Lo último que sus seres queridos supieron de Ernesto Cipriano es que se trasladaba hacia una junta con un cliente de su despacho. Eso ocurrió el 4 de agosto y desde entonces está desaparecido.
Pero él no es el único abogado en Veracruz que ha pasado por una situación de inseguridad. Tan solo durante el mes de agosto se han registrado tres asesinatos de juristas en diferentes partes del estado, lo que se suma a la desaparición de Ernesto.
“Las constantes agresiones incluso de algunos que hasta ahorita no han aparecido, todo este tipo de situaciones no es más que consecuencia de la impunidad; entonces, nosotros hemos tratando de cerrar filas de todos los compañeros para proteger el normal desarrollo del ejercicio de su profesión, pero sí nos vemos en un estado que está fallando en materia de seguridad”, aseguró el expresidente del Colegio de Abogados de Veracruz, Braulio Terán del Valle.
Él y otros abogados de la entidad coinciden en que se encuentran en riesgo debido al ejercicio de su profesión y que los asesinatos que se han registrado son un reflejo del aumento de delitos que se suscitan en su contra debido a su trabajo, y que incluyen amenazas, extorsiones y desapariciones.
Yarlen Utrera, pareja sentimental de Ernesto, coincide con los colegios de abogados pues teme que la desaparición se encuentre relacionada con esa cita a la que se trasladaba.
El plan de ambos era que al salir de la cita se comunicaría con ella e irían a comer y al cine. Pero no pasó, por lo que a las 6:00 de la tarde Yarlen empezó a llamarle y el teléfono la enviaba al buzón. Desde esa noche fue a su casa y no lo encontró; a la mañana siguiente, fue acompañada del socio de Ernesto y la vivienda estaba en completo orden. Para la noche ya la habían saqueado utilizando las llaves que él mismo llevaba.
“Como me mandó en el mensaje de ‘Salgo de reunión y te aviso’, sospechamos que es de trabajo pero no sabemos de algún cliente en concreto, casi todos han mostrado apoyo, cierta preocupación de sus asuntos, y todos han mostrado cierta disposición de mantenerse a la espera de que él regrese; entonces, tampoco sabemos por dónde vino la situación”, aseguró.
Abogados y abogadas del estado están intranquilos porque ven consignada en medios de comunicación la forma en que sus colegas son víctimas de un delito tras otro, aseguró Antonio Barat Pérez, presidente de la Federación de Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados de Veracruz.
El 8 de agosto, los restos de Octavio Rodríguez fueron localizados en Orizaba; a él lo buscaban desde cuatro días antes. El 9 de agosto, Marco fue encontrado asesinado afuera de su casa en Poza Rica. El 14 de agosto, encontraron a Rosa Lidia en su hogar, muerta.
Barat Pérez indicó que el gremio mantiene una profesión de riesgo, puesto que de manera constante se encuentran entre dos intereses: el de la persona que defienden y el de la contraparte. Por eso, saben que tendrán algunos conflictos, pero debe ser trabajo de las instituciones evitar que eso les convierta en víctimas de delitos, dijo.
“Se puede deducir porque siempre lesionamos los intereses (…) Somos gente de riesgo porque molestamos a la otra persona, siempre nuestra actividad es una arena donde hay dos combatientes”, aseguró.
“Nuestra profesión en sí es del ejercicio de riesgo; lamentablemente, como se trata de la resolución de conflictos, pues siempre hay alguien que no va a querer y esto nos trae a nosotros como operadores en el cumplimiento de la norma, y en muchas ocasiones esos resentimientos se trasladan en el abogado que únicamente está haciendo su trabajo”, señaló Terán del Valle.
Los homicidios y la desaparición de los abogados se han presentado aun cuando las autoridades resaltan una disminución en los índices de delitos. Este 22 de agosto, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez habló de la baja en la estadística de homicidio doloso que se reportó ante el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), donde se señala que entre enero y julio de este año se registraron 503 carpetas de investigación por dicho delito mientras que en el mismo periodo de 2021 fueron 661.
