Sin visas, los trabajadores de ferias en Estados Unidos están atrapados en Tlapacoyan

+ Tlapacoyan suministra a dos terceras partes de los trabajadores extranjeros que anualmente contrata el sector del entretenimiento en Estados Unidos.

Zona Norte

The New York Times - 2017-07-26

Francisco Trujillo se dirige al norte cada verano para hacer un trabajo que pocos estadounidenses quisieran hacer: durante cuatro meses se encarga de operar los juegos mecánicos de un carnaval, trapear vómito del piso y tener que dormir en un apretado remolque junto con otros trabajadores.

Su travesía anual a Estados Unidos es una rutina compartida por muchos en la pequeña ciudad de Tlapacoyan, a unas 190 millas (305.7 kilómetros) al Este de la Ciudad de México en las montañas del estado de Veracruz, la cual suple dos tercios de más de 7 mil trabajadores extranjeros que son contratados por el sector de atracciones de Estados Unidos cada año.

Sin embargo, este año, Trujillo, de 32 años, no venderá boletos para la atracción de caída en picada Super Shot ni repartirá churros. Se encuentra atrapado en el debate sobre cuántas visas deberá emitir el Gobierno de Estados Unidos para los trabajadores de temporada; son miles de mexicanos quienes se han quedado varados en sus casas sin poder obtener permisos para trabajar al otro lado de la frontera.

“Dicen que les estamos quitando los empleos a los estadounidenses”, dijo Trujillo, quien ha trabajado en las últimas cuatro temporadas de carnaval en Nueva York, Ohio y Pennsylvania. El trabajo en los carnavales es “muy duro”, según Trujillo agregó. “Los estadounidenses no quieren hacerlo”.

Mientras que los políticos estadounidenses y propietarios empresariales discuten sobre los límites en el número de visas H-2B para trabajadores no capacitados fuera del sector agrícola, Tlapayocan, con alrededor de 60 mil habitantes que viven en el poblado y en las áreas circundantes, ofrece una mirada de cómo este estancamiento está afectando a México. El año pasado, los mexicanos recibieron más del 70 por ciento de las aproximadamente 84 mil visas H-2B emitidas por Estados Unidos a trabajadores migrantes a nivel mundial.

La falta de visas les ha negado a cientos de familias en la ciudad un ingreso anual que los salva de tener que vivir al día y de los acrecentados problemas que aquejan a la pequeña ciudad, como muchas otras en el Estado de México, con altos índices de delincuencia. De los estimados 4 mil 600 a 6 mil habitantes que normalmente trabajan durante la temporada de carnaval, de acuerdo con funcionarios municipales y reclutadores, alrededor de un tercio se han quedado varados.

En su lugar, están vendiendo tacos y manejando taxis, o trabajando por un poco más de un dólar la hora en los campos de mandarina y plátano que circundan el poblado. Algunos utilizan Google Translate y WhatsApp para revisar el estatus de sus visas con sus ex empleadores estadounidenses.

Trujillo está trabajando como conductor para un equipo de construcción, ganando alrededor de 85 dólares a la semana, menos de un cuarto de su salario en el carnaval.

Utilizó sus ahorros del tiempo que pasó en Estados Unidos para comprar un terreno y construir una casa con una sola recámara, incluso derrochó 350 dólares para comprar una carriola para su hijo, quien ahora tiene 22 meses de nacido. Sin embargo este año, “no tendremos una buena Navidad, no habrá regalos, ni pavo”, dijo Trujillo. Tuvo que abandonar sus planes de llevar a su hijo a un parque safari en el estado de Puebla para su cumpleaños. “Apenas la hago para vivir al día”.

Los problemas con las visas comenzaron en marzo, cuando la repartición de visas H-2B para el verano se terminó, dejando a algunas empresas estadounidenses batallando por encontrar personal para limpiar habitaciones de hotel, operar las ruedas de la fortuna y para la pesca de camarones. La demanda por las visas era alta, según dijeron reclutadores y expertos, y el Congreso no renovó una provisión que había excluido a trabajadores que solicitaban visas H-2B, dejándolos fuera de la cuota total de 66 mil visas, la cual se reparte por igual entre el verano y el invierno.

