Yunes Márquez, la desesperación total

Edgar Hernández

Línea Caliente

2018-06-04

La lucha por la gubernatura entró en su fase final al colocar a Cuitláhuac y Pepe Yunes en la disputa final y atorar en el tercer lugar, pasmado, a Miguel Angel Yunes Márquez.

En el cuartel azul hay desesperación; en el centro de operaciones de Palacio de Gobierno se agotan las armas –solo les queda la compra masiva del voto- y en la casa presidencial de Los Pinos se trabaja en un esfuerzo final en favor de los “Pepes”.
Mientras Andrés Manuel López Obrador programa dos giras definitorias, el próximo martes 5 en Xalapa y el cierre de su campaña el 27 de junio en el puerto de Veracruz, enclave de Miguel Angel Yunes Linares.

La pretensión de los morenos es borrar toda sospecha de duda con una votación masiva que impida maniobras extrañas tanto en las casillas como en tribunales.
La meta pues, es alcanzar 1.4 millones de votos.

Mientras en la cancha priista el objetivo, en números reales, es apoyarse en el casi millón de votos duros que tiene el PRI en favor de Pepe y sumar a ello el voto de castigo contra el gobierno de Yunes Linares a fin de regresar a su promedio histórico de 1.3 millones de sufragios en su favor y en todo caso dirimir con Morena en tribunales la victoria electoral.

Para el PAN, sin embargo, el único camino que se observa es la triquiñuela, la trampa electoral, la guerra mediática, las alianzas inconfesables con los traidores del duartismo y las amenazas que penden sobre alcaldes y ex alcaldes de llevarlos a prisión si no marchan por la derecha.

Su factor es la compra del voto.
En ese sentido va su apuesta. El PAN a pie de casilla está dispuesto a entregar 2 mil 500 pesos por sufragio, tal como se ha comentado a nivel nacional.
Acaso por ello el propio López Obrador el pasado 27 de mayo reiteró su llamado para que observadores internacionales vigilen la jornada electoral del uno de julio en Veracruz y Puebla, “ante la posibilidad de que los gobernadores de tales entidades pretendan incurrir en la coacción del voto”.

“Miguel Ángel Yunes Linares, quiere dejar a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez en el poder… por tanto, que vengan observadores internacionales, porque aquí Yunes está utilizando el presupuesto público para comprar el voto, comprar lealtades y poner a su hijo. Queremos que vengan y observen”.

Y machaca:

“Vamos a hacer la petición ante el INE, para que la observación internacional se concentre en Veracruz y Puebla, vamos a hacer la solicitud ante el Consejo del INE”.
Y coincide en lo que es del dominio público en torno a la orden de aprehensión en contra de la esposa de Javier Duarte, Karime Macías de Duarte, de que “no es más que parte de la propaganda de Yunes Linares”.

En efecto.

Esa es la percepción ciudadana que ya mismo refrenda este domingo la revista Proceso a través de su corresponsal Noé Zavaleta donde insiste en que lo de Karime es electorero.

La decisión, sin embargo, muestra el rezago del hijo del gobernador. A nadie ha gustado que le herede el poder, de ahí la mofa de la monarquía recrudecida con su inopinada declaración en días pasados de que “cueste lo que cueste” sus hijos serán gobernadores (tendremos Yunes hasta el 2030).

Y es justamente en el efecto colateral que el propio Pepe Yunes resulta beneficiado con el descrédito azul ya que al atorarse su candidato ante la engañifa del empate técnico y congelarse el ascenso de Yunes Márquez, es que el priista se levanta del tercer lugar para subirse al ring en disputa final con Cuitláhuac, misma que está a 27 días de despejarse.

A final de cuentas el tema Karime cumplió un extraño propósito.
Morena no acusa carta de recibo, mientras los Duartistas, los que no están con Pepe pero sí con Miguel Angel Yunes Linares, sienten que la lumbre les llega a los aparejos y a los Pinos encoleriza que se mezcle a Karime con la primera dama presidencial Angélica Rivera.

Y para el propio Yunes Zorrilla, Pepe, el golpe no le llega al marcar distancia desde hace años con Javier Duarte y crecer su figura, presencia y ascendencia por su propia personalidad.

En tanto la ciudadanía ve la maniobra con evidente desdén.
Ya en juego de última hora los mítines monstruo, como el de ayer en Xalapa, pretender mostrar a la opinión pública que el músculo de Yunes Márquez, es capaz de juntar a 30 mil en el centro de la capital, pero… las notas solo hablan de acarreos, molestias vehiculares y la coincidencia de que la gente que acude a las marchas y manifestaciones no votan.

El final, este final de fotografía, como dice la canción, se acerca ya.