Le plantan bombas a Cuitláhuac. Cero y van dos

2018-12-05

La pregunta se establece de forma casi retórica, porque, aunque haya quienes en redes sociales están poniendo el grito en el cielo y señalando supuestas complicidades entre Cuitláhuac García y los duartistas, la verdad es que lo que ha pasado en estos dos días es un escenario que se veía venir.

Desde hace algunos meses se vislumbraba la posibilidad de que al gobierno de Cuitláhuac se le estuvieran dejando bombas plantadas (alegóricamente hablando, claro está), sobre todo en los casos de los duartistas presos en Pacho Viejo.

No es noticia que algunos de ellos ganaron hace tiempo amparos federales y que aquí se los habían pasado por el arco del triunfo. Es más, a algunos los habían apresado aún cuando tenían sus amparos bajo el brazo (como el caso de Audirac Murillo).

La justicia que tanto promovió Yunes Linares, precisamente por este tipo de situaciones fue tildada una y otra vez en medios de comunicación de selectiva y fuera
de la ley.

Ya sin el poder del ejecutivo respaldando las malandradas del judicial, los jueces antes envalentonados hoy se hacen chiquitos y tienen que soltar a los amparados so pena de incurrir en desacatos que los lleven de los carniceros del ayer, a las reses del mañana.

Aún así, pese a que el escenario estaba previsto, en el ambiente flotaba levemente la duda: cuando salgan ¿A quién le achacarían el milagrito?

Todo se devela hoy como una acción de la justicia -irónicamente- al margen de la ley.
Hoy, a diferencia de los cálculos Yunistas, la población percibe que las liberaciones recientes de Audirac y Francisco Valencia responden a errores en la integración de las carpetas o a la sencilla y laxa salvedad de que, por ley, pueden seguir sus procesos en libertad.

Más allá de si son buenos o malos, inocentes o culpables, si se enriquecieron o no al amparo del poder, la ley es clara y hay que cumplirla.

Las bombas que le dejaron plantadas a Cuitláhuac están estallando, pero oh crueldades del destino, estallan en los recuerdos de los que ya se fueron.
Los que van llegando, cobijados en el cálido abrazo de la luna de miel gubernamental, ni sudan ni se acongojan en lo mediático.

La continuidad de las denuncias estará en manos de Jorge Winckler (hasta que renuncie o lo corran) por lo que los escenarios de complicidades, cochupos o convenios, podrán seguirse hilvanando en la prolífica mente jarocha. Total, ¿Qué tanto es tantito?