LADY AUDI, CASA VERACRUZ Y LOS NUEVOS EMPLEADOS

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Pablo Jair Ortega

Columna sin nombre

2016-12-29

Lo que se ve, no se juzga. Ayer en la reunión que tuvo el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares fue al Congreso del Estado a hablar del grave problema financiero que existe en Veracruz. Dio cifras y justificó, según su visión, el ajuste que tendrá que sufrir el presupuesto del 2017.

Habló de que la nómina estatal está excedida en 46% y que si no se hacen ajustes, el próximo año solamente será para pagar salarios de los empleados del gobierno de Veracruz. (Es decir, en el fondo no se podrá lucir con obras ni programas sociales).

Lo anterior llama la atención porque los burócratas están reportando que mientras están habiendo despidos y presiones para renunciar, en algunas dependencias están saliendo dos y llegan 5 empleados nuevos más. No hay congruencia.

Otro de los “ahorros” planteados, fue el de reiterar que no utilizará Casa Veracruz, la residencia oficial del gobernador, pero no dijo tampoco si se utilizará para oficinas de otro tipo, porque no se entiende cuál sería el ahorro de seguir rentando espacios, por ejemplo, en el edificio corporativo El Olmo o en otros inmuebles privados, siendo que Casa Veracruz y otra casas aledañas ya son propiedad del Gobierno de Veracruz y no tendría que gastarse en renta. No hay congruencia.

Pero mientras se hablaba del “quebranto” y la “emergencia financiera” que afecta a la entidad, la que dio la nota y no pasó desapercibida fue la secretaria de Finanzas, Clementina Guerrero, quien arribó a la sede del poder legislativo en un lujoso auto AUDI, el cual dicen los conocedores, está cotizado en cerca de un millón de pesos.

Aunque quisieron defender a la secretaria diciendo que ha trabajado y se lo merece, la realidad es que a la funcionaria le faltó tacto para no opacar el discurso de austeridad de su jefe: ¿con qué cara hablas de una crisis financiera si te presentas con un vehículo de lujo ante los pobres?

No se puede justificar lo anterior diciendo que Duarte tenía camionetas más caras y ostentosas: ¿entonces si Duarte robó, se justificará que este sexenio se robe también? ¿Entonces cualquier exceso es válido porque Duarte también lo hacía?… Es el ejemplo más estúpido. No hay congruencia.

Y es que aunque se busque justificar un patrimonio, en estos tiempos no se puede en los hechos contradecir un discurso oficial de austeridad: el fondo es forma y no puedes estar contando dinero ante lo jodidos y decirles que comprendan, pero no hay lana.

Tampoco se trata de que, como otros políticos más radicales o populistas, la secretaria llegue en taxi o en un Tsuru, pero para eso hay vehículos oficiales; o hasta se hubiera visto una mejor foto si llegaban todos juntos en la camioneta del gobernador.

Va un ejemplo: poco antes de que tomaran Casa Veracruz los alcaldes del PAN/PRD, el entonces secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín, dio entrevista a la televisora Imagen hablando precisamente de que Veracruz pasaba por una grave crisis.

Al término de la entrevista, el funcionario ofreció darle el “raid” al equipo que venía desde la Ciudad de México a donde quisieran ir, lo que los periodistas agradecieron, pero dijeron que traían su propio vehículo. Luego entonces, el secretario abordó su lujoso Mercedes Benz y partió.

El comentario burlón se escuchó entre risas en la calle: “¡Mira al pinche Pelegrín hablando de crisis!”.

Se repite: lo que se ve, no se juzga.

EPÍLOGO: Y con el anuncio de que no se le va a pagar a los secretarios, ¿cómo le hará Clementina para pagar la gasolina de su carrazo?… ¡Ah, de veras! Tiene una pensión de 76 mil pesos mensuales.