La disponibilidad de nuevos recursos energéticos, como el gas licuado y la electricidad, no ha significado un abandono de los recursos bioenergéticos tradicionales –leña o carbón–, mencionó Antonio Sierra Huelsz, miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I.
El especialista participó en el Programa de Seminarios del Posgrado en Ecología Tropical del Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la Universidad Veracruzana (UV), correspondiente al semestre febrero-julio, enfocado en los trabajos y experiencias de jóvenes realizando estancia posdoctoral.
Sierra Huelsz ofreció la plática “Percepciones locales de cambio socio-ecológico: producción, uso y comercialización de leña y carbón en la sierra de Zongolica, Veracruz”, que es un análisis de su investigación posdoctoral y parte del trabajo colectivo en el que participa.
A nivel global, alrededor del 40 por ciento de la población utiliza bioenergía tradicional –principalmente leña y carbón– para cubrir sus necesidades domésticas.
En los años setenta, mencionó, se declaró la existencia de una crisis de la leña y surgieron iniciativas que sostuvieron que el uso del bioenergético era un agente importante de deforestación y degradación de los bosques, por lo que enfatizó en la reducción del consumo a través de estufas ahorradoras y “combustibles modernos”, así como en el manejo forestal.
“Se pensaba que la transición energética sería lineal, esto es, se transitaría del uso de la leña y el carbón hacia los ‘combustibles modernos’; sin embargo, se dieron cuenta que no ha sido una transición fácil.”
Se reconoce, dijo, que la disponibilidad de nuevos recursos energéticos –como el gas licuado y la electricidad– no quiere decir que habrá un abandono de los recursos bioenergéticos tradicionales. Incluso, en la mayoría de los casos las personas combinan gas con leña.
Enfatizó que en años recientes se han realizado estudios que muestran que en pocos casos el uso de leña y carbón tiene relación con la deforestación, pero sí se ha comprobado que son más los casos relacionados con la degradación forestal.
Con respecto al consumo, Antonio Sierra indicó que el patrón general es que la leña es mayormente utilizada en contextos rurales, mientras que el carbón en zonas urbanas. En Latinoamérica es común la combinación de fuentes de energía.
“En el contexto mexicano se sostiene que el consumo de leña es rural y el de carbón es urbano, pero ambas se producen en contextos rurales. La demanda de estos productos es estable.”
El estudio
Antonio Sierra Huelsz comentó que el estudio se desarrolló en la sierra de Zongolica, un importante territorio biocultural nahua. Una de las principales características que ayudan a entender la dinámica de manejo de recursos es que la mayoría de la región está dominada por pequeñas propiedades privadas y ejidos parcelados
Lo anterior permite que haya una heterogeneidad ambiental, de paisajes agroforestales (café, milpa, plantaciones de pino). Además, históricamente es considerada una región de mayor producción de carbón del estado.
Como parte de este proceso de indagación, han realizado 68 entrevistas con actores directamente involucrados en la producción y venta de los bioenergéticos: leñadores, carboneros, intermediarios, vendedores y consumidores, de ocho municipios, con un sesgo hacia el municipio de Tequila (donde más han trabajado).
También han hecho observaciones en campo y puntos de venta (90 en Zongolica, ocho en Orizaba y seis en Tehuacán/Ajalpan). Y un análisis cualitativo, basado en la revisión en conjunto de toda la información recabada.
Manejo y comercialización
En los lugares donde llevaron a cabo las entrevistas, Antonio Sierra distinguió tres grandes formas de manejar los recursos para acceder a la leña: acahual/agroforestal, es un sistema donde hay una alta diversidad de especies para leña, ya que implica un manejo de podas y en ocasiones cortas totales.
En el sistema de cafetales de sombra se aprovecha mucha leña por las podas de los árboles que dan sombra y de algunas matas de café que están dañadas. El tercero es de las plantaciones de pinos (Pinus patula), por las ramas secas de los árboles y los desperdicios del aprovechamiento maderable.
En tanto, el carbón está centrado casi en su totalidad en las plantaciones de encino, manejo de árboles adultos, sistemas agroforestales, rebrotes y bosques. “Lo que vemos es la diversidad de prácticas de propagación de los recursos y protección.
”A veces el productor de leña y de carbón es el mismo dueño del terreno, pero en otras ocasiones es el jornalero, mediero, comprador (por área o por árbol) y otros arreglos como trueques, regalos.”
Asimismo, encontraron que la cadena de comercialización es más larga en la compra-venta de carbón, ya que existen muchos intermediarios y menudistas. Mientras que en el caso de la leña, hay menos intermediarios y generalmente el leñador es quien la comercializa directamente, ya sea llevándola a una tienda o directamente a la vivienda del consumidor.
Adelantó que actualmente encuestan hogares de tres localidades (Tequila, Oxtotitla y Zacamilola), a fin de realizar un análisis cuantitativo y cualitativo sobre las fuentes de energía, usos, volumen de consumo, formas de acceso, medio de vida, percepciones de cambio.
Cabe mencionar que Antonio Sierra Huelsz es becario postdoctoral del proyecto “Paisajes bioculturales, sistemas agroforestales y dendroenergía en la sierra de Zongolica, Veracruz” que desarrolla el Citro-UV.