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La Compañía de Jesús confirmó que dos de los tres cuerpos recuperados ayer en Chihuahua corresponden a los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, quienes junto con el guía de turistas de la Sierra Tarahumara, Fernando Palma, fueron asesinados presuntamente por José Noriel Portillo, El Chueco.
Un representante provincial y uno del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez fueron quienes identificaron los cuerpos esta madrugada e informaron a la Fiscalía de Chihuahua que efectivamente son de los jesuitas quienes auxiliaron al guía de turistas que llevó policontundido al templo.
“Los jesuitas de México extendemos el más sentido pésame a sus seres queridos y reiteramos que su caso no debe ser soslayado”, indicó la compañía en un comunicado, al tiempo que pidió que se siga en la búsqueda de las personas que fueron secuestradas.
La Compañía de Jesús además exigió garantizar la seguridad para la comunidad de Cerocahui y trazar un programa integral de rescate para “regiones lastimadas por la violencia” en la Sierra Tarahumara.
Reconocieron que el hallazgo de los cuerpos de los sacerdotes ocurriera 72 horas después de ocurridos los hechos, aunque indicaron que esto es “poco accesible” para la gran mayoría de familias cuyos cayos no están en la atención pública.
El Instituto Nacional de Migración emitió una alerta migratoria para evitar que El Chueco se evada de la acción de la justicia, mientras que la Fiscalía de Chihuahua ofrece una recompensa por hasta 5 millones de pesos por información que lleve a su captura.
Además, el gobierno federal solicitó el apoyo de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos para ubicar y detener a El Chueco, quien cuenta además con una orden de aprehensión desde 2018 por el asesinado de un turista estadunidense.
