Revés al Gobernador ayer en el Congreso

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2018-02-01


Ante el pleno de la Legislatura, que por una mera formalidad se dice que representa la voluntad de todos los ciudadanos del Estado, la diputada local panista Cinthya Lobato Calderón denunció ayer actos que, afirmó, vulneran su actuación como diputada local y como ciudadana veracruzana.

Acusó que ha venido recibiendo “atropello tras atropello” por parte de la presidencia de la Mesa Directiva, de la Junta de Coordinación Política “y de sus personeros”.

Narró que el lunes, durante la comparecencia del Fiscal, sin mediar motivo alguno recibió amenazas para que no hiciera preguntas y que estando presente se le acusó de no estar, intentando quitarle el derecho a realizar preguntas al compareciente.

Dio detalles del bloqueo sistemático del que ha venido siendo objeto para que no pasen sus iniciativas y argumentó con detalles su denuncia y su defensa. No está por demás recordar que desde siempre ella ha pedido transparencia en el manejo de los recursos del Congreso, lo que al parecer ha molestado y de ahí la tirria en su contra.

Pero curiosamente, su bronca no es con los diputados de oposición a su partido sino que quienes la hostilizan son sus propios compañeros de bancada, quién sabe si con el consentimiento del gobernador, el jefe político de todos ellos, o incluso por iniciativa suya.

Si eso hacen desde el poder, ahora en manos de los panistas, con una diputada incluso de su mismo partido, que no pide, demanda o exige nada que no sea dentro de la legalidad, qué nos podemos esperar el resto de los veracruzanos. ¿Cuál cambio?

Es evidente que esta mujer les resulta incómoda, y sólo ha detenido a sus agresores para que no cometan con ella peores atropellos y agravios, el fuero que ahora tiene, de otra forma, si no contara con esa protección legal, o si pudieran quitársela, ya le hubieran armado un simple acto de vinculación para obligarla a que se separara del cargo y si es posible enviarla a Pacho Viejo con cualquier argucia.

Por eso seguramente formó parte ayer del grupo de diputados del PAN, del PRI, de Juntos por Veracruz y del PVEM que votó en contra, se abstuvo o se ausentó a la hora de sufragar, para rechazar la pretensión del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares de eliminar el fuero tanto al titular del Ejecutivo como a los diputados locales y a los presidentes municipales, entre otros.

Como era de esperarse, el desairado reaccionó lamentando el revés y dijo que su iniciativa fue porque considera que todos debemos ser iguales ante la ley. Mjú. Señaló algo muy cierto: que la población ya está harta de funcionarios con fuero, pero lo curioso es que no se empieza por casa cuando, por ejemplo, se ha defraudado a los ciudadanos con promesas y compromisos que no se han cumplido, como ese de que iba a haber transparencia en el manejo de los recursos públicos, y ni siquiera una disculpa se ha ofrecido.

Pero algunos de los que se abstuvieron o votaron en contra dieron sus razones de porqué rechazaban la iniciativa, no nada más se opusieron porque sí. Se abstuvieron nueve priistas, votaron en contra la independiente Eva Cadena y el verde Manuel Francisco Martínez, y se ausentaron los panistas Cinthya Lobato, Daniel Olmos, Rodrigo García, Arturo Esquitín y Basilio Picazo.

Eva reconoció que el fuero es un privilegio, pero defendió también que en nuestro país sirve para evitar que los gobernantes utilicen el miedo para amedrentar a sus opositores.

Afirmó que el fuero se ha usado por parte de los propios legisladores para proteger a sus allegados y que eliminarlo iba a derivar en medidas de represión contra las voces contrarias al partido en el gobierno, o sea el PAN.

Recordó que ella pasó “por una investigación tendenciosa”, por lo que pidió tener claro que el fuero es una medida de protección “para aquellos funcionarios que se atreva n a alzar la voz”, y señaló que quitarlo “podría convertirse en una forma de fomentar la represión”.

Fue más allá al pedir que, al contrario, debiera extenderse “a los luchadores sociales para que puedan expresarse sin ser perseguidos”. Ante esto, por la experiencia que tenemos en México, su propuesta tiene sentido y mucha razón,

Ahí estuvo, pues, Eva Cadena, a quien sus detractores ya acusan de haberse puesto al servicio del gobernador, pero quien ayer dio muestras de verdadera independencia al oponérsele y propinarle un revés con su voto en contra (la agarrarán ahora también contra ella así como están haciendo con Cinthya Lobato).

