cuando vienen los momentos malos, las críticas, siempre viene una revancha con tu sacrificio y esfuerzo”

“Nunca perdí de vista el Mundial, y en cada entrenamiento me partí el alama por este equipo (Cruz Azul)”

Marco Fabián de la Mora

Mediocampista de la selección

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