“Hemos tenido hechos aislados pero muy relevantes que poco a poco se van aclarando, pero lo más importante es que van a la baja”, declaró en rueda de prensa.
Sin embargo, los abogados no ven esta disminución. Por el contrario, consideran que los riesgos para ejercer su trabajo aumentan, afirmaron Terán del Valle y Barat Pérez. Ambos explicaron que entre los abogados corren las recomendaciones para evitar convertirse en víctimas de delitos, por lo que ahora deben tener mucho cuidado sobre quiénes son los clientes, las posibles señales de alerta y dejar los casos en cuanto existe algún conflicto.
“La prevención para nosotros es el ejercicio principal, nosotros trabajamos con todos los actores en esta vida y por eso podemos llegar a entender cómo operan y es lógico, aconsejamos que se debe tener cuidado al respecto, pero también nuestros colegios lo que están haciendo es tratar de unificar los padrones donde se encuentran afiliados y esto es para darles mayor seguridad”, señaló Terán del Valle.
Esas actividades de prevención resultaron insuficientes en el caso de Ernesto pues, según cuenta Yarlen, él únicamente llevaba casos de índole civil como pensiones alimenticias y cuestiones mercantiles, como una forma de cuidarse; además, evitaba los conflictos e incluso hace relativamente poco tiempo dejó un caso con una clienta debido a diferencias.
Esas prevenciones le habían servido para no recibir amenazas debido a su trabajo, como sucede con muchos otros de sus colegas, o cuando menos nunca las reportó a su familia. Sin embargo, no resultaron suficientes para evitar su desaparición.
“Él no me había comentado absolutamente nada de recibir una amenaza o algo extraño, incluso él y su socio eran cuidadosos de qué tipo de personas ayudaban o trabajaban con ellos, incluso tenía un mes que me había comentado de una clienta que se había puesto un poco pesada y él decidió mejor entregarle los documentos, explicarle qué le tenía que pedir a otro abogado y hasta ahí quedó”, indicó Yarlen.
Desde el día siguiente de su desaparición, la familia y la pareja de Ernesto presentaron la denuncia y dieron a la Fiscalía General del Estado toda la información de la camioneta donde él se trasladaba, su ruta y movimientos. Hasta el momento, no ha habido avances.
De hecho, indicó Yarlen, ni siquiera tienen aun respuesta del GPS de la camioneta o de las cámaras de seguridad privadas o de la propia Secretaría de Seguridad Pública, que les pueden aportar pistas sobre la desaparición y llevar a localizarlo.
Barat Pérez afirmó que la impunidad en la que se encuentran las agresiones hacia abogados es uno de los grandes pendientes que tienen las instituciones puesto que, al igual que en otros casos, mientras no exista justicia no se dará un mensaje contundente para que deje de suceder.
Dijo que por ello varias barras y colegios de abogados buscarán reunirse con la FGE y con SSP, de manera que puedan trazar las acciones para evitar que las desapariciones, los asesinatos, las amenazas y otros delitos continúen.
“Tenemos que hacerlo, varias organizaciones del estado me han solicitado este acercamiento con las instituciones del estado para que la fiscalía, las cuestiones de investigación se den y, obviamente, también Seguridad Pública, que es a la que corresponde, y pues queremos seguir vivos y queremos mantenernos libres y queremos mantenernos trabajando”, aseguró.
Mientras tanto, Yarlen y el resto de la familia de Ernesto piden para que no corra con la misma suerte que sus colegas y regrese con bienestar a su hogar, para que vuelva a su trabajo, a sus casos, a sus idas al cine y a comer o a sus llamadas todos los días a las 11:00 de la noche a su mamá. En resumen, a su vida.
Ana Alicia Osorio / animalpolitico
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