La noche del 10 de agosto, Bernardo, integrante del mariachi Miranda, fue a comprar cena para su familia en el fraccionamiento Puerto Esmeralda de Coatzacoalcos, a bordo de una camioneta tipo Ranger, propiedad de su hermano.
Se dirigió a su domicilio en la misma colonia cuando recibió una llamada que lo obligó a detenerse; sin embargo, mientras respondió, fue interceptado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), quienes viajaban en la unidad SP34-97.
Bajo el argumento que harían una revisión de rutina, comenzaron a cuestionarlo del por qué sus documentos no coincidían con el de la unidad que manejaba y comenzaron a amenazarlo de que sería detenido.
“Nunca les dije que era mariachi y revisaron mi licencia y documentos, y les dije que la camioneta era de mi hermano, pero ellos no me hicieron caso y dijeron que tenían que revisar la unidad a lo que yo accedí, pero decidí marcarle a un amigo abogado y en ese momento mientras le estaba dando las placas comenzaron a insultarme y a empujarme”, narró el joven de 39 años.
Aseguró que comenzaron a golpearlo con palmadas y “pechazos”, para después esposarlo con el argumento de que estaba cometiendo una falta administrativa.
Uno de los vecinos de Bernardo pasaba por el zona donde era detenido y acudió a auxiliarlo, aunque no evitó la detención, pero sí los golpes.
Bernardo fue llevado a la cárcel preventiva de Palma Sola y la unidad al corralón de Grúas Gatsa, donde pasaron la noche.
Al día siguiente, sus familiares denunciaron que para poder liberarlos, tuvieron que pagar una multa de mil 200 pesos sin que existiera delito alguno.
La mayor sorpresa fue que para recuperar la camioneta tendrían que pagar cuatro mil 800 pesos por concepto de arrastre y resguardo.
“En la boleta no especifica el delito que cometí y jamás me lo dijeron, sólo que tenía que pagar esa cantidad para salir y es algo que no se vale”, argumentó el mariachi.