En mayo, los legisladores le otorgaron al gobierno la autoridad para más o menos duplicar el tope de la cuota de este año para “salvar a las empresas estadounidenses de un daño irreparable”, y el 17 de julio la Casa Blanca autorizó un incremento de 15 mil visas, sumando el número total disponibles cercano a la cifra del año pasado.

Pero los propietarios de las empresas que han estado esperando para traer a los trabajadores de temporada dijeron que los requisitos para aplicar para las visas eran onerosos y que las visas extra no eran suficientes y fueron autorizadas ya muy tarde.

Deborah Murray, una de las propietarias de Murray Bros, una compañía de atracciones de Cincinnati, dijo que tuvo que reducir sus servicios este año debido a que no pudo conseguir 30 trabajadores confiables. Ella aplicó hace meses para solicitar 12 visas para trabajadores mexicanos; esta semana ella recibió sólo a cuatro.

“Uno nunca se puede recuperar de verdad”, dijo Murray, quien habló por teléfono desde un festival de una iglesia en Cincinnati, donde dijo que estaba operando cinco juegos mecánicos en lugar de los 10 que de costumbre pone a disposición. “He estado trabajando desde abril y ya estamos a una semana de que sea agosto”, dijo. “La temporada ya se terminó”.

Los críticos del actual sistema de visas H-2B dijeron que las estadísticas no respaldan las aseveraciones de que la mano de obra estadounidense estaba escasa en los sectores que hacen uso de una gran cantidad de visas, como la jardinería, y que los empleadores podrían ocupar los puestos vacantes con trabajadores estadounidenses si pagaran más o reclutaran a personas fuera de su área.

El programa de visas también vincula a los trabajadores extranjeros con un empleador, haciéndolos susceptibles a la explotación, de acuerdo con Daniel Costa, director de derecho migratorio e investigación política en el Instituto de Política Económica en Washington. Algunos reclutadores exigen una paga, lo que hace que los trabajadores incurran en deudas, tornándose más aquiescentes.

En lugar de hacer que los empleadores determinen cuántos trabajadores extranjeros necesitan, el Gobierno podría establecer un cuerpo independiente para identificar la escasez de mano de obra y distribuir las visas, dijo Costa.

“Es justo que el sistema quede establecido de tal manera que los trabajadores no sean explotados”, dijo, refiriéndose a los trabajadores migrantes. “De otra manera los empleadores intentarán mantener los salarios bajos”.

A pesar de las acusaciones de prácticas engañosas e ilegales por parte de los empleadores, varios trabajadores del carnaval que esperaban recibir sus visas este mes dijeron que disfrutaban mucho del circuito de atracciones.

Sí, hay días que se tornan largos y las jornadas no terminan hasta altas horas de la noche, clientes que vomitaban en el Zipper (un juego mecánico en el que las personas son giradas de cabeza dentro de unas pequeñas jaulas) y el ocasional arrebato racista de parte de algún padre de familia cuyo hijo no estaba lo suficientemente alto para subir a uno de los juegos. Pero también existe la oportunidad de aprender inglés, comprar un par de modernos tenis de segunda mano y olvidarse por un rato de la violencia en México.

Eduardo Torres, de 25 años, quien ha trabajado por dos temporadas para Murray Bros en ferias por todo el estado de Kentucky, Indiana y Ohio, dijo que nunca se había imaginado que viajaría en avión o que visitaría grandes ciudades. Se maravilló de lo que él llama las “cosas padres” que vio por todas partes y compró todo tipo de ropa usada. “Fue un sueño hecho realidad”, dijo.

Para Trujillo, cuyo trabajo favorito fue servir limonada y hamburguesas y aprender inglés en el proceso –“como una pequeña escuela”–, el carnaval se convirtió en una ventana a una existencia más prometedora.

En Estados Unidos, dijo Trujillo, “Si sueñas con tener 15 cosas, uno se puede comprar cinco de estas”.

En Tlapayocan, dijo, uno también sueña. Pero cuando abres los ojos, de las cosas con las que soñaste, “ni una sola podrás adquirir”, concluye.

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