Televisoras ¿vetan a Peña Nieto?

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2013-03-11

Me atrevo a pensar en voz alta que esta es hora decisiva para el país, de definiciones para los mexicanos.
Me atrevo a pensar que con Enrique Peña Nieto, toda proporción guardada, acaso estamos ante la versión del Lázaro Cárdenas del siglo XXI.
Lo que vive el país, y de lo que debemos estar muy pendientes y muy conscientes, es una verdadera revolución hasta hora sin estruendo en la que tenemos que tomar partido.
Por un lado, el Gobierno Federal, y por el otro, los grandes monopolios, por ahora Televisa, TV Azteca, Radio Fórmula y algunos otros grupos.
El Gobierno Federal usa como arma el monopolio de la fuerza que le da la ley; los monopolios televisivos, su poder económico, que los ha llevado a convertirse en un poder fáctico y ha adueñarse, en mucho, de la conducción de la vida pública del país.
De alguna forma, Peña Nieto se ha colocado en la línea de combate de –quién lo diría– Andrés Manuel López Obrador, quien no se cansa de denunciar que una mafia, unos cuantos empresarios se han adueñado de México.
Peña estaría por hacer, a partir de este lunes, lo que ni Vicente Fox ni Felipe Calderón, el panismo, pues, se atrevieron: regular y reordenar el sector de telecomunicaciones, es decir, meter al orden y acabar con los monopolios de Televisa y de TV Azteca, y de paso de Carlos Slim; recuperar, como lo hizo Lázaro Cárdenas con el petróleo, un bien propiedad de la nación: el de las telecomunicaciones.
Ayer se confirmó que este medio día el presidente Peña presentará el proyecto de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones, que va contra los monopolios.
La iniciativa considera la desincorporación de activos, derechos y partes de las empresas que concentren más del 50 por ciento de la prestación de servicios de radiodifusión y telecomunicaciones.

Además, establece la posibilidad de revocar concesiones a quienes se resistan a cumplir resoluciones encaminadas a revertir prácticas monopólicas.
Ayer domingo, en su mensaje con motivo de sus primeros 100 días de gobierno, el mexiquense dijo: “Hace 100 días arrancamos con visión, fuerza y pasión. Nos hemos propuesto mover a México para llevarlo al lugar que se merece. La intensidad no será pasajera, es el ritmo de trabajo de esta administración”.
O sea, se podría entender que será firme. Que lo que ha ocurrido hasta ahora no ha sido casual, pasajero.
Y de que la guerra es real contra los grandes intereses privados lo refleja muy bien un hecho que mostró ayer cómo los monopolios Televisa y TV Azteca están retando, amenazando, amagando al presidente Peña Nieto, al Gobierno Federal, al poder legalmente constituido: no transmitieron por sus principales canales, en vivo, el acto ni el mensaje de Peña Nieto.
Contrario a como había sucedido en los anteriores mensajes presidenciales (el del Pacto por México, el posterior a la detención de Elba Esther Gordillo), esta vez los monopolios lo sacaron del aire, lo vetaron, le cerraron sus señales, no lo transmitieron.
Uno que comenzó la transmisión, el canal televisivo de Radio Fórmula (en la red de Megacable el canal 69), a los pocos minutos de iniciada, la cortó y en su lugar puso un programa basura.
Lo que los monopolios televisivos y de radio hicieron ayer fue querer mostrarle su músculo, su fuerza, su poder, a Peña Nieto. Cuánta razón ha tenido El Peje. Ahora se está confirmando. Se sienten los dueños del poder en México. Se sienten intocables.
Con la reforma que se pretende se impondrían “límites a la concentración nacional y regional de frecuencias, al concesionamiento y a la propiedad cruzada de varios medios de comunicación que sirvan a un mismo mercado o zona de cobertura” y se ordenaría “la desincorporación de activos, derechos o partes necesarias para asegurar el cumplimiento de estos límites", adelantó Reforma.
Esto significaría que también se acabaría con los monopolios regionales, algunos de los cuales existen en Veracruz.
Según Reforma, senadores del PRI, PAN y PRD aseguraron que, de acuerdo con el último borrador de la reforma, uno de los principales logros es que incorporarán a la Constitución los conceptos de "must carry" y "must offer", con los que se pretende obligar a las grandes televisoras y a las empresas cableras a retransmitir señales sin obtener ganancias adicionales.

“El tema más polémico, explicaron, fue la inclusión del ‘must offer’, que obliga a las cadenas nacionales de televisión a otorgar contenidos de los canales nacionales (como el 2 y el 13) a las televisoras restringidas o por cable de manera gratuita”.
Se explicó que actualmente, las televisoras pueden ofrecer su señal y contenidos, pero de manera voluntaria o discrecional y a través de arreglos económicos que terminan impactando en los precios que pagamos los consumidores que contratamos televisión por cable, con acceso a los canales de señal abierta.
“Los senadores detallaron que el borrador obliga a los concesionarios de televisión a ofrecer sus señales de manera gratuita a los concesionarios de televisión restringida, para que estos las puedan retransmitir en sus redes propias, en forma simultánea, íntegra y con la misma calidad”.
Además, a través del "must carry", se obliga a los concesionarios de televisión por cable a incluir de manera gratuita e íntegra señales y contenidos de las grandes televisoras. Una pregunta es: ¿si se lograra lo que se plantea, Megacable, en el caso nuestro, nos va a bajar las tarifas que nos acaba de incrementar?
Aquí publiqué jueves y viernes pasados que una víctima de esta guerra de intereses económicos es Radio Televisión de Veracruz (RTV), a la que de manera unilateral Megacable sacó de su barra para presionar al Gobierno Federal a favor de sus intereses.
Si Peña Nieto va contra esos monopolios, tenemos que apoyarlo, con todo. Es él, su gobierno, el pueblo de México al que representa, o unos cuantos insaciables de poder económico que se han adueñado del país. Acabemos con ese cáncer. Ahora o nunca.
Habrá que ver ahora de qué lado están los gobiernos de los estados: si de Televisa, al que apoyan económicamente y se le someten, o de los intereses de la nación encabezados por su presidente. A ver quién, públicamente, dar el primer paso y se pone al lado de Peña Nieto aunque se eche a las televisoras encima. A ver quién.
¿Alguna sorpresa mañana?
En medio de la especulación por los cambios que se puedan dar este martes, se maneja que puede haber toda una sorpresa con el nombramiento del nuevo secretario particular del Gobernador, sobre todo porque no se le considera como cercano suyo o en su afecto ni en el de sus allegados inmediatos, pero las circunstancias se impondrían.
Para nadie es desconocido que a la llegada de Tomás Ruiz González a la Secretaría de Finanzas y Planeación encontró un reto nada fácil de superar. Veracruz contaba con finanzas deterioradas debido al gasto corriente excesivo que había, así como por la deuda heredada con proveedores y contratistas. El panorama no era nada favorable, pero el gobernador Javier Duarte de Ochoa, con su visión, encontró en el ex presidente del SAT a un hombre de probada capacidad y de resultados. Juntos sacaron a flote el barco. Los logros son evidentes. Se disminuyó el gasto corriente, se incrementaron los ingresos propios, se adelgazó la burocracia estatal y se reestructuró la deuda para poder pagar a proveedores. Hoy, Tomás sabe que la misión encomendada fue cumplida y que su ciclo como Secretario de Finanzas concluye con una alta calificación.