Richard Sánchez le dio una victoria merecida sobre el líder Toluca al que le puso un alto total. Primer triunfo de las Águilas en el torneo y la calma vuelve a Coapa, porque el equipo poco a poco se va encontrando.
Contra los Diablos, Fernando Ortiz le movió a su once, el entrenador de las Águilas mandó hasta cinco cambios con respecto al juego del sábado con Rayados. Lo más destacable fue el regreso de Álvaro Fidalgo y de Richard Sánchez al medio campo, dos jugadores de un corte diferente que le dan una proyección distinta al equipo.
Y el juego no desentonó, porque frente a frente estaban dos equipos que no se escondieron. Los Diablos son un equipo totalmente diferente al del curso pasado, se han convertido en un equipo reconocible que sale a proponer desde la tenencia de la pelota.
Y América no le huyo al envite, aunque tardó en tomarle el feeling poco a poco le plantó cara a los Diablos, debía hacerlo y demostrar que en casa estaba necesitado de dar un paso al frente y alcanzar su primer triunfo.
No faltaron emociones y polémica. Las primeras llegaron con una gran atajada de Ochoa a un remate de Navarro en el área, y las de América con un poco más de trompicones, pero también fue acercándose al arco de Volpi. La polémica cuando el árbitro, Adonai Escobedo, anuló un golazo de Álvaro Fidalgo justo antes del descanso por un fuera de lugar Henry, el VAR le llamó y bajó de la pizarra el tanto de las Águilas que había sido el momento estético de la noche.
América cerró mejor, en parte porque en el medio campo se hizo más sólido y por la expulsión de Baeza al 30’ por una barrida sobre Valdés.
Tenía medio tiempo América para dar un golpe sobre la mesa. Fue creciendo el cuadro de Coapa que recuperaba y llegaba con más frecuencia, le urgía el gol antes de entrar en una fase de ansiedad, porque le faltaba una pizca de eficacia en el área escarlata.
Iba una y otra vez el cuadro de Coapa por fuera y por dentro en busca de esa acción que cambiara el juego, pero en múltiples ocasiones una pierna de roja apagaba el peligro.
Ambriz retiró a Leo Fernández y apostó por cerrar espacios. El Tano lanzó a Damm y Román Martínez, en lugar del Cabecita (que apenas y olió la pelota) y de Henry (superado y negado). Era un acoso constante de las Águilas, pero sin esa chispa de claridad en ataque.
Parecía que no la hallaría, que la ansiedad se imponía, pero en la última jugada del partido, Richard Sánchez, en un acto de fe, sacó un fuerte disparo con la pierna derecha, una raya imparable para Volpi, un tiro que nadie obstruyó y que el VAR no iba poder anular. Lo mereció ganar el cuadro de Coapa porque lo trabajó y de último minuto vale más.
Ahora, las Águilas se van a una serie de partidos en Estados Unidos ante equipos de talla mundial, con la cabeza serena y en busca de seguir creciendo en sus sensaciones.
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