Ganaron los malandrines; perdió Héctor

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2015-07-01


El domingo estuvo en el puerto de Veracruz el senador Héctor Yunes Landa. Grabó spots promocionales para su segundo informe de labores que rendirá el próximo 19 de este mes. Ahí le declaró al reportero Víctor Pineda, del diario Notiver, que los encuentros que había venido teniendo con el gobernador Javier Duarte de Ochoa habían sido para reiterarle que su petición era que la gubernatura de Veracruz fuera mínimo de cinco años, ya que dos eran insuficientes para resolver los grandes problemas que tiene el estado.
“Observo que el gobernador está valorando mi petición, me hace el favor de escuchar, le he señalado cuales son los problemas que yo le veo a una gubernatura de dos años y las bondades que tendría al cambiarla a cinco o a seis años; si la idea es homologar, por qué no hacerlo al 18 y no al 21 (seguramente quiso decir en 2018 y no en 2021); si se hizo un ayuntamiento de cuatro años en lugar de tres, porqué reducir la gubernatura a dos, es verdaderamente incongruente, estamos a tiempo todavía”.
Apenas tres días después ya se vio qué tanto valoró su petición y lo escuchó. Ayer, con el montón de siempre, o sea la totalidad de los diputados con la excepción de una abstención, la LXIII Legislatura aprobó con 34 votos a favor y cero en contra el nuevo Código Electoral para el estado, que regirá las elecciones a partir de 2016, y a través de un artículo transitorio se reconoció la reforma a la Constitución Política que reconoce la gubernatura de dos años, por única vez, y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ratificó su constitucionalidad. “El Gobernador electo el primer domingo de junio de 2016 ejercerá el cargo del 1 de diciembre de 2016 al 30 de noviembre de 2018”. Palo a Héctor.
El 21 de mayo, al desayunar en Xalapa con miembros de la Asociación Estatal de Periodistas de Veracruz, declaró que tenía amplias “esperanzas” de que la gubernatura sería de cinco años o de seis, que confiaba en que se revertería la reforma que aprobó la minigubernatura y que había una oportunidad de aprobar una contrarreforma, para lo que apelaba a “un acto de sensibilidad del gobernador Javier Duarte de Ochoa, aunque tendría que darse antes de que concluya el mes de junio”. Ayer, al concluir junio, Duarte mató su esperanza en el Congreso.
Contrario a su optimismo, el 25 de mayo, en una declaración en Xalapa, su homólogo José Francisco Yunes Zorrilla consideró “inviable” una reforma constitucional que echara abajo la gubernatura de dos años, a la que siempre se opuso. El tiempo terminó por darle la razón.
Pero ese mismo día, acaso oteando ya lo que se venía, Héctor moderó su optimismo y declaró a XEU Noticias en el puerto de Veracruz que una gubernatura de dos años sólo beneficiaba a los “malandrines” y que sólo generaría retroceso en materia económica y de seguridad, argumentando que no habría tiempo para generar un plan estratégico. Ayer los “malandrines” le dieron un duro revés y ya se vio que no sirvió para nada la fotografía hecha pública en la que el senador se ve abrazando al gobernador en una visita privada que le hizo en la Casa Veracruz el viernes 26 de junio.
Pero lo bueno, para ellos, es que son cuates y ya se vio que se llevan fuerte.
Independientemente de todo ello, el gobernador reafirmó su control total en el Congreso local y de hecho con la aprobación del nuevo Código Electoral cerró un ciclo de victorias políticas: de acuerdo a su afirmación su gobierno salió rechinando de limpio de presuntas acusaciones de la Auditoría Superior de la Federación ante la Procuraduría General de la República, impuso candidatos a diputados federales, ganó la mayoría de los distritos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación le ratificó su minigubernatura y ahora sacó adelante el nuevo Código Electoral que refleja su voluntad para guiar los futuros procesos electorales que le tocarán antes de dejar el gobierno, tanto para elegir diputados locales como al nuevo gobernador. Ah, y también se la volvió a hacer a uno de los dos senadores que confió y tenía esperanzas en su sensibilidad política. Fue una tarde redonda, pues. Cortó rabo y orejas y asestó una estocada a uno de los toros otrora más bravos que lo venía embistiendo y llenando de críticas. Ayer Duarte se paseaba en plan triunfador por todo el ruedo, capa y espada en el antebrazo derecho, esponjado como un pavo real y hasta arrojó la montera a una bella admiradora que agitaba un pañuelo blanco desde la primera fila de la barra cual María Félix en sus días de gloria en la Plaza México, ¡y olé!, ¡torero, torero, torero!
En Poza Rica están hasta la madre
Acaso todo esto que trae atrás le dio mucha seguridad tanto incluso para utilizar un tono fuerte ayer en Poza Rica al abordar ante los medios el tema de la inseguridad que azota a esa ciudad y la región.
De acuerdo a una nota de Misael Olmedo de la agencia informativa AVC, el gobernador dijo que los ciudadanos le enviaron un mensaje, “están cansados de los secuestros, extorsiones, están hasta la madre”.
El periodista reportó que Duarte fue a informar que se reforzarán los operativos de seguridad para debilitar a las organizaciones delictivas, pero también para advertir que se actuará contra funcionarios públicos que estén involucrados con la delincuencia, incluso contra trabajadores de los medios, a los que dijo que “sobre advertencia no hay engaño”.
“Vamos a sacudir el árbol y se van a caer muchas manzanas podridas”, dijo, e insistió a los trabajadores de los medios que se “porten bien”, que se mantengan alejados de la delincuencia y que rompan vínculos si “están adentro”.
Por el tono que usó y sin pretender causar alarma cabe esperar que va en serio y que entonces la región, la zona se va a poner caliente.
Duarte, de nuevo fue noticia ayer en los portales y seguramente lo será hoy en los impresos.