Con las vacaciones habrá noticias

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2014-07-03

Lector, vuelvo con mi estilo desenfadado. Se me ha hecho tarde. Escribo por las tardes-noche pero a veces me gana el tiempo por otras ocupaciones que tengo y entonces sí escribo mi prosa aprisa. No me gusta mucho así, me gusta reposar más, madurar lo que escribo porque creo que el lector merece lectura de calidad. Pero qué le hago.
Ya es de noche en Xalapa y llueve desde la tarde. En mi pequeño estudio-biblioteca (es lo único de valor que poseo) en el que trabajo escucho el goteo intermitente del agua que cae sobre una lámina de plástico contigua a donde trabajo. Tac, tac, tac. Y aquí me tienes, tecleando.
Este clima de la capital del estado, que en el siglo pasado hizo famoso a Xalapa porque se decía entonces que en un mismo día teníamos los cuatro climas del año, parece que ha vuelto. Para envidia de los paisanos de casi el resto del estado que viven en el infierno por el calor sofocante, acá prácticamente estamos en el paraíso climático.
Ayer martes el Ayuntamiento avisó mediante boletín de prensa que ya, que ya se acabó el tandeo de agua, mediante el cual nos empezaron a racionar el líquido en abril. Fueron tres meses que se fueron, ahora sí, como agua. Ni lo sentimos. Nunca llegó a hacer verdaderamente calor como el que se siente en el puerto de Veracruz y ya ni se diga en Poza Rica, Coatzacoalcos o ¡Tierra Blanca!, lugar éste que si lo hubiera conocido Dante ahí hubiera ambientado el Infierno de su Divina Comedia. Es un verdadero infierno.
Pienso cómo la naturaleza jugó –y ayudó– a favor del alcalde Américo Zúñiga Martínez. Al menos por problema de escasez de agua no tuvo protestas o presiones como en otras administraciones. La temperatura osciló en un promedio de 24 grados. Faltan, claro, julio y agosto, el mes de la canícula, pero las lluvias atenúan el calor.
Sólo ésta y la próxima semana serán laborables. Vienen las vacaciones. En plenas vacaciones, si no es que antes, habrá una noticia inesperada y por lo mismo sorpresiva, entendible, acaso una noticia bomba.
Por el momento ha cesado la polémica por el tema de la gubernatura de dos, cinco, seis u ocho años. El gobernador Javier Duarte ha reiterado que no hay prisa por legislar al respecto y se basa en que, legalmente, hay un colchón de un año para determinar finalmente en qué va a quedar la cosa.
Todo puede suceder, porque en política la única lógica es que no hay lógica, o casi todo, porque sí, podría ser que sí, que hubiera una gubernatura de transición de dos años, o que no se moviera la de seis, o que se extendiera una a ocho, menos que hubiera un gobernador designado por la Legislatura y que no fuera elegido, porque hay impedimento legal para ello.
Hasta este medio tiempo en que las partes interesadas se han ido a la banca, hay claramente dos bandos definidos: los que están y promueven la gubernatura de dos años y los que se oponen. Igual, hay dos versiones, una que asegura, jura y perjura y baila una danza apache para que se le crea de que el presidente Peña Nieto le dio al gobernador Javier Duarte de Ochoa su visto bueno para la gubernatura de dos, y otra que dice que al menos hasta ahora el inquilino de Los Pinos no ha dicho que sí.
Cualquier de las dos versiones puede ser creíble. A mí me han pedido que apueste por la primera y que incluso dé tronchado. Otra fuente directa me aseguró que perdería si lo hago, porque tiene otra versión de Los Pinos.
Pero creo que el gobernador Duarte ha hecho bien cuando ha relegado el asunto por el momento pues es claro que el presidente Peña Nieto otras prioridades, como lo refleja la reunión que tuvo lugar el martes en Toluca donde los supersecretarios Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación, y Luis Videgaray Caso, de Hacienda y Crédito Público, se reunieron con todos los gobernadores del país.
Es obvio que no se trató de una reunión de Gobierno, institucional, sino que fue más partidista, priista, pues estuvo también el dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, y, por si fuera necesario remarcar que era por encargo del Presidente, también estuvo Aurelio Nuño Mayer, jefe de la Oficina de la Presidencia.
“De acuerdo con el Gobierno mexiquense, durante la sesión de trabajo, se abordaron temas relacionados con seguridad pública y el Programa Nacional de Infraestructura, así como las perspectivas de desarrollo regional y nacional que se tienen con la aprobación de las reformas educativa, laboral, social, de competencia económica, financiera, energética y de telecomunicaciones”, publicó el diario Reforma.
Dos cosas deben preocupar al presidente Peña Nieto: su baja aceptación entre los ciudadanos y las elecciones de 2015. Aparte los demás estados, Veracruz preocupa. El mexiquense sale bajo en las encuestas y se ve complicada, desde el altiplano, la elección federal del próximo año. Sin duda, el resultado que se obtenga en las urnas será determinante para decidir por una gubernatura de cuántos años será la próxima.
Una versión dice que, llegado el momento, el Presidente hará subir su buena imagen y popularidad como la espuma cuando ordene ejecutar una orden de aprehensión, que ya habría girado la PGR, contra un exfuncionario acusado de malos manejos de recursos públicos, lo que, creen, aplaudirán todos los veracruzanos.
Pero acaso por esa preocupación presidencial, según comentarios de adentro, el gobernador Duarte va a jugar a la segura y por eso Alberto Silva Ramos ya no iría a la Secretaría de Gobierno sino a la diputación federal por Tuxpan, que porque es el único que garantiza el triunfo, y entonces Gerardo Buganza Salmerón regresaría y sustituiría a Erick Lagos Hernández, quien se iría como candidato por Acayucan.
Por lo pronto, ayer mismo ya se vio otra reacción a esa preocupación: la dirigente estatal del PRI, Elízabeth Morales García, dijo mediante boletín de prensa que “Para que le vaya bien al país, los mexicanos y las mexicanas deben respaldar las acciones que hoy toma el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para beneficio de las generaciones futuras” y que “es un presidente con altura de miras que no se detiene a ver los costos políticos que tendrás sus decisiones, sino que piensa en el beneficio social que éstas traerán en un futuro”. Se trata de levantar la imagen presidencial.
Por ahora, lo primero. Y primero es 2015 y luego será 2016, y de aquí a entonces pueden pasar, habrán de pasar muchas cosas. Acá la dejo por ahora. La lluvia amaina. Pero, eso sí, seguro, habrá de venir una tormenta, una fuerte tormenta, tempestuosa, política. Los grupos se van a destrozar, los grupos priistas; los del PAN y del PRD rojo ya han tomado bando y se están prestando a una parte del juego. Habrá que esperar y ver el desenlace de todo.