Estudiante UV amplía estudios sobre leishmaniasis en el ISCIII de España

Obtuvo una beca del Programa de Movilidad de la Universidad Veracruzana (Promuv)

Zona Centro

Boletín - 2022-06-30

Eder Yaveth Reyes Cruz, estudiante del Doctorado en Ciencias Biomédicas de la Universidad Veracruzana (UV), es el primer alumno de esta casa de estudios que realiza una estancia de investigación en el Instituto de Salud “Carlos III” (ISCIII), ubicado en Madrid, España, un destacado centro colaborador y referente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).


El objetivo es ampliar sus estudios sobre la leishmaniasis y su estancia es por cinco meses –de junio a octubre– gracias a una beca que logró del Programa de Movilidad (Promuv) de la Dirección General de Relaciones Internacionales de la UV.


Eder Yaveth Reyes es originario de Paraíso Novillero, población perteneciente al municipio de Cosamaloapan, Veracruz. Egresó de la Licenciatura en Química Farmacéutica Biológica y de la Maestría en Ciencias en Procesos Biológicos, ambos programas educativos adscritos a la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la UV, región Orizaba-Córdoba.


En el Doctorado en Ciencias Biomédicas, adscrito al Centro de Investigaciones Biomédicas, desarrolla su proyecto de investigación en el Laboratorio de Docencia, Investigación y de Servicios (Ladiser) del área de Inmunología y Biología Molecular de la propia FCQ, bajo la dirección del científico Ángel Ramos Ligonio.


En España, se encuentra bajo la tutela de la científica Eugenia Carrillo Gallego, específicamente en la Unidad de Leishmaniasis y Enfermedad de Chagas del Laboratorio de Referencia e Investigación en Parasitología del ISCIII.


Leishmaniasis, enfermedad tropical desatendida
De acuerdo con la OMS y la Organización Panamericana de la Salud, la leishmaniasis es una enfermedad de transmisión vectorial y presenta distintas manifestaciones clínicas, clasificadas en tres formas: cutánea, mucosa y visceral.


A nivel mundial, la leishmaniasis se encuentra entre las 10 enfermedades tropicales desatendidas, con más de 12 millones de personas infectadas, con 0.9 a 1.6 millones de nuevos casos al año, entre 20 mil y 30 mil defunciones y 350 millones de personas en riesgo de infectarse


En América, la leishmaniasis cutánea se registra en 20 países, siendo endémica en 18 de ellos, entre los que está México; mientras la que es visceral está en 13 países, incluido el nuestro.


Aquí, el mayor registro de la enfermedad es en su forma cutánea –se desarrolla sobre todo en las extremidades (brazos, piernas, cara), genera ámpulas y después cicatrices permanentes–, allá (en España) impera en su forma visceral –infecta órganos y causa la muerte–, y es en ese tenor que el universitario afinará sus conocimientos.


De acuerdo con Eder Reyes, se trata de un gran campo de investigación y si bien son especies diferentes las que se presentan en México y en la cuenca del Mediterráneo –región que estudia el ISCIII–, tienen el mismo fundamento y pueden aplicarse las mismas técnicas de investigación.


El papel de la radiación solar en la leishmaniasis
En el Ladiser de la FCQ, región Orizaba-Córdoba, desarrolla la investigación “Efectos de la radiación solar (UV-B) en la infección por Leishmania mexicana en un modelo animal (C57BL/6)”.


Se trata del estudio del parásito Leishmania mexicana que causa la enfermedad y es transmitido por el vector llamado comúnmente “mosca de la arena” –que son moscos del género Lutzomyia–.


El propósito de su investigación es saber cómo la radiación solar a la que se exponen las personas provoca una inmunosupresión, es decir, se debilita el sistema inmune e impide actuar contra el establecimiento de la enfermedad en el organismo.


Por ejemplo, en el sur del país, como Campeche, es recurrente la infección, sobre todo en personas que trabajan en la extracción de la resina de los árboles de chicle, ejemplares que están en ecosistemas propios del vector


Su planteamiento es que el prolongado tiempo que pasa un jornalero extrayendo la resina bajo los rayos del sol, debilita su sistema inmunológico y en caso de recibir la picadura del vector no puede eliminar al parásito; en consecuencia, se desarrolla la enfermedad.


Estamos empezando, pero podemos ser punta de lanza
En México hay pocos estudios sobre la leishmaniasis cutánea y eso ha impedido llegar a un tratamiento farmacológico adecuado. “Estamos empezando desde cero, con trabajo a nivel celular y en modelos de murinos (ratones), para posteriormente decidir hacia dónde dirigir la investigación”, dijo entusiasmado el universitario.


Precisamente, su investigación fue la carta de presentación y la que le dio el pase de ingreso al ISCIII, donde pretende aprender nuevas técnicas de pruebas inmunológicas y moleculares en el ámbito de la parasitología para aplicarlas y obtener mejores resultados en beneficio de la investigación. Todo con el objetivo final de ayudar a las personas que padecen leishmaniasis.


Cabe decir que el ISCIII recibe cantidades significativas de muestras de pacientes infectados de varios países de Europa, África y América, al ser una unidad referente de la OMS, lo cual también ha implicado un aprendizaje para el estudiante de la UV.


La estancia ha resultado “extenuante” y al mismo tiempo “encantadora” para él, en el poco tiempo transcurrido.


“Estoy abriendo una puerta para futuras generaciones, la cual espero sea aprovechada. México tiene mucha capacidad para estar en la punta de lanza del área de la investigación a nivel mundial”, enfatizó con entusiasmo.


Por último, aprovechó para agradecer el apoyo de su familia, su director de tesis, compañeros del Ladiser y del programa Promuv por hacer esto posible