El tormentoso camino de Hillary hacia la Casa Blanca

La ex secretaria de Estado debe muchas explicaciones sobre el uso de su correo electrónico no oficial, según la prensa.

Internacionales

MILENIO - 2015-03-13

Hillary Clinton esperaba poner fin a la polémica sobre sus mensajes de correo electrónico, pero la favorita en las primarias demócratas de 2016 dejó varias preguntas sin responder con el consiguiente riesgo de alimentar la controversia y de acelerar los tiempos de su campaña.

La ex secretaria de Estado de Barack Obama respondió el martes durante 21 minutos preguntas de periodistas sobre el uso exclusivo de una cuenta electrónica personal para manejar la diplomacia estadunidense entre 2009 y febrero de 2013, una decisión que dijo lamentar pero cuya legalidad defendió.

Los medios enumeraron ayer las zonas de sombra que quedaron sin aclararse.

Una frase sobresalió entre las demás: “Elegí usar una cuenta de correo electrónica personal por razones prácticas”. Según la ex primera dama, utilizar un único teléfono era más práctico que tener uno para cada cuenta.

“No creo que el aspecto práctico deba pesar más que la seguridad nacional”, respondió a través de la prensa uno de sus potenciales rivales republicanos, el senador Rand Paul.

Hillary Clinton explicó que había elegido para sus comunicaciones oficiales y su correspondencia privada una única dirección privada en un servidor instalado en su casa de Chappaqua, estado de Nueva York, con el nombre del dominio @clintonemail.com, en lugar de una cuenta oficial en .gov.

La mitad de los mensajes fueron clasificados como oficiales por sus abogados, y transmitidos en diciembre para archivarse al Departamento de Estado, que los había reclamado.

La otra mitad, de carácter personal, fue suprimida. Es decir unos 30 mil mensajes recibidos y enviados entre marzo de 2009 y febrero de 2013.

El Partido Republicano y sus legisladores reclaman un análisis independiente por parte de un agente imparcial del servidor del matrimonio Clinton para verificar que ninguno de los mensajes borrados tuviera que ver con sus responsabilidades diplomáticas.

En particular, están sorprendidos de que ninguno de los e-mails recientemente entregados a la comisión investigadora del Congreso sobre los ataques al consulado estadunidense en Bengasi, Libia, date del viaje de Hillary Clinton a ese país en octubre de 2011, inmortalizado en una foto de la secretaria de Estado en un avión militar leyendo en su smartphone.

Hillary Clinton explicó a fines del mes pasado durante una conferencia de prensa en California que usaba un iPhone y un Blackberry. ¿Es un hábito nuevo tras su partida de la administración o es contradictorio con sus pasadas declaraciones?

En lo que concierne a la seguridad, la ex primera dama y ex senadora explicó que sus servidores jamás estuvieron comprometidos. Cómo estar seguros de eso, preguntan los republicanos: “No lo puede demostrar”, escribe en la prensa su portavoz, Raj Shah.

Más allá de los republicanos, los editoriales de prensa reprochaban a la demócrata la insuficiencia de sus explicaciones.

El diario USA Today le pidió que entregara su servidor a los Archivos Nacionales o al inspector general del Departamento de Estado. The Washington Post le reprocha que no haya seguido las recomendaciones oficiales de la administración sobre el uso de una cuenta oficial.

La agencia estadunidense Associated Press (AP) inició una demanda judicial para obtener parte de la correspondencia de la esposa del ex presidente Bill Clinton, amparándose en una norma de transparencia y acceso a la información pública.

Los demócratas están sorprendidos de que una dirigente experta como Hillary Clinton, rodeada de los colaboradores más curtidos de su partido, parezca estar improvisando sus respuestas cuando se encuentra con el agua al cuello. Están preocupados, además, por las consecuencias políticas de la mayor esperanza del partido para suceder a Barack Obama.

Resultado: el ingreso oficial en campaña de Hillary Clinton podría anticiparse, tras haberse planificado para la primavera o julio. Según el sitio de internet Politico, podría tener lugar en cinco semanas.

TEMAS RELACIONADOS:

|