Los familiares de personas desaparecidas siguen sin resolver su principal demanda: ¿Dónde están nuestros desaparecidos?
A la falta de investigación de la Fiscalía de Veracruz se suma el rezago en identificaciones forenses que no permite avanzar para identificar los más de 500 restos que las madres han sacado de fosas clandestinas ubicadas en todo el estado.
Entrevistadas por AVC Noticias, las familias de colectivos señalan como urgente la necesidad de hacer campañas masivas de información que permita a las familias con desaparecidos que no tengan una denuncia acercarse y tomarse una muestra de ADN.
Con la finalidad de integrarlas a una base de datos y confrontarla con los restos hallados en fosas clandestinas en Veracruz.
En el marco del Día de la desaparición forzada, Rosalía Castro del colectivo Solecito en Veracruz y María Elena Gutiérrez del colectivo En búsqueda de nuestras y nuestros desaparecidos advierten que la identificación es de apenas el 1%.
En la fosa clandestina de Arbolillo en Alvarado donde el colectivo Solecito ha procesado 21 fosas y exhumado 71 cuerpos, apenas han logrado identificar a 10 personas y entregar sus restos a familiares, aunque todos los restos encontrados tienen prueba de ADN.
La fosa Colonias de Santa fe – considerada una de las más grandes en el país- donde se hallaron más de 300 cuerpos, tiene 35 identificados, la mayoría entregados a su familia, aunque hay algunas familias quienes solicitaron peritajes independientes.
En la fosa de la Guapota en Úrsulo galván, donde por primera vez se realizó un plan de intervención forense con apoyo de Cruz Roja Mexicana se trabaja en uno de cuatro sectores de donde se han exhumado 67 cuerpos, pero solo seis se han entregado a sus familiares.
Mientras que en la fosa de campo grande en Ixtaczoquitlán en la zona centro del estado, el colectivo encabezado por Araceli Salcedo, logró la recuperación de 53 cuerpos, de los cuales se han entregado 18.
¿ Por qué es tan lento el proceso? Rosalia Castro quien busca a su hijo Roberto Carlos Casso desaparecido en 2011 y María Elena quien busca su sobrino Rafael Espinoza desaparecido en 2013, coinciden en que hay un número superior de familias que nunca denunciaron la desaparición de su familiar y mucho menos se acercaron a alguna autoridad para hacerse una prueba.
La última actualización a la base de datos nacional registra más de 7 mil desapariciones en Veracruz.