Exhiben de manera terrible a Veracruz en el escenario nacional

2017-02-02

El escandaloso caso Tlacotalpan con la turba enardecida; los tres elementos pertenecientes a la Marina- Armada de México que fueron privados de su libertad en el Infonavit Buena Vista en Veracruz; y la declaración de la Cofepris, que exigió formalmente al gobierno de Veracruz, aportar evidencias sobre la presunta aplicación de medicamentos falsos y agua destilada a pacientes con cáncer.
Tres notas negativas se manejaron en casi todos los medios nacionales y ni cómo ayudar, porque todas esas informaciones son de hechos reales.
El análisis es muy elemental y no hay que exagerar nada, esa conferencia de prensa que ofreció la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), tenía un objetivo evidente, exhibir el comportamiento del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares y voltearle todas sus acusaciones.
Cuando tomó la palabra el titular de esa dependencia, Julio Sánchez y Tepoz, exigió formalmente que de todo lo que dijo el gobernador Yunes Linares acerca del uso de esos medicamentos, aporte evidencias.
La investigación que comenzó el 18 de enero, hasta el momento no ha obtenido evidencias de que dichos actos hayan sucedido; contrario a las declaraciones realizadas por el Gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, el titular de la Cofepris se suma al titular de la Secretaría de Salud, José Narro Robles, para desmentir las declaraciones del mandatario veracruzano.
Los funcionarios de Cofepris indicaron que se revisaron 121 expedientes clínicos de 2011 a 2016 y no fue localizada prueba alguna, de que se hayan administrado medicamentos falsos a los pacientes.
Por otra parte dijeron que encontraron 16.8 toneladas de medicamento caduco de diversos tipos, que además, se encuentran en malas condiciones de almacenamiento.
¿Será que ya se cansó de todo lo que pasa en Veracruz el presidente Enrique Peña Nieto?
¿Ahora podría ser al revés, y demandar a Yunes Linares, Fidel Herrera Beltrán?
¿Lo estarán provocando para que reaccione más fuerte y se meta en más problemas?
Son muchas las interrogantes que flotan en el aire pero ninguna es descabellada. Usted querido lector debe tener su propia opinión.

Tlacotalpan vivió momentos de tensión en su segundo día de fiesta
“El sello” de esa política del gobierno estatal trataron de imponerla en Tlacotalpan, pero la tradición y la turba no lo permitieron. Se salieron con la suya y sacaron los toros a las calles como lo han hecho desde hace 200 años.
A pesar de la detención de 60 vaqueros que habían sido comisionados para cuidar el paso de los toros por el río y después por las calles de esa pintoresca ciudad, donde cada año se celebran las fiestas de La Candelaria, los tlacotalpeños no entendieron de razones y reclamaron que si el gobierno del estado no los apoyó económicamente, entonces que los dejaran hacer la fiesta a su manera.
Desde hace más de 15 años los grupos ambientalistas y de protección a los animales, han reclamado el mal trato que le dan a los toros los atrevidos e imprudentes “toreros”, que muchas veces con los efectos del alcohol, hasta los montan y en muchos casos se han registrado desgracias entre esas personas, que han sido internadas en los hospitales con severas heridas.
Tal vez las autoridades estatales trataron de evitar esas dos situaciones, los heridos y los toros lastimados, pero la tradición de más de 200 años se impuso y los cebúes fueron soltados a pesar de la prohibición.
El alcalde Homero Gamboa Martínez fue superado en todos sentidos, no pudo acatar las disposiciones del gobierno del estado y no pudo controlar a la muchedumbre, que físicamente lo fue a sacar del palacio municipal, edificio al que le rompieron tres puertas y fue necesaria la policía, que les roció gas lacrimógeno para dispersar a toda esa gente que se sentía ofendida porque les estaban arrebatando sus usos y costumbres.
Es lamentable lo que está pasando, pero el concepto gobernabilidad está muy debilitado.
El control político está desfasado.
Los colaboradores del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares no están cumpliendo en la medida que él establece una disposición.

El alcalde acusó directamente a la Fiscalía General del Estado
El general Homero Gamboa Martínez el martes por la tarde ofreció una conferencia de prensa, en la que se quejó de la presencia de elementos de la policía ministerial, a quienes señaló de estar incurriendo en un abuso de autoridad y allanamiento de morada, porque se presentaron en propiedad privada para amedrentar a las personas que organizaban el embalse de toros.
Señaló de manera específica a la Fiscalía General del Estado de amedrentar a los tlacotalpeños, además de introducirse al rancho La Primavera y asustar a la propietaria, señora que prestó sus tierras para que los animales permanecieran allí, en tanto llegaba la fecha para cumplir con ese “ritual” que es una verdadera tradición en la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El alcalde responsabilizo de todo el ocurrido en las fiestas de la Candelaria a la Fiscalía y exigió que suma su compromiso.
Muchos se preguntaron si el Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortiz sabrá la realidad de la actitud de sus “muchachos”, porque el señalamiento del alcalde de Tlacotalpan, exhibe el comportamiento ilegal de esos elementos, que en vez de impartir justicia la violan y eso si es muy delicado, al menos volvió a dar la nota en los medios nacionales. No tenemos semana de descanso en las columnas y en los portales de noticias nacionales.
Curioso el caso, porque el alcalde de Tlacotalpan es de extracción panista, el gobierno estatal también y muchos del gabinete seguramente lo son, como podrían ser también los miembros de la fiscalía, pero la prepotencia los invadió y no respetaron nada. Y nada es nada.

Tlacotalpan luce vacía, sin brillo y sin ánimo en su fiesta
Las fiestas de La Candelaria, es el icono cultural de nuestro estado, aquí se reúnen los máximos exponentes del son jarocho, lo que nos identifica como veracruzanos y este año, Tlacotalpan luce apagada, sin la fiesta que la ha caracterizado, bien se ve la falta de apoyo que hubo por parte del Gobierno del Estado.
Recorrer la calle Venustiano Carranza sirve para darse cuenta de eso, en esta ocasión esta importante arteria vial de este municipio, lució vacía en comparación con otros años, los visitantes escasearon; solo los miembros del movimiento jaranero y del Son estuvieron en Tlacotalpan, atrás quedaron los turistas hasta extranjeros y es que a decir de los lugareños, el gobierno empezó mal, cómo es posible que no apoyó está fiesta, si tenemos años haciéndola, comentaban.
Los vendedores que se veían eran de artículos chinos, no llegaron los artesanos veracruzanos. Este año la calle Feliciano Noel que está entre el Centro de Salud y la Casa de Cultura "Agustin Lara", no fue ocupada por productores veracruzanos y fue porque el gobierno estatal no los pudo llevar, no tuvo dinero o menospreciaron a las Pymes.
Lo que no pudo faltar fue el alcohol, ese corrió caudaloso como el Papaloapan, lo que trajo consigo, cómo es de esperarse, desmanes.
Ni hablar, este año Tlacotalpan no brilló, ¿y el siguiente? no sabemos.
Este año la fiesta de La Candelaria perdió su majestuosidad, falta ver que hará el secretario de Turismo, Leopoldo Domínguez, con la cumbre Tajín.