La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), dio a conocer que el pequeño oso negro (Ursus americanus), torturado y amarrado hasta la asfixia por pobladores de Castaños, Coahuila, bajo la mirada complaciente de la policía municipal, era una hembra de aproximadamente cinco meses de nacida, que aparentemente bajó a la comunidad en busca de agua y comida.
En una breve tarjeta informativa, la Profepa reveló que el cadáver del osezno es resguardado junto con Protección Civil del municipio, para su conservación, autopsia y presentación en las diligencias ministeriales correspondientes.
Destacó que la representación de la Profepa en Coahuila presentó una denuncia penal contra quien o quienes resulten responsables de delitos contra la biodiversidad.
"Además, ha solicitado se le reconozca como víctima u ofendida, así como coadyuvante para lograr la procuración e impartición de justicia y continuará colaborando con las diligencias en el ámbito de sus atribuciones aportando los elementos necesarios", manifestó.