Emiliano López Cruz, diputado del PRI, fue más extenso. La consideró una medida política-electorera, pues señaló su sospechosismo de que habiendo tres propuestas sobre el mismo tema sólo se hubiera tomado en cuenta y dictaminado la del gobernador Yunes, y que además se pretendía aprobarla en pleno proceso electoral.

Para él, en representación de su bancada, retirar el fuero “tenía la intención de perseguir y comprar conciencias. La forma es fondo y la manera en la que se conoce y discute el dictamen no es la adecuada”.

Él fue quien advirtió que con base en la iniciativa del gobernador, con un simple acto de vinculación se obligaba a diputados, alcaldes, síndicos, regidores y magistrados a separarse del cargo, violando así el principio de presunción de inocencia de los indiciados, pues regresarían a sus cargos hasta obtener una sentencia absolutoria.

Hay que decir también que si cuando el Fiscal Jorge Winckler dijo que los diputados locales eran “una bola de corruptos” hubiera hecho excepciones, hubiera estado atinado, porque aunque no son muchos los decentes, lo cierto también es que hay muchos pillos, verdaderas fichitas ocupando una curul, diputados que debieran estar en Pacho Viejo, que no resisten una investigación en serio y que se cobijaron ayer en sus compañeros que sí tienen autoridad moral para votar en contra, o abstenerse o ausentarse y, de esa manera, evadir la cárcel que es el verdadero sitio que les corresponde.

Finalmente, lo que reflejó en el fondo el rechazo de una buena cantidad de diputados a la iniciativa del gobernador fue la desconfianza de que dice una cosa y no la cumple, o que la cumple pero en sentido opuesto a lo que dijo, o cómo se explica la actitud de varios panistas que lo conocen muy bien porque lo han escuchado y han recibido sus instrucciones para actuar, y saben cómo se las gasta. En una de esas y con tal de conseguir votos para su hijo los hubiera terminado desaforando con razón o sin ella y los hubiera entambado para presumir que combate la corrupción en serio incluso con los suyos. Así que dijeron pura madre y votaron en contra, o no votaron a favor. Aplicaron la máxima de que más vale que digan aquí corrió que aquí cayó.

Y Duarte se va, se va y…

Y mientras, Javiercito Duarte se anotó ayer dos buenos tantos a favor. Logró imponer una prórroga más por seis meses el plazo de la investigación complementaria de su caso con el propósito de que pueda presentar datos de prueba de descargo, como son una serie de informes bancarios que solicitó a Suiza desde septiembre de 2017.

La otra, un juez federal negó a la Procuraduría General de la República (PGR) su petición de requerir judicialmente la documentación bancaria que ya consta en el juicio en su contra por lavado de dinero y delincuencia organizada.

En “Prosa aprisa” de hace una semana comenté que Duarte podría estar en camino de ser absuelto si la habilidad de sus abogados logra hacer válido un fallo emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación del 22 de noviembre pasado.

Esa resolución declaró inconstitucional la facultad de las Procuradurías para acceder a información bancaria de las personas sin autorización previa de un juez, lo que hizo la PGR para acusar a Duarte pero sin tener autorización de un juez. Ayer, mientras se la pasaba jugando con su amigo el chino de la prisión, se anotó los dos tantos.

Quiere a su esposa de diputada

Una ausencia que se notó ayer en el Congreso fue la del diputado Sergio Rodríguez Cortés, del PRD. ¿Dónde anda? Lo que se sabe es que peina su zona de influencia natural, Ciudad Mendoza, que ya es distrito local. Quienes lo han visto comentan que camina por todos los rincones del municipio para contrarrestar la mala imagen de su partido, por una simple y poderosa razón: impulsa a su esposa, Diana León Rosas, quien es maestra de toda la vida y recién fue dada de baja como delegada de la SEV, para que sea la próxima diputada local. El reporte es que bajo la guía de Checo, la maestra Diana recorre el distrito apoyando a familias necesitadas, cuidando no violar la ley. Ah, y que ganará por el partido que la cobije si no la llegara a postular el PRD. Así que, me han dicho, si saben contar en la Legislatura, durante un buen tiempo que no cuenten con Rodríguez Cortés.