Artículo: LAS RECOMENDACIONES

+Artículo de CARLOS ROBLES

Zona Centro

El Dictamen - 2018-09-21

¿Qué te resulta más difícil, recomendar personas para un trabajo o dar recomendaciones de lugares, películas o promociones?
Así comienza el debate de hoy.

Recomendar puede entenderse como el acto de encargarle o pedirle a alguien se haga cargo de determinada actividad o negocio. Implica avalar a plenitud la experiencia propia vivida con esa persona o lugar. Al hacerlo, compartes un suceso positivo.

Este artículo lo escribo sin tener presente a alguien o algún lugar determinado. Decidí compartir esta reflexión porque hace un tiempo me pidieron recomendar a una persona para ocupar un espacio laboral y me lo pensé tan bien, que no propuse a nadie. No pude.
Aclaro: no es que no haya querido, más bien no pude.

He recomendado a lo largo de mi vida profesional a muchas personas para diferentes actividades y la verdad es que en su amplia mayoría me han quedado mal por múltiples razones, entre otras son “confianzudos”, o son irresponsables, o resultan ineficientes o incapaces o lo que sea. Muy pocos han cubierto a la perfección la expectativa, de tal suerte que quien finalmente acaba quedando mal soy yo por haber propuesto a esa persona que falló. Así de simple.

En cambio, si recomiendo un restaurante que resultó no cumplir la expectativa de mis amigos o una serie de televisión que a mi me pareció genial y a otros no, simple y sencillamente no pasa nada. Lo máximo será un comentario de mal gusto de alguien insatisfecho por mi sugerencia.

La diferencia entre una y otra recomendación se basa en el daño o beneficio que causas con ella.

Recomendar personas que fallan podría representar pérdidas de dinero, tiempo u oportunidades de éxito; recomendar lugares malos podría representar simplemente pérdida de tiempo o de reconocimiento social.

En resumen, recomendar gente es peligroso; recomendar lugares o experiencias es inofensivo (hasta cierto grado).

Mi reflexión el día de hoy es ésta. Juégatela solamente por un familiar o alguien probado por ti mismo a lo largo de los años.

Antes de terminar tengo una última cosa que escribir al respecto.

Avalar a alguien desconocido es demasiado atrevido pero quién sabe, tal vez encuentres un garbanzo de libra que te sorprende y te es leal por haberle dado una oportunidad. Todo puede pasar.

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