Mejor conocida por los lugareños como Túxpam, este municipio donde convergen el río y el mar del Golfo, está lleno de restaurantes con los mejores mariscos, hoteles dignos de cualquier noble y paisajes naturales que cautivan a los visitantes.
A tan solo algunas cuadras de la bahía del río, se encuentra el parque de la Reforma, un pequeño espacio donde se reúnen los locales y turistas para disfrutar de la tarde y la noche, cuando el calor mengua después de caer el sol.
En este parque con un kiosko, una fuente y algunos locales y ambulantes, se activa el comercio con botanas, antojitos, helados, paletas, bebidas, artesanías y uno que otro souvenir de Tuxpan.
En la explanada del parque de la Reforma también es posible encontrar las antiguas refresquerías, donde a pedido del cliente se realizan todo tipo de combinaciones de sabores para raspados, sodas, licuados y aguas.
Entre la oferta clásica de sabores como limón, fresa, rompope y tamarindo, destaca en los anuncios el “timbakey”, una palabra que parece casi impronunciable si no se ha escuchado antes. ¿Qué es el timbakey?
El timbakey es una bebida peculiar, pues entre sus ingredientes se combina hielo, jarabe, fruta fresca y leche, que aunque no suena descabellado, al dar un vistazo más de cerca a los sabores puede resultar desconcertante.
La base de este raspado no comienza con hielo, si no que al fondo del vaso se coloca un trozo de plátano maduro y se machaca hasta obtener trozos irregulares. Después es el turno del hielo, que se agrega hasta formar un montículo que sobresale del borde. El jarabe que se agrega es de grosella y cada refresquería tiene su receta secreta.
Acto seguido, un poco de leche evaporada para dar cremosidad y una lluvia de leche condensada, para que no falte el dulzor. Se sirve con popote y cuchara, para quien desee comerlo en capas o revolverlo todo para mezclar los sabores.
Sin duda, el timbakey es uno de los sabores más pedidos por locales y turistas, que si bien, no se sabe dónde se originó la receta, Tuxpan la ha convertido en propia, ya que además de las refresquerías es posible encontrarlo en los carritos de raspados que recorren las calles locales.