Las políticas de Estado y los muertos que deberían estar vivos

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Alberto Silva Ramos ha señalado una y otra vez que Coatzacoalcos será sede -cualquier lunes de estos- de la rueda de prensa que semana con semana ofrece Javier Duarte de Ochoa en el nuevo estilo que ha impreso a su política de Comunicación Social.
También hará lo propio el gobernador en Poza Rica, Orizaba y Córdoba, detalla el equipo de operadores que rodea a Silva Ramos; cuya presencia en la Coordinación que por más de tres años encabezó Georgina Domínguez Colío, no pasará del 2015, se afirma un día sí y el otro también en la capital xalapeña.

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Una pregunta: y esta idea de dialogar con los reporteros y reporteras, con camarógrafos y camarógrafas, con editores y editoras, con columnistas, editorialistas, una vez cada semana… ¿no podría implementarse también en Coatzacoalcos? Más aún: ¿No podría aplicarse como política de comunicación institucional en Minatitlán?

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Se trata de un modelo de comunicación que ofrece resultados.
A unas cuantas semanas de haberlo puesto en marcha, Javier Duarte de Ochoa refrescó su imagen y relación con los trabajadores de a pie en los medios de comunicación; aunque hasta hoy sólo lo ha efectuado en Xalapa y Veracruz.
La agenda con temas de trascendencia en las diversas áreas del gobierno, sobre todo la política y la económica, se ventila con toda claridad al inicio de la semana y marca líneas de trabajo e incluso de seguimiento y hasta de investigación para los periodistas acuciosos.
Luego, al volverse a encontrar con el gobernante al siguiente lunes, es posible indagar sobre los avances de los temas ya trazados y –en el caso de haber logros- se fortalece la imagen de un político coherente entre lo que dice y lo que hace.

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Javier Duarte de Ochoa acudió el domingo al hospital de Acayucan donde se atendía a los cuatro sobrevivientes del accidente cruento que arrebató la vida a tres docenas de comerciantes en la autopista Sayula de Alemán-Cosamaloapan.
Luego, a la mañana siguiente -como cada lunes- el gobernante inició su rueda de prensa con ese tema.
Duarte estaba empapado en torno al drama, dado que lo constató en forma personal junto al gobernador tabasqueño Arturo Ñúnez.
He aquí un ejemplo de eficacia en el manejo de una política de comunicación social.
Ahora, lo deseable es que la presencia de dos gobernadores en un escenario trágico, se traduzca en medidas cautelares en torno a las condiciones en que viajan día con día miles de comerciantes del sureste de la República, para surtirse de mercancías en Puebla, Tlaxcala y el Distrito Federal.

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Los actuales, son tiempos que reclaman gobiernos eficientes, gobernantes sensibles, políticas acordes a la solución de problemas que emergen por vicios añejos tanto del lado del Estado, como del espectro social, ya sea en el ámbito de las empresas o de la ciudadanía misma.
El accidente del domingo 13 de abril que arrebató la vida a 35 personas, es consecuencia de un andamiaje de corrupción que permea los sistemas de transporte en el sureste de México.
Esta corrupción cobró decenas de vidas en el 2012, cuando un autobús que transportaba a migrantes del sur veracruzano, chocó contra un tráiler de doble remolque cerca de Potrero del Llano, en la huasteca.
El monopolio de la empresa ADO abona mucho a esta estructura de corrupción de la que se alimentan instancias de gobierno de todos los niveles.

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Bien por la oportuna visita de los gobernadores a los sobrevivientes de la tragedia del domingo 13 de abril, en Acayucan.
Bien por la estrategia de comunicación social que en el gobierno veracruzano está dando resultados.
Vayamos por más: hay que poner orden en esquemas de transporte que operan bajo cadenas de corrupción y están cobrando decenas de vidas inocentes sin que nadie pague por ello y sin que se tomen medidas para evitar su repetición.