La sequía que afronta el estado de Nuevo León mermó los ingresos de los comerciantes de la presa La Boca en la zona metropolitana de Monterrey, la segunda más poblada del país, donde aún esperan más lluvias porque el bajo nivel del embalse alejó a los visitantes.
Durante un recorrido realizado por Efe, se constató que la zona del malecón luce un panorama desolador, en el que los restaurantes y los tradicionales paseos en poni sufren la ausencia de clientes en medio de la sequía que este año mantiene la ciudad de 5 millones de habitantes sin líquido la mayor parte del día.
Las lluvias regresaron el pasado 11 de agosto, pero no han sido suficientes para elevar de manera considerable el nivel del embalse.
“Lo que necesitamos es que las lluvias se vengan en serio porque sí nos ha llovido, aunque es muy poquito porque como se siguen extrayendo no es considerable”, señaló un trabajador del restaurante Delicias del Mar, quien prefirió omitir su nombre.
La presa Rodrigo Gómez, mejor conocida como La Boca, es una de las que surten de agua a la zona metropolitana del estado y uno de sus principales sitios turísticos.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), su nivel era 8.84%, al corte del lunes pasado.
En este contexto, el comerciante mencionó que le causa mucho enojo la situación porque muchos peces que son parte de la fauna que habita en La Boca murieron.
“Hemos visto peces tirados, muertos, porque le falta mucha agua a la presa”, señaló.
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Comerciantes anhelan un ciclón que contrarreste la sequía
También aseguró que para que el embalse se llene necesita de un fenómeno de grandes proporciones como el huracán Alex, que llegó a Nuevo León el 1 de julio de 2010.
Por otro lado, hay esperanza en el apoyo del Gobierno federal tras la visita del presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien el fin de semana pasado realizó una visita de dos días a la entidad y entre las actividades que realizó firmó un acuerdo para el inicio de la construcción del acueducto El Cuchillo II.
Por su parte, Rosalino Hernández, quien se dedica a ofrecer el servicio de paseo en poni, también confió en que esperan más lluvias porque la situación es muy preocupante y ha golpeado severamente su economía.
“Nosotros cobramos por paseo 50 pesos (2.5 dólares) y ahora hay días que nos vamos sin nada porque no hay gente”, compartió.
Añadió que los comerciantes anhelan un ciclón o depresión tropical para que llene la presa y regrese al lugar la vida que antes tenía.
Monterrey es la zona más afectada por la sequía en México, cuya Comisión Nacional del Agua (Conagua) decretó en julio pasado una emergencia por sequía severa, extrema o excepcional en cuencas para 2022.
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