Hasta hace pocos años, había más de 500 trabajadores plataformeros radicando en Agua Dulce, de los cuales un 60 porciento emigró con sus familias a otros estados de la república, principalmente por la violencia que azotó a esta localidad.
Hubo un tiempo en el que las familias de los plataformeros fueron blancos de extorsiones y otros delitos de alto impacto, algunos perdieron sus vehículos y hasta algunas propiedades, sin que hubiera autoridad que lo impidiera.
Actualmente, hay menos de 200 plataformeros pertenecientes a la Sección 47 del sindicato petrolero que están asentados en Agua Dulce, sin contar a quienes laboran en las plataformas mediante compañías subcontratadas por la paraestatal.
Trabajadores y sus familias ahora habitan en ciudades del estado de Campeche y Yucatán, algunas más en el estado de Quintana Roo; otras encontraron hogar en el centro de Veracruz o más hacia el norte del país.
Aunque actualmente la inseguridad permanece aparentemente controlada en Agua Dulce, el temor de volver a ser víctimas de un delito ha impedido que dichas familias regresen, lo que impacta directamente en la economía y otros aspectos sociales.