Crimen sin castigo es impunidad

2017-03-22

El asesinato del periodista Ricardo Monlui Cabrera no puede quedar impune –como desgraciadamente ha venido ocurriendo hasta la fecha con tantos otros redactores de distintos medios de comunicación- sino que los actores materiales e intelectuales deben de ser identificados y recibir el castigo que merecen.
Existen varios motivos por lo que no se puede permitir que el crimen de Ricardo Monlui quede sin castigo.
Porque de no hacerlo, se estaría enviando el mensaje de que continuará campeando en la entidad el uso de la violencia sin sancionar a los responsables.
Porque si bien es cierto que en las pasadas administraciones se dio el asesinato de numerosos comunicadores, las actuales autoridades no pueden permitir que la impunidad siga siendo la bandera de los delincuentes.
Tristemente, el Estado de Veracruz ha sido calificado como el lugar más peligroso del planeta para ejercer el periodismo.
El asesinato de Ricardo Monlui viene a robustecer esa fama pública.
De muy poco sirve que el gobernador actual Miguel Ángel Yunes Linares acuda personalmente a dar el pésame a la esposa y a los hijos de Ricardo, si no se aplica toda la inteligencia y recursos para dar con los culpables.
De nada sirve que en las redes sociales, los compañeros y amigos de Ricardo Monlui reprueben el acto y envíen su condolencia y su solidaridad con la familia.
Como también de muy poco han servido los pronunciamientos que a nivel nacional e internacional se han hecho, cada vez que un periodista veracruzano es asesinado.
De igual manera, los desplegados o pronunciamientos de la Comisión Estatal para la Atención y Defensa de los Periodistas sirven de algo.
Todo eso son palabras de consuelo que se las lleva el tiempo y se desvanecen a medida en que transcurren los días y no se detiene a los culpables.
Lo único que tiene objeto efectivo es el hecho de que quienes se atreven a atentar contra un periodista y en consecuencia contra la libertad de expresión en la entidad, sean identificados, detenidos y castigados de manera ejemplar.
De otra manera, como ya ocurrió en los primeros meses de la actual administración estatal, los asesinatos de periodistas continuarán y la bandera de la impunidad continuará ondeando.